La tumba de la desmemoria
El Ayuntamiento instará a la Diócesis de Málaga a exhumar los restos del aviador franquista García Morato de la iglesia del Carmen para cumplir un acuerdo del pleno
La comisión de la Memoria Democrática del Ayuntamiento daba ayer un golpe de efecto acordando impulsar la exhumación de los restos del aviador franquista Joaquín ... García Morato de la iglesia del Carmen. Todos los grupos municipales, a instancias del socialista, mostraban su acuerdo ayer para solicitar a la Diócesis de Málaga iniciar los trámites oportunos para facilitar el proceso, que sería el segundo de esta índole tras la exhumación de los restos de Franco. Así dan cumplimiento al acuerdo plenario de julio de 2018, en el que también se aprobó apear el nombre del comandante de una avenida en el polígono industrial del aeropuerto.
García Morato fue enterrado como un héroe del bando nacional en Málaga el 8 de abril de 1939, tal y como contaba Cristóbal Villalobos el pasado domingo en la edición digital de este periódico. El 4 de abril, sólo tres días después de darse por finalizada la Guerra Civil, el comandante se estrellaba con su aparato durante una exhibición en un aeródromo de Madrid.
Del llamado 'as de la aviación nacional' se constata que había derribado cuarenta aviones enemigos durante la contienda, a los que podían sumársele otros 12, cuyos derribos también podían adjudicársele, habiendo participado en más de 140 combates aéreos. De origen melillense, se casó con una de las hijas del piadoso doctor José Gálvez Ginachero, que justamente ahora la Iglesia quiere elevar a los altares. Precisamente, otra de las cuestiones abordadas en la comisión de Memoria Democrática fue la de apear el rótulo del también aviador franquista Carlos Haya de la avenida que lleva su nombre, también aprobado en un pleno de diciembre de 2017. Otro de los yernos de Gálvez Ginachero, por lo que ambos militares eran obviamente cuñados. Y es esa circunstancia, el hecho de que estuviera casado con una malagueña, fue lo que posibilitó que las exequias de García Morato tuvieran lugar en Málaga capital. Su entierro, como dan cuenta los periódicos de la época, fue un escaparate para exaltación del bando nacional, que acababa de salir victorioso. Su capilla ardiente se instaló en el Ayuntamiento de Málaga, su desfile fúnebre pasó por las calles principales, entre ellas la plaza de la Marina y la calle Larios, en unos actos en los que participaron el teniente general Queipo de Llano y el general Millán Astray.
Lo cierto es que pocas veces, o casi ninguna, ha salido a colación la existencia de la tumba de este aviador franquista en la iglesia del Carmen, que muchos malagueños desconocen. Sólo hubo un pequeño revuelo cuando la por entonces ministra de Defensa María Dolores de Cospedal visitó Málaga en la Semana Santa de 2017 y la basílica, de donde sale la hermandad de la Misericordia (El Chiquito), y se le acusó desde Unidas Podemos de ir a homenajear al aviador, lo que llevó aparejada una comunicación del Ministerio negándolo de forma rotunda: «La ministra fue a ver la cofradía y la salida de su procesión; nada tiene que ver con un homenaje a García Morato», decía el escrito.
El portavoz socialista, Dani Pérez, daba ayer una rueda de prensa congratulándose de las medidas adoptadas en la comisión, y explicaba que ha quedado constatado que García Morato «participó en la masacre de decenas de miles de personas y ayudó a los mismos bombarderos nazis e italianos que persiguieron y asesinaron a la población civil, como le sucedieron a los malagueños que se echaron al camino hacia Almería, más conocido como la Desbandá«.
Para la próxima comisión de Memoria, que se celebrará en junio, la concejal socialista Lorena Doña ha exigido que se lleve un informe del Centro Municipal de Informática (CEMI) y de la comisión de Calles para formalizar la retirada del nombre de ambas avenidas, la de García Morató y la de Carlos Haya.
Vuelve el funcionario suspendido de empleo
¡Ay esos pasillos en los que de todo se habla! Esa sala al aire libre de la azotea en la que se inhalan hierbas legales como si no hubiera un mañana. Ahora que la Audiencia Nacional ha fallado que las pausas para el café o el tabaco no computan como horas de trabajo. ¡Venga ya, están de broma!, que decían ayer en la azotea de la Casona varios empleados públicos. Uno de los asuntos que se trataba era la vuelta al trabajo del funcionario suspendido de empleo y sueldo durante un año tras haber sido condenado por la Audiencia Provincial a un año de cárcel por un delito contra la intimidad y coacciones a su compañera, al usurpar su cuenta de Facebook con la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo y doce meses de multa así como por coacciones a una pena de veinte días de multa, que en total suman en total unos 2.300 euros. Pues nada, que ya está en su puesto de trabajo y que esperan que vuelva arrepentido.
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