La cara sucia del Guadalhorce: vertidos, escombros y hasta animales muertos
El incivismo y la falta de vigilancia llenan de residuos el tramo del río que discurre entre Alhaurín de la Torre y Málaga capital
El río Guadalhorce tiene motivos para presumir en numerosos puntos de su trazado, empezando por su nacimiento y terminando en el paraje natural que conforma ... su desembocadura, pero el río más importante de la provincia de Málaga también tiene una cara oculta. Y es muy sucia. Y va mucho más allá de que, a falta de la depuradora metropolitana proyectada desde hace años, siga siendo el sumidero al que van a parar las aguas fecales de Alhaurín el Grande y Cártama a un ritmo de 5,9 hectómetros cúbicos anuales (el equivalente a 1.750 piscina olímpicas). Por si fuera poco esta contaminación, el cauce y su entorno son escenario de una desagradable combinación del incivismo de algunos con la dejadez y falta de vigilancia por parte de las administraciones competentes, como son los ayuntamientos y la Junta de Andalucía.
¿El resultado? Estampas como la que ofrece el tramo que sirve de frontera entre Alhaurín de la Torre a la altura de la barriada de Santa Amalia con las de Las Castañetas y Santa Águeda, pertenecientes al distrito de Campanillas en la capital. Escombros y basura de distinta procedencia, todo el ancho del cauce cubierto por espuma blanca y agua con un tono azulado, un hedor que llega a ser irrespirable e incluso un animal muerto (parece ser un potro ) que permanece semisumergido, hinchado, descomponiéndose y repleto de moscas en el canal de riego que discurre en paralelo al río, donde también asoman varias tortugas para darle un toque de vida a la escena.
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«No entiendo cómo se permiten estas situaciones. Tengo una parcela cerca y suelo venir a menudo, y siempre está así, con el agua asquerosa y con escombros en los caminos de acceso. La gente no tiene arreglo», se lamenta Roberto Morillo, quien además de denunciar los malos hábitos de algunos también echa en falta más vigilancia y control para erradicar estas prácticas. «Sin ir más lejos, en cuanto vi el animal muerto el domingo llamé a la Guardia Civil, pero me dijeron que telefoneara a la Policía Local de Alhaurín. Y desde ahí, que lo hiciera al Seprona». Este lunes al mediodía todavía estaba allí el animal putrefacto.
Ante esta realidad, Roberto se pregunta si esa sensación de dejadez será compatible con el proyecto del Corredor Verde que impulsa la Diputación con paseos fluviales y miradores en paralelo al río que unirán los ocho municipios de la cuenca baja (Álora, Ardales, Pizarra, Alhaurín el Grande, Coín, Cártama, Alhaurín de la Torre y Málaga) en un trazado de 54 kilómetros comprendido entre los parajes naturales del Desfiladero de los Gaitanes y la Desembocadura del Guadalhorce. «Tendrán que esforzarse mucho para ponerlo todo bonito», remarca.
Otro punto negro
Lamentablemente, no es el único punto negro de acumulación de residuos existente en el tramo final del Guadalhorce. Otro 'clásico', esta vez en la capital, es la escombrera situada justo por encima de la antigua N-340, en la zona donde el arroyo de las Cañas desemboca en el río. Un bosque de eucaliptos lo disimula, pero basta con adentrarse unos metros por el acceso desde la carretera de Azucarera-Intelhorce ubicado a espaldas de la depuradora para encontrarse una factoría con decenas de electrodomésticos desguazados, infinidad de sacos de obra, azulejos y muebles.
Todo ello, a pesar de que los malagueños tienen la opción de dejar los muebles junto al contenedor el día antes al que pasa el camión de recogida de enseres de Limasam, cuyo calendario viene indicado en un cartel del propio recipiente y que también se puede consultar en la web de la empresa municipal de limpieza.
En cuanto a los escombros, cabe recordar que los ciudadanos pueden depositar de forma gratuita tanto en el punto limpio del polígono Guadalhorce como en el vertedero hasta diez sacos de retos de obra. Para las empresas, la tarifa por cada tonelada de residuos voluminosos es de 63,15 euros más IVA desde el pasado 1 de enero, cuando comenzó a aplicarse la nueva tasa estatal de 40 euros que grava el depósito de cualquier tipo de desecho que termine en los basureros.
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