Las familias y las empresas, con el agua al cuello tras nueve meses de crisis
Cáritas y la Cámara de Comercio dibujan el negro panorama que vive la provincia desde que comenzó la pandemia durante su participación en el programa de 101tv y SUR
Los negros nubarrones que azotan la provincia desde el inicio de la pandemia del coronavirus comienzan a calar en la moral y en el bolsillo ... de familias y empresas malagueñas. Los nueve meses de crisis sanitaria y económica han provocado que se multipliquen las peticiones de ayuda tanto a entidades sociales como a agrupaciones empresariales. Un panorama desolador que Cáritas y la Cámara de Comercio dibujaron anoche durante su participación en La Alameda, el programa que producen 101TV y SUR, y que dirige el director de este periódico, Manuel Castillo. Para completar la visión general, el gobierno andaluz, en boca de su delegada en Málaga, defendió la gestión de la crisis y trató de poner algo de luz en una foto realmente oscura.
El primero en alertar sobre los efectos de la crisis económica fue el director de Cáritas en Málaga, Francisco José Sánchez, quien consideró que esta crisis es mucho más profunda y dañina que la de 2008 porque ha afectado a persona que nunca antes habían tenido que recurrir a los circuitos sociales: personas que prácticamente vivían al día y que no tenían ningún tipo de colchón para hacer frente a las adversidades. «Es la segunda crisis en menos de doce años y por eso en las primeras semanas se dispararon los casos entre la población insegura o frágil», dijo.
El responsable de esta entidad social habló sobre los pobres vergonzantes (que no se atreven a pedir por miedo al qué dirán) y sobre los trabajadores pobres (aquellos que no tienen paga vivir pese a tener un trabajo), y recordó que durante los primeros cuatro meses de la pandemia destinaron 700.000 euros a ayudar a las familias. «Málaga es una ciudad generosa hasta el punto que te tienes que emocionar», reconoció. Del mismo modo confesó que también se ha multiplicado la ayuda de las empresas, que además son mucho más ágiles que las administraciones públicas.
Desde el punto de vista empresarial intervino el presidente de la Cámara de Comercio, Sergio Cuberos, quien conversó con los periodistas Javier Recio, Ana Barreales y Ana Pérez-Bryan. También aseguró que el panorama para el sector productivo es bastante más complejo que durante la anterior crisis, ya que afecta al turismo, que es el principal pilar económico de la provincia. A su juicio, las actuales limitaciones horarias impuestas por la Junta de Andalucía suponen una pesada losa para los empresarios, ya que quien quiere comprar a partir de las 18 horas recurre necesariamente a internet. «Las medidas de la Junta son necesarias, pero tendrían que haber afinado un poco más porque Málaga no está en una situación tan problemática como otras provincias», valoró.
Desaparición de empresas
Cuberos puso cifras al agujero provocado por la pandemia y alertó de que unas 14 ó 15.000 empresas ya han echado el cierre desde principios de marzo, sobre todo pymes o autónomos. «Ahora mismo hay muchas empresas zombies que son muertos vivientes», dijo. A su juicio, si se hubiera realizado un buen rastreo, no se hubiera llegado a este punto y se habría controlado mejor la segunda ola de la pandemia. Ahora –lamentó– «es el tejido empresarial el que más está sufriendo las consecuencias y, por tanto, tendremos más paro, mas ERTEs y más personas afectadas en sus bolsillos».
El contrapunto trató de ponerlo la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, quien defendió la actuación de la administración andaluza durante la pandemia y explicó que desde que arrancó la alerta el pasado mes de marzo se han contratado a 5.000 profesionales sanitarios en la provincia. Apenas horas después de que los hosteleros se manifestaran en la ciudad para reclamar ayudas, la máxima responsable andaluza en la provincia reconoció que la situación es «dramática», y confesó que todas las medidas que se están tomando son con criterios sanitarios.
Pese a ello, y cuestionada en diferentes ocasiones, Navarro no fue capaz de explicar cuáles son esos criterios y por qué se ha fijado el cierre del comercio y la hostelería a las 18 horas cuando las personas pueden seguir en la calle hasta cuatro horas después. Sobre este asunto sólo valoró que los epidemiólogos entienden que por la tarde se suele producir una mayor concentración de personas que durante la mañana.
La delegada defendió la labor que están realizando los rastreadores y dijo que en los últimos 15 días se han realizado 45.000 test sólo en Málaga. «Las medidas que estamos tomando son con el objetivo de frenar contagios y de que no se colapse nuestro sistema sanitario», resumió.
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