Juan José Gómez Doblas, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico de Málaga
«En el Clínico trabajamos para que la IA prediga el riesgo de recaída en pacientes ya infartados»El doctor alerta de la subida de la insuficiencia cardiaca en Málaga por el envejecimiento poblacional y porque muchos infartados la suelen desarrollar
Málaga registra más de un millar de infartos con elevación de ST cada año, que son aquellos que hay que tratar en menos de tres ... horas, más otro millar y medio sin elevación del ST, es decir, el cateterismo se puede realizar en las primeras 24 horas. El lunes 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una jornada que el doctor Juan José Gómez Doblas, que dirige el Plan de Salud Cardiovascular de Andalucía, aprovecha para recordar a la población que lo importante «es prevenir» para evitar desarrollar patologías relacionadas con este órgano. Cercado y didáctico, es uno de los grandes expertos de corazón de la comunidad. Recibe a SUR mientras pasa consulta en el Hospital Clínico.
–¿Qué tipo de patologías del corazón son las más comunes?
–Ahora mismo, a nivel andaluz o a nivel nacional, fundamentalmente son la cardiopatía isquémica, que es lo que todo el mundo conoce como el infarto o la angina de pecho. Luego estaría la insuficiencia cardíaca, porque es la que está creciendo un poco más y, fundamentalmente, también quedaría el tercer grupo, que son las arritmias, todo tipo de arritmias que puede haber alguna benigna y otras muy peligrosas. Y luego quedarían otras patologías menos frecuentes, sobre todo las que afectan a las válvulas del corazón, que son las valvulopatías, las que afectan al miocardio, las miocardiopatías o también alguna enfermedad un poco más rara.
–¿Por qué sube la insuficiencia cardiaca?
–En la cardiopatía isquémica, en las últimas décadas, en la mayoría de los países occidentales, incluidas España y Andalucía, va cayendo progresivamente la mortalidad por infarto. ¿Por qué? Por dos razones. Porque la persona hace una mejor prevención y, la segunda, porque tenemos mejores tratamientos. Además, tenemos el código de infarto, que da una atención temprana muy rápida y que reduce la mortalidad. Pero, ¿qué ocurre? Gran parte del aumento de la mortalidad de insuficiencia cardíaca es consecuencia de lo anterior que he comentado: los pacientes que, con infarto, antiguamente fallecían, sobreviven más. Muchos de ellos tienen secuelas de ese infarto. Pero ocurre que sobreviven más tiempo. A largo plazo, desarrollan insuficiencia cardíaca. El segundo factor es porque está muy relacionada con la edad. Tenemos población cada vez más añosa. Y la insuficiencia cardíaca, a diferencia del infarto, que es bastante homogénea la forma de tratarlo, es más difícil tratarla porque son esos pacientes más mayores, con más patologías asociadas, lo llamamos comorbilidades. Y esto hace que esta población sea más difícil de tratar, que también está muy relacionada, a veces, incluso con el nivel socioeconómico. Necesitamos una atención mucho más multidisciplinar, más compleja que, por ejemplo, la que puede tener el infarto, que es más estándar en cuanto al tratamiento. Si eres capaz de organizarlo bien, consigues mejores resultados.
«En el infarto, que clásicamente tenía una mortalidad en torno al 25% o 30%, depende de dónde te pille. Si estás en la calle, la mortalidad puede estar en torno al 30%. Si ya estás en una UCI móvil o en el hospital, está en torno al 7%»
–¿Cada vez hay más cardiopatías en gente más joven?
–En realidad, no tendríamos más porque es verdad que, aunque todavía existe un porcentaje significativo de pacientes fumadores y que a veces empiezan en edad muy jóvenes, realmente, si lo miramos con el histórico, tenemos, afortunadamente, menos fumadores. Es cierto que hay algunos consumos de tóxicos que no están del todo controlados, pero realmente no tenemos una mayor incidencia en varones jóvenes. En mujeres jóvenes, quizá un poquito más, sobre todo porque el consumo de tabaco se incrementó en las últimas décadas más en las mujeres que en los varones.
–¿Cuál es hoy la tasa de supervivencia de la cardiopatía?
–Depende. En el infarto, que clásicamente tenía una mortalidad en torno al 25-30%, depende de dónde te pille. Si tú estás en la calle, la mortalidad de un infarto puede estar en torno al 30%. Si estás ya en una UCI móvil o en el hospital, está en torno al 7%. ¿Qué nos dice eso? Pues que cuando tú estás en una zona no asistida, que no hay un desfibrilador, que es lo que mata a los pacientes con infarto, pues, fundamentalmente, ahí puedes morir por un arritmia y ahí es donde está la alta letalidad. Cuando estás en el hospital, solo los infartos muy complejos, que llegan muy tarde, son los que fallecen y son solo ese 7%. Esas tasas han ido decreciendo poco a poco. En cambio, la insuficiencia cardíaca es diferente. A veces llegaba a tener una mortalidad del 50% en los primeros cinco años, que es mucho mayor que algunos cánceres que se tratan ahora de forma muy exitosa. Es verdad que también hemos desarrollado tratamientos muy importantes, tanto farmacológicos como no farmacológicos, y la mortalidad se está consiguiendo reducir poco a poco a largo plazo.
