Alarma en la playa de Playamar por el posible avistamiento de un tiburón

Ignacio Lillo

Málaga

Miércoles, 24 de junio 2020 | Actualizado 25/06/2020 10:25h.

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La posible presencia de un tiburón en la playa de Playamar, en Torremolinos, hizo cundir la alarma este miércoles entre los bañistas. Los usuarios salieron del agua ante la visión de lo que algunos aseguraban que era un escualo, aunque a juicio de otros testigos no era más que una bolsa de color negro, pero ante el temor de algunos de los presentes, la mayoría optó por salir del agua.

En cualquier caso, SUR ha consultado con los especialistas y no es descabellado que los asistentes vieran un tiburón en ese punto del litoral malagueño. Según explican los investigadores, un ejemplar macho de tintorera de 1,7 metros de longitud lleva varios días paseándose por el litoral malagueño, y como otros grandes depredadores va a la zaga de un gran banco de alachas (como sardinas grandes) que está nadando estos días cerca de la costa, según comenta Francisco Pinto, especialista en tiburones del Aula del Mar.

Este ejemplar se pudo ver por primera vez con claridad en la playa de Malapesquera, en Benalmádena, el 13 de junio. Quedó varado en la orilla y, siguiendo las instrucciones de este especialista, varios bañistas la echaron al agua en brazos boca arriba, lo que se conoce como «inmovilidad tónica», esto es, el animal queda en estado de trance, dormido, y resulta inofensivo. Finalmente, tras echarlo al agua se marchó. Poco después apareció de nuevo, concretamente el siguiente domingo, en una playa de El Palo, y el de este miércoles podría ser el tercer avistamiento.

Estos días los patrones de pesca han referido la presencia de ballenas a apenas 400 metros de la orilla, lo que podría estar motivado por este mismo banco de peces. «El hecho de estar metidos en casa durante el confinamiento ha hecho que no salgan embarcaciones ni motos acuáticas, por lo que los grandes depredadores se ha acercado más al litoral».

Además, a principios de junio se vio en la desembocadura del Guadalhorce y frente a la Bahía de Málaga un ejemplar de tiburón peregrino, una especie que supera los siete metros de longitud aunque es totalmente inofensivo porque se alimenta de plancton.