El puerto de megayates logra el permiso de Costas y arrancará la próxima semana
El proyecto náutico para el muelle uno y parte del dos incluye dos pequeños espigones y el objetivo es empezar a recibir barcos a partir de junio
El puerto para megayates de Málaga ya tiene el permiso de Costas para empezar las obras en la parte marítima. La Autoridad Portuaria recibió ... ayer el informe favorable de la Dirección General a esta instalación, según informó su presidente, Carlos Rubio. La sociedad concesionaria ha solicitado al Puerto el acta de replanteo y ha contratado a Ferrovial para la ejecución, con una inversión prevista de más de diez millones de euros.
De manera que, si obtienen dicho permiso esta misma semana, a mediados de la próxima comenzarán los trabajos en el muelle uno, con la previsión inicial de dar empleo a una veintena de trabajadores. El objetivo es que en junio algunos de los atraques estén listos para empezar a recibir barcos, según explicaron fuentes de la sociedad concesionaria. «La empresa tiene todo preparado para empezar en cuanto obtengan las autorizaciones», confirmó Rubio, y mostró su confianza en que el próximo verano estará operativo para recibir a los primeros ‘huéspedes’.
La primera tarea será el tendido de las canalizaciones e instalaciones de electricidad, agua potable y residuales. De esta forma, pretenden ir avanzando y ganar tiempo hasta que llegue la licencia de obras para la parte terrestre que está tramitando la Gerencia de Urbanismo, y que es necesaria para la reforma de la estación marítima que va en el cubo de cristal situado junto a la Farola. Al respecto, consultado por este periódico, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, se limitó a indicar que se está trabajando en el permiso y que se aprobará «lo antes que sea posible».
Dos espigones
La parte más llamativa de los trabajos de adecuación de la dársena del Marqués de Guadiaro consiste en la construcción de dos pequeños espigones, ambos necesarios para evitar la agitación de las aguas, que suponen una incomodidad para los pasajeros y las tripulaciones. Una irá en el extremo del muelle uno, a la altura de la Farola, de 30 metros de longitud, en perpendicular, y consistirá en una barrera transversal a base de tablestacas y pilotes (un tipo de pantalla o estructura de contención flexible, formada por piezas prefabricadas), de dos metros de ancho.
El segundo estará hacia la mediación del muelle 2 (el del Palmeral), y será un muro de bloques de hormigón, también en perpendicular, con 50 metros de largo y un ancho de cinco metros. De esta forma, los estudios prevén que será posible contener el movimiento de las aguas interiores. Estas estructuras respetan el círculo de maniobras de los ferrys de Melilla (el conocido popularmente como el Melillero) que seguirá amarrando en el cercano muelle 3.
La concesionaria de la explotación es la unión de empresas formada por Cabo Marina y Puerto Picasso Málaga, o lo que es igual: la multinacional estadounidense IGY Marinas, junto a Ocean Capital Partners y el empresario malagueño Domingo de Torres. La dársena para grandes embarcaciones de recreo prevista en el muelle 1 y la mitad del 2 supondrá la creación de 31 puntos de atraque para embarcaciones de entre 30 y 100 metros de eslora, y se explotará durante un plazo de 20 años. El ámbito espacial de la concesión cuenta con una lámina de agua de 41.484 metros cuadrados, con la correspondiente superficie de tierra (4.830), y una longitud de muelle de 770 metros.
Se incluye, además, el edificio situado en la parte más al sur del paseo de la Farola, para una estación marítima; así como dos parcelas anexas. Un conjunto de 745 metros cuadrados que estará destinado a la recepción, registro, control y otros servicios complementarios para atender estas actividades.
Casa de botes
En la misma zona, algo más retrasado va el proyecto para crear un restaurante de lujo en el edificio de la antigua Casa de Botes, una vez reformado, y que incorporará una vistosa pasarela para acceder al establecimiento desde el mirador situado en el extremo del muelle uno.
Rubio comentó que la concesionaria, el grupo Trocadero, está ultimando el proyecto definitivo de rehabilitación y adecuación del inmueble, aunque este documento está «muy avanzando». Luego se tendrá que supervisar en la Autoridad Portuaria y acudir a Urbanismo para pedir la licencia de obras. «En un mes podría estar todo listo para empezar».
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