–¿Qué alimentación protege más al corazón?
–La alimentación sana es la alimentación de la dieta mediterránea. Está más que demostrado por diferentes estudios. La dieta mediterránea que es sofritos con aceite de oliva, es decir, verduras con aceite de oliva, los potajes de nuestra abuela, eso sí, sin grasas animales y utilizando aceites vegetales de alto impacto, como puede ser el aceite de oliva, especialmente el virgen extra, es el ideal. Fruta, verduras, como decía, frutos secos sin sal, fundamentalmente nueces y almendras. Y también el pescado, y especialmente el pescado azul, que es también el que tenemos en nuestra zona.
–¿Qué ejercicio físico mínimo deberíamos hacer para mantenernos sanos?
–En población general, no en pacientes que han tenido un infarto, lo ideal sería hacer al menos tres veces por semana, al menos una hora de intensidad moderada. Si, en cambio, hablamos de personas que no les da tiempo, al menos entonces hacer una hora o dos horas a la semana de alta intensidad. ¿Qué tipo de ejercicio? Ahora decimos que es fundamental que hagan ejercicio aeróbico, pero también ejercicio de fuerza.
–Parece que el estrés está entrando en la ecuación...
–El estrés no se considera un factor de riesgo al uso como el colesterol o la diabetes, pero sí como se considera mucho como factor desencadenante.
–Se hablaba antes de la copa de vino diaria como beneficiosa para el corazón. ¿Es un mito?
–Hay un debate. En la estrategia de salud cardiovascular del Ministerio hace unos años se publicó que se podía tomar la copa de vino y hubo que cambiarlo. Y, a ver, el problema es que desde el punto de vista cardiovascular, en la cardiopatía isquémica durante mucho tiempo hemos tenido la paradoja de que tomar un poquito de vino, especialmente tinto, parecía que prevenía. En realidad, lo que se vio es que fundamentalmente asociado a la dieta mediterránea había una copa de vino, lo que no parecía mucho. Pero sí que es cierto que el consumo de alcohol, aunque no tenga tanto impacto en la enfermedad cardiovascular, sí lo tiene en la salud general, sobre todo con los cánceres, especialmente. Con lo cual, la recomendación actual es no consumir alcohol si no es necesario.
«Queremos individualizar muy bien con la IA qué paciente va a tener enfermedad a largo plazo para ser más agresivos en los tratamientos»
–¿En qué líneas de investigación cardiovascular se está trabajando hoy?
–En nuestro hospital tenemos ahora un proyecto europeo liderado por uno de los cardiólogos del servicio que está centrado, fundamentalmente, en utilizar técnicas de inteligencia artificial para intentar predecir qué pacientes van a tener más riesgo de sufrir un infarto después de un primer evento cardiovascular. Pero no solo a través de que tenga el colesterol o la tensión altas, sino que eso se hace fundamentalmente utilizando técnicas de inteligencia artificial (IA) y parámetros de actividad, de dieta, de ecografía, de analítica específica, etc. Lo metemos todo en una gran 'lavadora' con esto del 'machine learning' e intentamos predecir. Queremos individualizar muy bien qué paciente va a tener enfermedad a largo plazo para ser más agresivos en el tratamiento. Es un proyecto que está muy a la vanguardia.
–¿Y qué resultados están teniendo?
–Estamos en la fase de recogida de datos en ese proyecto, en el proyecto Oracle, que lidera el doctor Francesco Costa, y fundamentalmente lo que se hace es que vamos a intentar predecir qué pasa con esa población después de un seguimiento a varios años en el que tenemos una gran cantidad de parámetros de muy diversa variedad. Luego valoraremos cómo puede impactar en el riesgo de ese paciente.
–¿Cómo hay que actuar ante un infarto?
–Si tienes un infarto lo primero que hay que hacer es pedir ayuda; si estás solo tienes que buscar ayuda y ayuda es intentar hacer un contacto con la asistencia sanitaria. Mientras llega, se pueden hacer dos cosas: una, se puede tomar una aspirina masticándola porque tiene un efecto importante. En el momento, se recomiendan 300 miligramos. Y luego dejar al paciente acompañado. Si está solo no viene bien que se desplace, porque puede tener una arritmia y no tendría quien lo atendiera. Y si estuviera acompañado, hay que llamar al 061, porque ellos a través del programa de coordinación van a activar el código de infarto y a poner el primer recurso disponible para que pueda ser trasladado al hospital más cercano.
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