De la Torre se asegura la tranquilidad hasta el fin del mandato tras pactar con Juan Cassá

Lo que ha quedado meridianamente claro, por las palabras del propio Cassá, es que no entra en el equipo de gobierno para no «desestabilizar las relaciones del PP con Ciudadanos». De hecho el regidor ha recordado que cuando éste se marchó de su partido, en mayo de 2020, él mismo explicó que le gustaría que formara parte del gobierno por lo que suponía de seguridad jurídica para Málaga y para los proyectos que salgan adelante en el Ayuntamiento, pero que al ver la posición en contra de los naranjas no insistió en esta línea, «pero hubiese tenido tanto sentido». Recordó el alcalde que hubo un «silencio clamoroso de la oposición» que quería desestabilizar el gobierno de la ciudad, «luego supimos que habían tenido contactos» para crear un gobierno alternativo. «Este acuerdo –prosiguió el alcalde– es una manera de cortar las especulaciones» y de «dar respuesta a esa inquietud impostada de la oposición». De la Torre explicó que se refería a lo que ocurrió el pasado mes de julio cuando Cassá votó en contra del centro de oficinas en el puerto, una acción que provocó un gran revuelo mediático, lo que rectificó más tarde en un pleno extraordinario cuando se reunió con el regidor.

El acuerdo, que demandó el propio Cassá, como explicó, no le dará, a cambio de la estabilidad otra serie de contrapartidas materiales como tienen el resto de los grupos municipales, ni tampoco asesores a su cargo, aunque de hecho ya dispone de ellos en la Diputación, donde el asturiano volvió a incidir en que, aunque forma parte del equipo de gobierno en el ente supramunicipal (PP y Cs), seguirá siendo la voz de 'Por Mi Pueblo', una posición que, como poco, tiene difícil encaje.

En cuanto al hecho de que Cassá entrara a formar parte del PP o tuviera un puesto en la lista popular en las próximas elecciones municipales de volver a presentarse De la Torre, éste explicó que no lo iba a abordar porque quería estar en el presente y ser riguroso. Preguntado sobre si le gustaría que el no adscrito fuese miembro del PP, éste afirmó que «eso era un tema personal entre el no adscrito y el partido», pero que él era partidario de que el PP incorporara al máximo de personas que se puedan sentir identificadas con los ideales que propugnan. Por su parte, Cassá sí dejó claro que aspiraba a seguir en política, aunque puntualizó que no tenía cerrado ningún tipo de acuerdo en este sentido. «Me preocupa la continuidad dentro de dos años y el cómo y el cuándo ya se verá», añadió sin reparos.

Tanto De la Torre como Cassá repitieron ayer en varias ocasiones la palabra estabilidad. «Este acuerdo aporta estabilidad, seguridad jurídica y que los objetivos del gobierno se van a ir desarrollando», fue la frase con la que finalizó el regidor su intervención.

Tras la escenificación, firma incluida, la líder de Ciudadanos, Noelia Losada, hizo la siguiente advertencia: «Ellos saben (el PP) que jamás vamos a cogobernar con un tránsfuga (Cassá) porque el sentido de la ética no los impide. Si un tránsfuga entra en el equipo de gobierno, nos salimos», sentenció. Losada añadió que el acuerdo es «puro humo» ya que Cassá ha demostrado que no le mueve el trabajo ni el interés por Málaga.

El portavoz socialista, Dani Pérez, cargaba las tintas diciendo que es «una compra de voluntad absoluta», e iba más allá indicando que este es «el acuerdo en A, pero no sabemos el acuerdo en B». Añadió que iban a llevar el escrito a la comisión del Pacto Antitransfuguismo, una cuestión a la que se sumó la portavoz de Adelante Málaga, Paqui Macías, quien añadió que le parecía «una vergüenza» esta compra de voluntades, y que Cassá fuese un mercenario de la política.