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Los hospitales públicos de Málaga funcionaron ayer gracias a generadores de gran potencia o grupos electrógenos. Así los denominaron las fuentes oficiales. Pero ¿cómo garantiza un hospital el suministro eléctrico para que se lleven a cabo actividades que pueden ser de vida o muerte? Los centros hospitalarios nunca duermen. Siempre hay luz, claro. Así lo corroboran la doctora Virginia Grando, directora territorial de HM Hospitales en Málaga, y Juan José Barbero, responsable de Ingeniería de la firma, quienes indican que, al menos en los cuatro centros que posee la firma en la capital y en Torremolinos, siempre hay sistemas velando por que todo siga funcionando de modo correcto. Nunca duermen. Y lo tienen todos los centros por ley.
«Aquí tenemos dos equipos: el Servicio de Alimentación Ininterrumpida (SAI) y los grupos electrógenos», dice Grando. «Cuando se interrumpe la corriente eléctrica, cambia a la batería, a la energía del SAI. Si en un quirófano se está haciendo una cirugía para la que se requiere electricidad, el sistema SAI la aporta. Salta a través de la batería y no se nota el cambio», recalca la doctora. Es decir, el SAI se destina a sustentar, a soportar las actividades «críticas», de vida o muerte, las operaciones urgentes (o las programadas en las que sobreviene un apagón).
En cuanto al grupo electrógeno, «este tarda un tiempo en actuar, es una máquina que mueve un motor de combustión alimentado por gasóleo. El quirófano, con este sistema, se pararía. Por eso en los hospitales existen los dos», precisa la doctora Grando.
Juan José Barbero destaca que «el hospital tiene dos tipos de suministro: el que va para los críticos y el de los imprescindibles». «El SAI nunca se interrumpe», recalca. Para los servicios imprescindibles, como él los califica, es decir, ascensores y otros sistemas específicos, se usa el grupo de electrógeno. «En quirófano nadie se entera de que hay un corte eléctrico. En el caso del grupo electrógeno puede haber un guiño de 10 o 30 segundos hasta alcanzar la potencia deseada. Este surte de energía al 30% de los servicios hospitalarios», agrega. Con los grupos electrógenos se garantizan dos horas de suministro. Además, con las reservas de gasóleo, puede llegarse a ocho o diez horas.
«Ante el apagón, hay servicios críticos sostenidos por el SAI. Cuando ocurre uno y hay un paciente siendo operado, o existen críticos en la UCI, se avisa al quirófano para que no comience ninguna cirugía nueva. Se terminan las que están en marcha», recalca la doctora Grando. Comienza a funcionar un protocolo específico, porque también se vigila que en la UCI no haya habido problema alguno, aunque esta área también dependa del SAI. «Así lo hicimos ayer. La actividad programada, la cirugía, no se hizo. También comprobamos que en las plantas no hubiera pacientes críticos. Se chequeó que no afectase al oxígeno, de forma que alguno de los hospitales tenía reservas para 15 días», añade. También se comprueba que el agua funciona, se evalúa la cantidad de comida existente y se revisa al personal por la mañana, la tarde y la noche. «Hicimos también un plan de contingencia y comprobamos que todo estaba en orden, además de formarse un comité de crisis en Madrid», recalca.
Las consultas fueron atendidas con el grupo electrógeno, se mantuvieron casi todas. «Y las urgencias funcionaron bien», reseña el responsable de Ingeniería, quien precisa además que los centros sanitarios deben contar con estos sistemas de alimentación alternativa por prescripción legal, mientras que Grando insiste en diferenciar el SAI, que es un sistema de soporte a unidades críticas y el grupo electrógeno para auxiliar a los servicios imprescindibles.
La firma posee HM Málaga, el Hospital Internacional HM Santa Elena (Torremolinos), HM Gálvez y HM El Pilar.
El Hospital Vithas Xanit Internacional informa, por su parte, que tanto este centro como el resto de hospitales del grupo Vithas «están dotados con generadores de alta capacidad que permiten garantizar la actividad asistencial en casos críticos, en servicios como urgencias, UCI, quirófanos». «Los generadores en los hospitales son fuentes de energía alternativas. Básicamente consiste en un motor de explosión, alimentado normalmente por gasoil. Este motor mueve una dinamo que genera electricidad», recalca.
El centro dispone de «dos grupos electrógenos que alimentan la totalidad de sistemas del hospital. Se trata de dos equipos con depósitos ambos de gasóleo de 730 litros. En el caso de Vithas Xanit, existe un depósito de 3.000 litros de capacidad para repostar automáticamente los grupos cuando el nivel descienda del 30%, esto nos proporciona autonomía para seguir funcionando».
Las mismas fuentes reseñan que «tienen una capacidad de reacción de unos cincos segundos, lo que asegura una adecuada respuesta en el abastecimiento al hospital. Los grupos siempre permanecen con el depósito de combustible lleno y cuentan con mantenimiento preventivo programado que incluye controles semanales, trimestrales, semestrales y anuales».
El Hospital Quirónsalud Málaga también funcionó ayer gracias a sus generadores.
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