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Después de más de un mes y medio de inestabilidad meteorológica, lluvia y frío, esta semana regresará el tiempo «típicamente malagueño» para esta época del año. Ha habido que esperar hasta la segunda quincena de abril para que se instale de nuevo el anticiclón que se despidió a finales de febrero, lo que traerá consigo tiempo estable durante esta semana.
Especialmente de cara al próximo viernes, cuando se notará una subida generalizada de las temperaturas, que harán que la provincia pique por primera vez este año en el umbral psicológico de los 30 grados.
Entre el lunes y el miércoles la atmósfera todavía seguirá algo revuelta, aunque con muy bajo riesgo de precipitaciones, salvo algún chaparrón débil, más probable en la zona del Torcal de Antequera. «Esta puede ser la primera semana sin lluvias en toda Andalucía después de muchas», afirma el director del Centro Meteorológico de Aemet en Málaga, Jesús Riesco.
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A partir de mañana ya se instalará el anticiclón, que protegerá a la zona Mediterránea del paso de las borrascas. Y ello, unido al llamado «fenómeno de subsidencia», hará que las temperaturas en la capital y buena parte de la costa alcancen los 26 grados o más el viernes y el sábado. Y por la misma razón, superarán los 30 grados en municipios del alto Guadalhorce, como Coín y Álora, especialmente el sábado, 26. La máxima en lo que va de año se registró el pasado 29 de marzo, con 28,2 grados.
En meteorología, la subsidencia es el movimiento descendente del aire desde las capas medias y altas de la atmósfera hacia la superficie, en cuyo camino se va calentando. Este fenómeno suele asociarse con la llegada de los anticiclones y genera condiciones estables y temperaturas más cálidas. Por tanto, hay que diferenciarlo del terral, que no está previsto que se produzca estos días, según Riesco.
José Luis Escudero, responsable del blog meteorológico de SUR.es, Tormentas y Rayos, corrobora que el calor este fin de semana se notará más en el alto Guadalhorce, donde el modelo Europeo da máximas de hasta 29 grados. «Es posible que al norte de la capital pueda haber 27 grados, y cerca de la playa, hasta 5-6 grados menos», ilustra.
Pero la siguiente pregunta de muchos de los lectores es: ¿Ha llegado ya el verano? Pues la respuesta es que todavía no. A partir del miércoles de la semana que viene (30 de abril) los modelos todavía dan la posibilidad de una nueva borrasca que se podría descolgar por el Atlántico, aunque el meteorólogo de Aemet advierte de que todavía está muy lejos para acertar con el nivel de afección sobre la provincia.
Las últimas precipitaciones importantes se vivieron el pasado Martes Santo, cuando dos tormentas sucesivas de agua y granizo menudo dejaron en la capital 2 litros por metro cuadrado en 10 minutos; y 1,2 l/m2 en media hora. Fueron, como admite Jesús Riesco, «aguaceros muy difíciles de predecir, que se reforzaron justo antes de llegar a la ciudad», por lo que las descargas alcanzaron cotas más intensas de lo esperado, aunque dentro del alto riesgo que había esa jornada.
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