Las VPO de nunca acabar: cuatro años para un proyecto municipal de 35 pisos en Málaga
La unión de constructoras a las que el Ayuntamiento contrató los trabajos no los finaliza pese a dos aumentos de precio por más de 750.000 euros
Los adjudicatarios de los pisos de VPO que el Ayuntamiento de Málaga sorteó en abril de 2021 no sabían que se enfrentaban a demasiados años ... de espera para poder disfrutar de sus viviendas. En la primavera de ese año, el Consistorio eligió al azar a los 35 afortunados por poder adquirir un piso de protección oficial en una zona muy próxima al Centro de la ciudad, y a la fachada litoral de Huelin. Se trata de un proyecto ubicado en la avenida Ingeniero José María Garnica, con un inicio de obras que no estuvo exento de cierta polémica, al toparse con las críticas de los vecinos de un bloque posterior que perdían las vistas a esta avenida que comunica el paseo de Antonio Machado con la explanada de la Estación.
La Sociedad Municipal de Viviendas contrató las obras de estas viviendas con la unión temporal de las empresas Ogensa (Obras Generales del Norte) y Grupo Ferson por 3.850.123 euros, y con un plazo de ejecución de dos años. Los responsables del Ayuntamiento y los adjudicatarios de los pisos no sabían que ese plazo, que empezó a contar el 26 de febrero del año 2021, se duplicaría, sin que todavía se sepa a ciencia cierta cuándo estarán definitivamente terminadas las obras.
Más de cuatro años después de que se firmara el acta inicio de los trabajos en esa fecha, la construcción de estas 35 VPO sigue sin estar totalmente concluida para desesperación de sus adjudicatarios, que en muchos casos ya han abonado al Ayuntamiento los 40.000 euros que se les exigían como primer pago, antes de la entrega de llaves. «Esto te destroza a nivel psicológico», afirma Andrés Franco que, a sus 38 años, no ha podido iniciar una nueva vida con su novia en la VPO que le tocó en 2021 y se resigna a seguir viviendo, como ella, en la casa de sus padres. «Como están los precios de los pisos no podemos pagarnos un alquiler temporal, así que seguimos viviendo con nuestros padres y hemos aparcado el momento de tener un hijo», confiesa Andrés, quien remarca que otros adjudicatarios afectados que se fueron a vivir a un piso de alquiler a la espera de la entrega de las llaves de estas VPO están llegando a una «situación límite» porque les han subido las mensualidades. «Creemos que el Ayuntamiento no está poniendo todos los medios para corregir esta situación», critica.
«Esto te destroza a nivel psicológico», denuncia uno de los adjudicatarios, que se resigna a seguir viviendo con sus padres
Por su parte, el concejal de Vivienda, Francisco Pomares, apunta que se ha establecido un calendario con la unión de constructoras para que finalicen lo que queda de obra de aquí a final de año. Para ello, los responsables de la Sociedad Municipal de Vivienda están teniendo con los adjudicatarios unas reuniones mensuales, el primer jueves de cada mes, en las que se les explican los avances de los trabajos. «La obra sigue lenta. Nos han dado como fecha el 31 de octubre, pero creemos que eso no se va a cumplir», apunta Andrés Franco.
Detrás de esta demora están los problemas económicos de la constructora Ferson que, según fuentes consultadas, se habría desentendido de los trabajos, dejando todo el peso en Ogensa, que los continua a ralentí, para desesperación de los futuros moradores de los pisos y del Ayuntamiento, que en los últimos años ha aprobado dos incrementos de presupuesto de estas obras por un importe total de 753.203 euros, y un aumento de plazo de siete meses.
En este caso, las obras salieron a concurso por 3.850.123 euros y se adjudicaron por 3.663.392 euros, una rebaja no excesivamente significativa para este tipo de contratos de obras. Sin embargo, la realidad es que las empresas a las que la Sociedad Municipal de Viviendas encomendó este proyecto no han respondido como se esperaba, poniendo al Ayuntamiento a los pies de los caballos.
El edil de Vivienda confía en que el edificio pueda estar listo antes de final de año. «Se le está haciendo un seguimiento mes a mes, y se explica todo a los adjudicatarios», insiste. El objetivo del Consistorio es no tener que llegar a la resolución del contrato, porque eso implicaría una tramitación mucho más dilatada en el tiempo (para encargar lo poco que resta a otra constructora por concurso) que lo que supone terminar lo que queda de los trabajos, cuyo coste supera ya los 4,4 millones de euros. En cualquier caso, aún no está claro qué sucederá finalmente.
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