Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España
«Es muy difícil gestionar un premio en la lotería porque la gente no está preparada para que le toque»El presidente de los asesores financieros españoles advierte de que se necesita una regulación que favorezca que los ahorradores se conviertan en inversores y asuman más riesgos para atender las necesidades de financiación de la economía
Santiago Satrústegui es presidente de EFPA España (European Financial Planning Association), una asociación de asesores financieros europeos que hace unos días reunió a mil de ... ellos en Málaga para hablar de finanzas, inteligencia artificial e inversión sostenible. En esta entrevista, defiende la utilidad de su gremio para ayudar a gestionar tanto un milmillonario premio de la lotería como unos pequeños ahorros. Pero también pide una regulación que permita asumir más riesgos a los inversores y que con ello se pueda financiar mejor la economía, porque la Bolsa es una especie de sistema circulatorio de la sangre que alimenta a las empresas: el dinero.
–Pedro Sánchez amagó con la dimisión, pero la Bolsa ni se inmutó.
–Siempre tendemos a pensar que los eventos que nos generan impacto van a tener mucha repercusión en los mercados financieros. Pero sólo tienen consecuencias aquellas cosas que son relevantes para el devenir económico. Las circunstancias políticas tienen impacto en la Bolsa siempre y cuando tengan impacto económico. Estamos viendo ya desde hace tiempo que la política empieza a ir por un lado y las decisiones económicas por otra.
–¿Por qué la celebración de este congreso de asesores financieros en Málaga?
–Es una ciudad que está en un momento muy interesante, de ilusión, de crecimiento. Creo que se están haciendo muy bien las cosas. Tiene un alcalde muy comprometido que se ha preocupado mucho por desarrollar una ciudad que tenía muchísimo potencial pero que probablemente no se había aprovechado bien. Además es un destino que atrae a la gente. Y nos ha parecido que era el momento de venir. Estuvimos en Sevilla hace siete años y hemos estado en Zaragoza, en Barcelona, en Santiago de Compostela. Hemos estado en muchos sitios y queremos seguir recorriendo ciudades tan emblemáticas como Málaga.
«En todos los sitios tratamos de decir y explicar que ahí los inversores son distintos y especiales, pero si son especiales en todos los sitios quiere decir que son más bien iguales en todas partes»
–Como han recorrido tantos lugares y tienen asesores asociados repartidos por toda España, ¿ha detectado diferencias entre los inversores según sus regiones?
–Según mi historia profesional, en todos los sitios tratamos de decir y explicar que ahí los inversores son distintos y especiales, pero si son especiales en todos los sitios quiere decir que son más bien iguales en todas partes. No creo que haya sesgos, sino que aplicamos clichés. Y quizás las diferencias más que entre comunidades autónomas sean entre ciudades.
–En una Málaga en ebullición económica y tecnológica, ¿ello redunda en una mayor cultura financiera o en que las brechas entre quienes saben y quienes no sea más grande?
–La brecha no es tan real. Es el argumento que se utiliza y que va en contra del crecimiento, cuando yo creo que ese crecimiento de la riqueza lo que hace es generar mejores condiciones para que la gente pueda tener más éxito. Puedes ver que ello genera una brecha, pero también puedes interpretar que hay mucha gente que puede aprovechar esas oportunidades. Igualar por abajo reduce la brecha, pero es una mala alternativa. Lo que hay que hacer es tratar de crecer haciendo crecer. Éste me parece un lema fundamental.
–El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, dice que el ahorrador español es muy conservador y que tiene que hacerse inversor por el bien de la economía, para que pueda financiarse con los recursos de los particulares. ¿Eso como se hace?
–Yo creo que hace falta más formación financiera entre los asesores. Aunque si cogiéramos a los clientes de nuestros asesores seguro que tendrían una cartera de inversiones mucho más rica en activos que la que dibuja Buenaventura [40% en depósitos bancarios]. Además, desde el punto de vista de la regulación, ésta debe dar margen a la iniciativa y a la creatividad, porque si la legislación te acota la capacidad de asumir riesgos, eso lleva a carteras de inversión más parecidas y más planas.
–¿Está diciendo que la regulación coarta la diversificación de los inversores?
–De lo que se trata es de conseguir una regulación con la que el inversor esté protegido, pero que permita el acceso a los productos financieros de una forma más eficiente.
