Una empresa malagueña ofrece casas prefabricadas desde 26.000 euros
Box4U llega a un acuerdo con Leroy Merlin para vender y equipar conjuntamente sus viviendas por módulos en la provincia
Tener una casa por menos de 26.000 euros es posible. Esta es la propuesta de la joven empresa malagueña Box4U, que ha llegado a ... un acuerdo con la multinacional Leroy Merlin para vender y equipar sus viviendas por módulos en la provincia. Carlos Ramos, de 31 años, es el socio fundador de la firma, creada hace apenas seis meses. «Tenemos una trayectoria en la reforma y la edificación tradicional, y vimos un nicho de mercado en la construcción industrializada», explica el emprendedor.
Box4U tiene dos líneas de negocio: la construcción de viviendas y edificios por modularidad; y las casas prefabricadas. La construcción se lleva a cabo en una nave industrial del polígono Guadalhorce, y posteriormente se transporta y se ancla en el terreno. El modelo que se ofrece conjuntamente con la cadena francesa es la Box 36, de 36 metros cuadrados, esto es, en módulos de 3 por 12 metros. Este diseño en concreto cumple con el Código Técnico de la Edificación en cuanto a habitabilidad: «El proyecto está visado por el Colegio de Arquitectos y es susceptible de registrarse como vivienda en el Registro de la Propiedad, e incluso de hipotecarse, siempre que esté anclada al terreno». Tiene un precio de 41.999 euros. Las otras dos opciones más económicas, que comercializa directamente la firma, son la Box 27 (con ese número de metros cuadrados), por 33.999 euros; y la Box 19, por 25.999.
El proceso de construcción tarda unos dos meses y la vivienda se entrega totalmente equipada, mientras que los trabajos sobre el terreno requieren de una a dos semanas. Sobre el acuerdo con Leroy, Ramos destaca que el proyecto forma parte de su política de sostenibilidad. «Leroy quiere promover la construcción industrializada porque tiene un impacto ambiental mas reducido que la tradicional». Box4U construye las casas y la multinacional les cede un espacio y ofrece los materiales de construcción, saneamientos, cocinas y sus opciones de decoración.
La generación de residuos, de ruidos y de gases, así como el consumo de agua de la también llamada «construcción en seco» es mínima en comparación con la tradicional. Como materiales, se emplea hormigón aligerado para el forjado inferior; así como paneles sándwich y lana de roca, entre otros, que tienen un alto aislamiento térmico y acústico.
Modelo europeo
Sobre este novedoso modelo constructivo, el emprendedor explica que España «está a la cola», con sólo el 2% del mercado; mientras que en el resto de Europa, y especialmente en países nórdicos como Suecia, la mayoría de las viviendas ya se hace de esta forma. «Queremos traer el modelo a Málaga, donde hay un mercado de extranjero y demanda de este tipo de viviendas».
Este modelo de viviendas está muy extendido en el norte de Europa, y por eso está dirigido sobre todo a residentes extranjeros
Por el momento, el primer encargo, además del piloto que se ha hecho para el centro comercial, es el diseño de una vivienda modular de 200 metros cuadrados para una clienta norteamericana, en Rincón de la Victoria. También han recibido una solicitud para proyectar una residencia de estudiantes y asegura que tienen buenas perspectivas de ventas.
«El Gobierno y la Junta tienen la disposición de ofrecer suelo público para instalar viviendas sostenibles como estas». Además, Carlos Ramos confía en que la nueva ley urbanística andaluza (la Lista) fomentará este tipo de construcciones de bajo impacto en zonas rurales, donde la empresa tiene muy buenas expectativas.
¿Dónde se pueden instalar?
De momento, el reglamento que desarrolla la nueva Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA), que entró en vigor las pasadas navidades y estaba en periodo de alegaciones hasta el 3 de marzo, ya fija unas normas claras sobre la construcción (o instalación, en este caso) de viviendas aisladas en zonas rurales, que es uno de los aspectos sobre los que había más expectación.
A tenor de los requisitos que aparecen en el documento, al que tuvo acceso SUR, las condiciones son mucho más duras de lo esperado. El artículo 32 del reglamento permite la construcción de viviendas unifamiliares aisladas en el campo, de forma extraordinaria, siempre que no impliquen la creación de un nuevo asentamiento residencial, y con unas condiciones muy concretas.
Se podrán edificar «en fincas legalmente segregadas que en ningún caso serán inferiores a 2,5 hectáreas por vivienda». Es decir, que para poder levantar una casa en el campo, la parcela en cuestión tiene que tener una superficie equivalente a más de tres campos de fútbol. Esa superficie mínima, se eleva hasta las cinco hectáreas (siete campos de fútbol) en el caso de suelos de naturaleza forestal en los que no esté prohibido expresamente el uso residencial.
Además, «la forma de las parcelas habrá de permitir trazar un círculo de 50 metros de radio en su interior», detalla el reglamento de la LISTA, que también obliga a que la superficie ocupada por la vivienda no exceda del 1% de la finca rústica, porcentaje que se rebaja al 0,5% para suelos forestales. La altura de la casa no podrá superar los siete metros «hasta la cara superior del forjado de la cubierta», y se deberá procurar «la plantación de arbolado de especies autóctonas para la reducción del impacto paisajístico de estas actuaciones».
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