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Miércoles, 9 de mayo 2018, 00:25
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Entre nerviosos e ilusionados, los alumnos de sala y cocina de La Cónsula se preparan para recibir a sus primeros clientes 'reales'. Será un acto cargado de simbolismo, pues queda poco para que terminen las clases y los estudiantes se marchen a realizar las prácticas en empresas del sector. Pero los responsables del Servicio Andaluz de Empleo entienden que es necesario lanzar a la sociedad malagueña un mensaje de normalización total de la actividad en las escuelas de hostelería malagueñas tras cinco años sumidas en el desconcierto y la confusión, con cierres intermitentes del restaurante. Muchos temían lo peor: los problemas aumentaban día tras día, con falta de pago a los profesores y proveedores, facturas sin abonar y finalmente huelgas de alumnos, docentes y cierre de las escuelas. A principios de 2016 ambas escuelas se integraron en el SAE, después del fracasado paso por la Consejería de Educación. El curso 2016/17 fue el de la recuperación de la normalidad en la docencia. Y había interés en que en el actual los restaurantes también abrieran al público, aunque sea a unas semanas de final de curso.
En el salón del restaurante, Alejandro Martín, David Martín, Alba Díaz, Billordo Fabián, José Miguel Toledo, David Pajarón, Sulay Marte y Juan Díaz repasan las copas bajo la mirada de la profesora Isabel García. «No es lo mismo servir a un compañero que a un cliente», comenta José Miguel Toledo, un joven de Yunquera. David Pajarón añade que, aunque están aprendiendo, «nada es comparable con un servicio real, que es lo que nos vamos a encontrar en la calle». En cocinas, en cambio, se relativiza la apertura al público. «No paramos de trabajar y de cocinar. Al público habrá que preparar otros menús, pero aquí en cocina siempre hemos trabajado a tope», indica Juan García, que entiende en cambio que a los compañeros de sala sí les interesa en mayor medida el servicio al público.
Desde Empleo se ha puesto el énfasis en que los alumnos estaban realizando sus prácticas, aunque no hubiera servicio al público. Se trabaja en las dos cocinas, y se utilizan tanto el comedor de alumnos como el salón principal. La apertura al público (se baraja el próximo martes día 22) ha estado precedida de un intenso trabajo administrativo y burocrático. Así, por ejemplo, ahora todas las compras tienen que pasar por licitación pública. Y el pago en el restaurante tendrá que ser con tarjeta, para que quede ingresado de manera automática en la Consejería de Hacienda.
La Cónsula participará este sábado en las actividades de La Noche en Blanco. Se han preparado una visita guiada, en dos turnos. Y a los participantes se les obsequiará con la degustación del 'papitos burguer', uno de los platos preferidos de Ernest Hemingway, escritor que se alojó en la finca en el verano de 1959.
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