Francisco de la Torre: «La crisis del coronavirus dejará heridas y destruirá empleo; nos obligará a trabajar duro para recuperarnos»

–¿Qué valoración hace de estas primeras horas de aplicación del Estado de alarma en Málaga?

–En términos generales, creo que los malagueños estamos respondiendo muy bien. Los ciudadanos se han concienciado sobre la gravedad de la situación y están reaccionando, en la inmensa mayoría de los casos, con responsabilidad. La ciudad de Málaga está a la altura del reto. Pido a todos que estos días que vienen por delante se mantenga la responsabilidad y la solidaridad.

–¿Cree que se ha actuado tarde?

–Debo ser prudente y, además, quiero serlo. Habrá tiempo de hacer balance, de ver las cosas con perspectiva. Esta crisis, la más grave que hemos vivido las tres últimas generaciones de españoles, ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del Gobierno de España y de todas las instituciones del Estado, porque todos somos Estado español aunque algunos quieran aparentar no serlo. Creo que ahora no hay que polemizar, sino actuar y resolver. Y para ello, todos tenemos que colaborar. La rendición de cuentas tendrá que hacerse cuando hayamos superado la emergencia.

–¿Cómo está afrontando Málaga esta situación?

–Lo dije en Twitter el sábado: la declaración del estado de alarma que se ha aprobado por el Gobierno de España necesita la colaboración de todas las administraciones, empresas, entidades, agentes sociales y de todos los ciudadanos. La colaboración y lealtad del Ayuntamiento de Málaga están garantizadas sin reserva alguna. Así afrontamos la situación: al servicio de los malagueños, que es como decir al servicio de España.

–Algunos ciudadanos y establecimientos no han seguido las directrices generales y las autoridades se han tenido que poner serias, ¿cómo valora estas actitudes?

–Han sido actitudes muy irresponsables que me obligaron el sábado a firmar un decreto para cerrar las terrazas de los establecimientos de hostelería, dado que es lo que el Ayuntamiento puede revocar de forma inmediata. Afortunadamente conforme han pasado las horas, esas actitudes han ido reduciéndose. Ayer por la mañana, la Policía Local no tuvo que multar a nadie; su tarea se limitó a informar y no hubo ninguna incidencia reseñable.

–¿Puede verse perjudicada la imagen de Málaga como ciudad turística y cultural?

–Creo que la imagen de Málaga es, gracias al trabajo de todos durante estos años, muy sólida, especialmente en los planos turístico y cultural. Málaga está contribuyendo decisivamente al fortalecimiento de la marca España. Espero que esta crisis sea sólo un paréntesis. Seremos capaces de recuperarnos y de llegar incluso más lejos de donde ya estamos. Seamos optimistas. Lo conseguiremos.

–¿Hay alguna aproximación del perjuicio económico para la ciudad?

–Es imposible determinar aún el alcance que esta crisis va a tener en nuestra economía. Estamos a la espera de que el Gobierno tome medidas el martes, como anunció el presidente el sábado. Es evidente que va a dejar consecuencias, que va a ser severa y que marcará el año. Que dejará heridas y destruirá empleo. Nos obligará a trabajar aún más duro para recuperar ese empleo y seguir creciendo.

–¿Está estudiando el Ayuntamiento rebajas de impuestos o aplazamientos?

–Sí, lo estamos estudiando, por supuesto. Pero necesitamos conocer las medidas del Gobierno para poder hacer cálculos y tomar decisiones. Nuestra presión fiscal es muy baja, no tenemos tanto margen de maniobra como otros ayuntamientos cuyos impuestos y tasas son más altos que los nuestros. No obstante, nos esforzaremos.

–¿Cuándo cree que se volverá a la normalidad?

–No lo sé. Sólo puedo asegurar que volveremos a la normalidad más rápido si todos seguimos las instrucciones de las autoridades sanitarias, del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, durante todos estos días de estado de alarma. Todos los días, del primero al último. Cuanto más disciplinados seamos, más rápido saldremos de ésta.

–¿Teme caer contagiado?

