Menos subvenciones y menos aportación de familias lastran las cuentas de Proyecto Hombre
La entidad lanza una petición de ayuda ante los «desastrosos» resultados de 2016, que cierra con un déficit de más de 26.000 euros
Pocas veces la presentación de unos resultados económicos dejan términos tan contundentes a la hora de definir las cuentas. Las de Proyecto Hombre en 2016 ... han sido «desastrosas». Con esa claridad meridiana comenzó a rendir cuentas su vicepresidente y responsable económico, Juan Serrano, quien avanzó que 2016 se cierra con un déficit de 26.000 euros. A pesar de que suele ser habitual que este tipo de entidades se muevan en presupuestos más que ajustados y que tengan que hacer mucho con poco, en esta ocasión los responsables tienen claro dónde está el desfase: «Han fallado las aportaciones de las familias –a los familiares de los adictos se les pide una colaboración económica por los tratamientos en la medida de sus posibilidades– y algunas subvenciones, como una que nos daba la Diputación Provincial pero que ha descendido; y además aún no hemos tenido el ingreso de una ayuda europea que se ha retrasado», lamentaba Serrano, que aún así pone las cifras de Proyecto Hombre negro sobre blanco para que los colaboradores vean dónde va cada euro.
En cifras, el presupuesto global de la entidad «lleva tres años congelado» y los ingresos han ascendido a 1.155.000 euros: el 58% proceden de las aportaciones de administraciones públicas y privados; el 23% de las familias y el resto (un 13%) de los donativos de particulares, instituciones y empresas.
En el capítulo de gastos, el 80% se destina al gasto de personal, es decir, al pago de las nóminas de los 32 profesionales en plantilla que atienden a los afectados; y el 18,50% al mantenimiento de las tres casas que Proyecto Hombre tiene abiertas en la provincia de Málaga, una de ellas –la de Algarrobo– funcionando a modo de comunidad terapéutica y en la que viven 50 internos durante todo el año. «El resto va a pequeños gastos», confirmó Serrano, quien no dudó en dejar sobre la mesa una última petición de ayuda para el que ayuda: «Lo necesitamos», concluyó.
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