Los partidos enseñan sus cartas a un año de las elecciones generales

Un debate que se desarrolló con algunos picos de tensión, pero que discurrió en un ambiente, en todo momento, respetuoso. En representación de sus respectivos partidos, participaron Ignacio López (PSOE), Mario Cortés (PP), Patricia Rueda (Vox), Guzmán Ahumada (Unidas Podemos) y Guillermo Díaz (Ciudadanos). Ahumada, coordinador provincial de IU en Málaga, suplió en el debate a Alberto Garzón, el actual ministro de Consumo.

El debate a cinco se estructuró en torno a dos bloques definidos y un último abierto para fomentar una libre exposición de argumentos. También se favoreció la formulación de preguntas y las interrupciones entre los propios participantes, algo de lo que se hizo uso de manera disímil.

El que más aprovechó cada momento para introducir sus planteamientos fue Guillermo Díaz. Pidió mesura en la subida de las pensiones para «garantizar el funcionamiento del sistema para las futuras generaciones» y dibujó a Ciudadanos como un partido bisagra con capacidad para garantizar una gobernabilidad del país sin «depender de los populismos», que identificó con Unidas Podemos y Vox. Demostró solidez dialéctica y tablas. La duda con la formación naranja es la de si cualquier intento de reanimación no llega ya demasiado tarde.

El primer bloque fue sobre los Presupuestos Generales del Estado y el modelo de gestión del país en tiempos de incertidumbre. Ignacio López abrió el debate y defendió las cuentas para 2023, ahora en fase de tramitación, como las «más sociales de la historia de España». «Son los presupuestos que se enmarcan en un contexto económico muy complicado», añadió. En esa misma línea solo se movió Guzmán Ahumada, emulándose así en el plató la coalición que sostiene al Gobierno. «Estos presupuestos son la noche y el día de cómo los distintos gobiernos han afrontado las crisis», dijo.

Mario Cortés atacó al flanco más débil de los Presupuestos, al menos si esa consideración se hace con lupa malagueña: «Málaga ocupa el puesto 50 de 52 provincias. Los malagueños no podemos estar contentos de tener a 49 provincias delante cuando somos una de las que más aporta», lamentó. Sobre todo, criticó la ausencia de partidas para infraestructuras hídricas. Díaz, como ya se ha mencionado, criticó la subida de todas las pensiones conforme al IPC. «Me podéis decir algún empleado de la privada en la que se van a aumentar los salarios en más de un 8%», preguntó.

Patricia Rueda, por su parte, aseguró los Presupuestos «ningunean a Málaga» y que serían el reflejo de los intereses particulares de Pedro Sánchez. «Suponen una traición a España porque saldrán con el apoyo de Bildu, el brazo político de ETA», llegó a decir. Expuso el argumentario de Vox en asuntos como la inmigración o el cambio climático, aunque sin profundizar en sus planteamientos. Tildó las actuales políticas medioambientales de «terrorismo climático».

El segundo bloque, el futuro político en el Congreso, dejó entrever alianzas y vetos cruzados. De dar los números otra vez, tanto López como Ahumada dejaron claro que se reeditaría el gobierno de coalición. Aunque, al menos ese fue el deseo de Ahumada, con Yolanda Díaz deslumbrando a Podemos. Cortés y Rueda mostraron desconfianza ante un posible acuerdo entre el PP y Vox. La última dijo que «el PP es la marca blanca del PSOE». Guillermo Díaz se mostró a favor de un tripartito entre PSOE, PP y Cs.

La inflación también fue un tema a tratar. Cortés decidió lanzar críticas al Ejecutivo de Sánchez alertando del incremento en el precio de la cesta de la compra. Aseguró que solo la vuelta del PP, con Alberto Núñez Feijóo, podría sellar la recuperación de la economía. «Hay que generar recursos para favorecer el crecimiento, cuando gobierna el PSOE siempre toca administrar las miserias», aseguró.

La no renovación del Poder Judicial llevó reproches entre López y Cortés, volcados en endiñar las culpas a sus respectivas formaciones. Díaz aprovechó para pedir un cambio en el modelo para nombrar a los jueces y utilizó la falta de acuerdo como ejemplo que sintetiza todo los males del bipartidismo. Un bipartidismo, por otra parte, en eso coincidieron todos, que está ganando terreno otra vez a las nuevas formaciones.

Como respuesta sorprendente de la noche, queda la que dio Ahumada, el representante de IU, al ser preguntado por si considera constitucional a los partidos de Bildy u ERC. «Probablemente, no», respondió. Otro momento destacado fue el juramento de fidelidad de Díaz a Ciudadanos. Preguntado por Manolo Castillo si estaría dispuesto a entrar en otro partido en un futuro, se mostró rotundo: «No, eso se lo puede tatuar usted».