–Dicen los expertos que todos o casi todos acabaremos pasando, antes o después, el coronavirus. No me gustaría contribuir a la sobrecarga de los servicios sanitarios, preferiría pasarla más tarde. De todas formas, no tengo ningún temor: si me contagiara, lo asumiría con deportividad, qué remedio.

–¿Cómo está viviendo el confinamiento?

–Estoy pasando en casa todo el tiempo posible. He tenido que acudir al Ayuntamiento, por ahora sólo en una ocasión, el sábado. Tengo mi despacho cerca de casa, así que es un desplazamiento corto y rápido, a pie. No uso el coche desde el viernes.

–¿Qué hace durante el día?

–Básicamente, hablar por teléfono y por videoconferencia. Tengo que cargar la batería de mi móvil varias veces al día, como imagino que nos está pasando a todos. Estoy permanentemente al habla con los concejales y directivos municipales, a quienes puedo trasladar instrucciones desde la distancia. Cuando tenga que coincidir físicamente con mi equipo, guardaremos todas las prevenciones necesarias. También he hablado estos días con el presidente de la Junta de Andalucía, con la delegada del Gobierno de España en Andalucía, con el subdelegado del Gobierno, con el presidente de los empresarios, con el obispo, con el presidente de la Agrupación de Cofradías...

–¿Cómo trabaja?

–Hace ya muchos meses que utilizo la firma electrónica, de modo que he podido usar ese procedimiento para todo tipo de documentos, empezando por los decretos que ha sido necesario dictar, como el del cierre de las terrazas.

–¿Qué hace diferente a lo habitual?

–Mi jornada habitual son como poco doce horas fuera de casa. Por tanto, esto es muy diferente a lo habitual. Digamos que se ha invertido por completo mi rutina en cuanto al espacio: hago las mismas horas, quizá incluso alguna más, pero estoy casi todo el tiempo en casa. Las reuniones presenciales sobre temas no urgentes han quedado pospuestas hasta que la situación se normalice.

–¿Cómo socializa?

–Difícilmente. Con mi mujer puedo conversar directamente, pero con el resto de mi familia y amigos tengo que recurrir al teléfono. Así debe ser.

–¿Hace ejercicio?

–Caminar de casa al Ayuntamiento y del Ayuntamiento a casa si es estrictamente necesario ir, y caminar para comprar alimentos. Intento hablar por teléfono de pie, con manos libres, moviéndome. Haré también algún tipo de ejercicio en casa.

–¿Qué lee?

–Básicamente, prensa. Tanto en papel como en pantalla, aunque más en pantalla dado que la información sobre esta crisis evoluciona por minutos y hay que informarse en tiempo real. La prensa, en situaciones como ésta, es más importante que nunca. También lo que publican las fuentes oficiales a través de sus perfiles verificados en redes sociales.

–¿Qué ve en televisión?

–Informativos, nada más que informativos. Sobre todo, para estar pendiente de las comparecencias que están realizando los gobiernos de Andalucía y España y de la difusión de los datos oficiales más recientes.

–¿Cómo se siente?

–Tengo sensación de responsabilidad, y no sólo por ser alcalde. Creo que todos debemos sentir esa responsabilidad, porque esto no es una cuestión que puedan resolver las administraciones y los políticos con una varita mágica: cumplir las indicaciones y recomendaciones de las autoridades, del Estado, de la Junta, del Ayuntamiento, es una responsabilidad individual sin la cual no podrá resolverse esta crisis colectiva. Y tengo también sensación de gratitud infinita al esfuerzo que están realizando y van a seguir realizando los profesionales sanitarios y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

–¿Tiene miedo?

–No, no hay que tener miedo, no hay que entrar en pánico. No están justificadas las imágenes que hemos visto en los supermercados: el abastecimiento está totalmente garantizado y no hay ninguna razón para que se produzcan aglomeraciones. Calma, responsabilidad, civismo y solidaridad. Podremos con esto, si lo gestionamos bien incluso nos hará más fuertes como sociedad. En cuanto esto termine, habrá que trabajar muy duro para remontar el vuelo. Desde el Ayuntamiento tomaremos las medidas que sean necesarias para contribuir a recuperar el dinamismo económico de Málaga y su provincia.