¿Cuál sería el aforo máximo de las playas de Málaga capital?

Francisco Jiménez

Málaga

Viernes, 24 de abril 2020, 00:42

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¿Qué va a pasar este verano con las playas? ¿Se podrá ir con los amigos o sólo con la familia? ¿Estarán abiertos los chiringuitos? La única certeza en este mar de incertidumbres es que la estampa habitual de miles de bañistas abarrotando el litoral no se va a dar en la próxima temporada estival. A la espera de que el Gobierno se pronuncie al respecto, y con los accesos a día de hoy precintados, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, planteaba el martes que las playas de la región abran con limitaciones de aforo para que se pueda mantener la distancia de seguridad y que los agentes de la Policía Local o incluso la Autonómica podrían actuar como «vigilantes de playa» para que se cumpla ese perímetro por familia y que nadie pueda acceder una vez se cuelgue el cartel de completo. Y sobre esa posibilidad ya están trabajando en el Ayuntamiento de Málaga.

Aunque por ahora no es más que un borrador sujeto a la evolución de la pandemia y a las directrices que adopte el Estado, en el Área de Playas ya empiezan a dibujar distintos escenarios en función de la separación mínima que establezcan las autoridades sanitarias para frenar la propagación del coronavirus. El más drástico supondría reducir la presencia habitual de bañistas en un 90%. En condiciones normales, los 13,5 kilómetros de litoral malagueño tienen capacidad para albergar a unos 200.000 usuarios en unas condiciones más o menos aceptables de confortabilidad. En ese hipotético futuro, serían poco más de 18.000.

¿Qué se entiende por aceptable? Entre 4 ó 5 metros cuadrados por persona considerando únicamente la zona activa y de reposo de cada playa. Según este criterio estandarizado en España, una densidad de 3 m2 sería «saturación» y menos de 2, «intolerable», tal y como recoge el informe 'El turismo como recurso costero' del catedrático y experto en playas turísticas, Víctor Yepes, que es el que usan como referencia en la capital.

En función de la longitud y anchura, la franja comprendida entre la Misericordia y el Dedo es la que presenta un mayor grado de saturación en condiciones normales, mientras que por capacidad destacan los 33.800 usuarios potenciales de la Misericordia y los 30.400 de la Malagueta. La primera, por su longitud (2.000 metros) y la segunda, por su anchura (45 metros). Nada que ver con los 3.600 de los Baños del Carmen o los 1.500 del Candado.

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Partiendo de esa base, en el Consistorio contemplan distintas variables (siempre condicionadas a las instrucciones que lleguen del Estado) que ampliarían el espacio asignado por persona en una horquilla que oscilaría entre los 10 y los 25 m2. Siguiendo la fórmula de aforo para playas turísticas, que consiste básicamente en dividir la superficie de arena por la carga potencial (m²/persona) aunque se le pueden aplicar otras variables como el espacio de servicios complementarios o las dimensiones de la zona de baño, en el supuesto de que se fijara un mínimo de 10 m² por bañista ese aforo medio de 193.000 usuarios se quedaría en 45.000.

Evidentemente, a más perímetro de seguridad por persona menos aforo. El siguiente escalón, 15 m², supondría que en las playas de la capital únicamente podrían coincidir 30.000 bañistas. Llevado al extremo de los 25 m², serían 18.200. A modo de referencia, en la Misericordia sólo cabrían 2.400 y en los Baños del Carmen apenas 300. Preguntada al respecto, la concejala de Playas, Teresa Porras, afirma que dado que «lo único que parece claro es se va a fijar un aforo, se está avanzando en esta línea, pero poco más se puede hacer mientras no se sepa cómo será la desescalada». «Cuando nos digan cómo, nos pondremos en marcha», remarca.

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