«La regulación en 2008 no era laxa, pero no era buena. Después hemos tenido una sobrerregulación. Y ahora debemos tener una regulación para que el inversor pueda asumir más riesgo entendiéndolo bien»
–Quizás es que aún se conserva en la memoria lo sucedido en 2008, cuando hubo ahorradores que sin saberlo compraron productos, como las preferentes, que no eran acordes con su perfil de riesgo y perdieron dinero.
–La regulación que teníamos en 2008 no era laxa, había muchísima regulación, lo que pasa es que no era buena, porque no controlaba lo que debía. Probablemente, después de 2008 hemos tenido una sobrerregulación en muchos casos. Ahora debemos tener una regulación más enfocada a lo que se pretende conseguir, que es que el inversor pueda asumir más riesgo, entiendiéndolo bien y que además se pueda controlar.
–Pero hay muchas incertidumbres, muchos riesgos. Ahora se habla de otra posible conflagración mundial. ¿Cómo hacerle frente?
–Los asesores financieros tienen que aprender con cada crisis y tienen que estar preparados para las que vendrán, porque las habrá. Pero hablamos de geopolítica, de eventos de cola, cosas que pueden pasar, pero son poco probables. Hay que tener en cuenta que si te pasas la vida haciendo predicciones de eventos de poca probabilidad, no vas a poder construir tu futuro. Una de las frases que más me gusta es esa que dice que alguien ha conseguido predecir sesenta crisis de las últimas tres.
–¿Pero si eso tan poco probable llega a suceder?
–Hay que convivir con el riesgo. El asesor financiero no está para evitar los riesgos, sino para que sea compatible invertir con convivir con el riesgo.
«El escritor Bernard Shaw decía que en la vida hay dos grandes desgracias: una es no conseguir lo que quieres y la otra es conseguirlo»
–Imaginemos que a alguien le toca la lotería hoy. ¿Cómo tendría que invertir?
–Lo primero que le va a pasar a esa persona, sobre todo si le toca una cantidad relevante es que le va a cambiar su psicología y también su proyecto biográfico. Entonces, lo que tenemos que hacer es un ejercicio muy complicado, que es tratar de entender con esa persona qué es lo que va a querer a partir de ese momento y cómo se va a enfrentar psicológicamente a contar con mucho dinero de repente, para ayudarle a encajar sus finanzas con su proyecto. Si eso no lo hacemos bien, saldrá todo mal. El escritor Bernard Shaw decía que en la vida hay dos grandes desgracias: una es no conseguir lo que quieres y la otra es conseguirlo. Es muy difícil gestionar que te toque la lotería porque la gente no está preparada.
–¿Y qué puede hacer alguien que tenga unos pequeños ahorros de, pongamos, 100.000 euros?
–Creo que no es tanto dónde invertir, sino a quién recurrir. Lo que tiene que hacer es ir a un asesor financiero. Y también, entender que si quieres que tu dinero aumente con el tiempo, hay que asumir riesgos.
–¿Pero a un pequeño ahorrador le sale a cuenta tener un asesor?
–Creo que le merece más la pena todavía a él. Porque tiene más necesidad. Con esos ahorros, la pregunta más importante que te tienes que hacer es si el dinero te llega o no para cuando te vayas a jubilar: el asesor te puede decir que si te llega igual no tienes que asumir tanto riesgo; o si no te llega, o bajas tus expectativas sobre cómo vas a vivir o tienes que asumir algo más de riesgo.
«Si utilizamos bien la inteligencia artificial permitirá que el servicio del asesor financiero llegue a más personas, sobre todo a las que no tienen tanto patrimonio»
–¿Resultará de ayuda la inteligencia artificial para gestionar los ahorros?
–Si la utilizamos bien, va a permitir que el servicio del asesor financiero llegue a más personas, sobre todo a las que no tienen tanto patrimonio.
–El mundo también se enfrenta a un enorme reto medioambiental. ¿Puede ayudar la inversión a mover el dinero hacia la economía más sostenible?
–Creo que no debemos pensar que todo se soluciona sólo con la inversión. También se puede hacer con el gasto. Porque te puedes preocupar mucho y no invertir en petróleo, pero luego ponerle gasolina al coche. La inversión es muy importante, pero los mismos mensajes y esa misma transparencia –el inversor, según la regulación, debe tener claro qué fomenta con su inversión– debería de haber cuando consumimos un producto. Porque según cómo consumamos, el mercado va a ir a un lado o a otro: el conjunto de la humanidad gasta más dinero que lo que se invierte.
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