Los centros públicos y los concertados coinciden: «Hace falta una ley de educación técnica»
Silvia Santos y Juan Ignacio Santos reconocen que el inicio de curso está siendo mucho menos tormentoso de lo esperado
Después de ocho leyes distintas a lo largo de la democracia y de que los diferentes partidos políticos hayan ido modificando la normas educativa en ... función de su ideario, los profesionales a pie de aula reclamaron este jueves un ley de educación técnica al margen de criterios ideológicos. En la segunda parte del programa 'La Alameda' participaron la secretaria general de FSIE (Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza), Silvia Santos, y el director del IES Mediterráneo, Juan Ignacio Santos, quienes coincidieron en la necesidad de establecer una norma que defienda la cultura del esfuerzo y ponga en valor el trabajo de los profesores.
Los participantes comenzaron reconociendo que el inicio del actual curso escolar está siendo mucho menos tormentoso de lo esperado. En boca de Juan Ignacio Santos, «el resultado es francamente positivo; los niños han sido bastante cívicos y respetuosos con las normas». Para Silvia Santos, durante este inicio de curso ha quedado demostrado que «la enseñanza debe ser presencial».
Durante el debate también quedó claro que la ley educativa que pretende aprobar el gobierno no contenta a casi nadie. Silvia Santos, cuyo sindicato es el mayoritario en la educación concertada y privada, consideró que no es el momento de aprobar «una ley sin diálogo ni consenso» que sólo va a durar el tiempo que el gobierno esté en el poder. Por parte de la pública, Juan Ignacio Santos, lamentó que no se le dé un peso mayor a la educación pública. «Echamos en falta una mayor apuesta por la enseñanza pública, que es la que garantiza la igualdad en el territorio».
Ambos también coincidieron a la hora de hablar sobre la religión en la educación. Para el director del IES Mediterráneo, «la religión parece una maniobra de distracción»; mientras que para la responsable sindical, «si la sociedad quiere que haya religión, ya sea por creencia, historia o costumbre, no hay por qué tocarlo».
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