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6.000 enfermeros en Málaga, casi 30.000 en toda Andalucía. Esa es la cifra de enfermeras que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), faltan para que la comunidad y la provincia alcance el estándar europeo. De hecho, Andalucía es ... una de las zonas con peores ratios, a la vez que es la que más profesionales envía fuera. Las enfermeras no quieren quedar, y la razón, según el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga, José Miguel Carrasco, es que los contratos son cortos y con muy poca estabilidad, al menos comparados con otras regiones.
Hace unos días, el Ministerio de Sanidad emitió un estudio en el que alertaba de la situación en España, y lo hacía con datos de todas las zonas del país, lo que permitía hacer una comparativa entre territorios. «El informe es demoledor. De hecho, me llama la atención que venga desde una institución pública por el análisis tan severo que realiza», resalta Carrasco, que recuerda que llevan ya varios años (al menos desde la profesión) hablando del ratio andaluz tan elevado. «Málaga es una provincia receptora de ciudadanos, pero no vemos que crezcan los profesionales. Somos deficitarios, se nos van fuera», lamenta Carrasco.
La razones las tiene más que clara. «En otras comunidades autónomas se ofrecen mejores contratos y condiciones laborales. Lo más habitual es que se ofrezcan renovaciones de quince días, normal que la gente se vaya a otras comunidades donde, al menos, se ponen sobre la mesa los seis meses», añade el presidente del Colegio, que matiza que además de la movilidad nacional, cada vez hay más profesionales que se van a Reino Unido o a otros países como Noruega.
Aunque sostiene que los salarios no son muy altos, la realidad es que están en la media española. Pero ahí no está el problema. Los enfermeros más jóvenes valoran más la conciliación y la certidumbre que el salario. «Por eso se marchan, porque en Andalucía se ofrecen trabajos de pocos días. Aquí no hay conciliación, se dirigen mal los hospitales y se cambian turnos y lugares», lamenta Carrasco, que achaca esta problemática a un tema «básicamente presupuestario».
El portavoz de los enfermeros relata que, anteriormente (en torno a hace diez años), un enfermero que terminaba la carrera se colegiaba y entraba en el sector público. «Al menos los tres meses de verano los tenía seguro y luego ya se planteaban la incertidumbre del otoño mientras subían la puntuación hasta la plaza fija tras el concurso-oposición». Sin embargo, hoy en día alguien que termina la carrera no sabe qué va a pasar. «En 2024 se informó de la necesidad de fidelizar a los que acababan la carrera en Andalucía cara al verano y no se hizo. Otras comunidades se adelantaron y se fueron muchos de estos alumnos, y me consta que ello provocó un déficit durante estos meses», sostiene.
Andalucía, emisora
En un informe titulado 'Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España', elaborado por Ministerio de Sanidad, la movilidad laboral de las enfermeras dentro del territorio nacional es un indicador «clave» para comprender cómo se comporta el mercado de trabajo en el sector sanitario entre las diferentes comunidades de España; evidenciando precisamente la situación andaluza. Este análisis permite visualizar la dinámica de contratación y los flujos de trabajadores que se desplazan entre regiones, así como la proporción de contratos que permanecen dentro de la comunidad de residencia frente a aquellos que implican movilidad.
Los datos presentados provienen del Observatorio de las Ocupaciones del SEPE e incluyen información sobre enfermeras no especialistas, especialistas no matronas y matronas; y permite identificar las zonas que son «netamente receptoras de enfermeras», como Cataluña (saldo positivo de 3.880 enfermeras), Madrid (1.423 enfermeras), Navarra (1.027 enfermeras) y País Vasco (1.001). En el lado negativo o con déficit aparecen Andalucía (-1.937 enfermeras), Castilla-La Mancha (-1.129 enfermeras) y Castilla y León (-679 enfermeras). «Estas comunidades se caracterizan por ser emisoras netas, con un mayor número de salidas que de entradas», recalcan en el informe. En concreto, 1.315 enfermeras entran a Andalucía, mientras que 3.252 salen, prácticamente el doble.
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