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Los vecinos del Olivar, en Churriana, se iban visiblemente enfadados, después de haberse manifestado a las puertas del Ayuntamiento y de haber intervenido en la ... sesión plenaria para mostrar su «total desacuerdo» con que «la cárcel de menores» se instale en la avenida de la Asunción, número 10, donde antiguamente había una inocente residencia de monjas. El cambio sustancial de uso de la parcela, que ha caído como un jarro de agua fría en los residentes de esta zona residencial, ha supuesto que se sumen un buen número de residentes de Churriana. La puesta en marcha de la actividad a través de declaraciones responsables, es decir la moción que Vox traía a la sesión plenaria para que los grupos municipales se opusieran al Centro de Internamiento de Menores Infractores (CIMI), era tumbaba por el equipo de gobierno del PP junto a Con Málaga, mientras que el PSOE votaba a favor. Debe ser la primera vez que se da en este mandato municipal estos votos cruzados en una sesión plenaria, PP y Con Málaga, por un lado, y el PSOE y Vox, por otro. Una dicotomía como poco curiosa. Ya había ocurrido anteriormente en la comisión de Urbanismo, en la que se abordó la misma cuestión.
Lo cierto es que lo mejor de la iniciativa de Vox, sin duda, fue oír en primera persona a una de las vecinas del Olivar, Carmen Sánchez, que dijo, nada más empezar, que era divertidísimo el pleno, y que era la primera vez que venía y que lo iba a hacer de ahora en adelante. Dotes políticas no le faltaban porque, con enorme soltura, utilizó tres turnos de palabra (9 minutos), agradeció el apoyo de Vox y el PSOE, le dijo a la viceportavoz de Con Málaga, Toni Morillas, que le gustaba su forma de ser, su criterio y su pasión, y que creía que lo único que le apartaba de votar la iniciativa en contra del CIMI era que la presentaba Vox. Y al alcalde de Málaga, Paco de la Torre, le espetó que era regidor porque era Paco de la Torre, y no porque era el cabeza de lista del PP. «Con usted estamos profundamente decepcionados y doloridos por su actitud». Indicó que no estaban en contra de que los menores se reinsertaban pero que ese no era el sitio, a lo que añadió que creen que se trata «de un fraude de ley», apuntando que podían acabar en la Fiscalía.
El portavoz de Vox, Antonio Alcázar, reiteró que las declaraciones responsables para hacer las obras de adaptación eran «una irresponsabilidad», y que una finca de ese tipo no es compatible con la instalación de un CIMI, que no hay estudio de movilidad, ni plan de aparcamientos, ni se pueden construir los muros adecuados, ni tiene el retranqueo necesario que exige a la vía pública, ni servicios de transporte público, ni centros de salud, ni Comisaría de Policía nipistas de deporte, a lo que añadió que no estaban en contra de la reinserción de menores, pero que a todas luces, ese no era el sitio.
El concejal socialista Salvador Trujillo, que se caracteriza por ser churrianero hasta la médula, indicó que, al igual que el Ayuntamiento de Málaga se había opuesto al centro de menores en Jarazmín (zona este) podía hacerlo en Churriana, porque aunque estaban comprometidos con la reinserción, un centro así no podía ir en un entorno residencial consolidado «porque no cumple ni con los vecinos, ni con los menores, ni con la ciudad de Málaga».
La concejala de Urbanismo, Carmen Casero, aprovechaba su intervención para darle en el punto de flotación a los socialistas por haberles parecido bien que en este lugar hubiese un centro temporal para menores inmigrantes porque venía avalado del Gobierno socialista, y no un centro de menores infractores porque lo promueve la Junta, mientras que éste pedía no confundir la inmigración con la delincuencia. «Tiene usted distintas varas de medir, basadas en la demagogia», le espetaba Casero, quien añadía que era su grupo, el socialista, el que estigmatizaba el CIMI, no el PP mientas que a Alcázar le pidió que dejara de insultar y que fuese a la Gerencia de Urbanismo a ver los expedientes.
La viceportavoz de Con Málaga, Toni Morillas, indicó que su grupo, bajo ningún concepto, iba a «sembrar odio contra los menores, y menos con los sectores sociales más vulnerables de la sociedad, y no vamos a participar en el blanqueamiento del grupo municipal Vox» al tiempo que subrayó que el meollo de la cuestión, de verdad, estaba en que la Junta revisase todo el modelo de gestión privatizado «en el que se precariza a los trabajadores, y se presta un servicio de mala calidad». Finalmente, los votos de Vox y el PSOE se sumaron, en total 12, pero poco tuvieron que hacer con los del PP y Con Málaga juntos, 18, que no opusieron a la apertura de este centro de internamiento de menores infractores (CIMI) en Churriana.
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