La Pelusa se sacude la gasolinera: «Hay euforia. La lógica manda. Era un contrasentido»
Los vecinos de este populoso barrio paleño celebran el informe negativo de la Junta. Incluso hay quien puso su casa en venta
La Pelusa es un barrio populoso de extraña configuración en el que conviven vecinos, zonas industriales, supermercados, gimnasios... Pero ya será muy difícil que una ... gasolinera. Pocas veces la lucha del ciudadano contra la Administración, David contra Goliat, surte efecto. La unión hace la fuerza. El informe ambiental emitido en agosto por la Junta de Andalucía arroja una conclusión clara: una estación de servicio en ese solar de la calle Potosí implicaría un riesgo para la salud.
Este jueves por la tarde, un buen puñado de vecinos se reunieron en el lugar para celebrar su conquista. Acudieron a la llamada de SUR y se congregaron en torno a los terrenos, presididos por una pintada reivindicativa de rechazo.
La trama urbana de las calles es intrincada, difícil para maniobrar, y marcada por un cierto desorden de direcciones y sentidos. Hay poco aparcamiento y las aceras son exiguas, tanto que, en los afortunados tramos que cuentan con ellas, no cabe la anchura de una persona.
Mínima distancia
A apenas media docena de metros de la parcela, hay casas. Y, muy cerca, empresas que trabajan el aluminio, lo que fue clave para determinar el informe ambiental negativo autonómico, que ha sido asumido por el Ayuntamiento.
La presidenta de la Asociación de Vecinos Gálica, Inmaculada de la Torre, se abraza a su compañera Dolores y no puede contener las lágrimas. Emoción en el ambiente tras más de cuatro años de trámites en firme por parte de la compañía Petroprix que ahora han quedado frenados en seco. «Tenemos una sensación de euforia. A pesar de que el Ayuntamiento sabía la resolución desde principios de agosto, nos enteramos ayer de la misma [por el miércoles]», manifestó. La dirigente vecinal quiso poner el acento en la peligrosidad añadida que otorgaría a esta gasolinera el hecho de ser 'low cost', puesto que eso implica falta de personal. «Eran 90.000 litros de combustible que nos querían poner que implicaban un peligro. Por eso vino la resolución de la Junta, que ha considerado que es un peligro para la salud y el medio ambiente. Es una batalla muy importante. La lógica manda. Era un contrasentido», incidió.
Litigios abiertos
Los vecinos tienen todavía abiertas dos vías judiciales, una contra el Plan Especial de la Zona y otra, contra la licencia de obra. Y, además, han iniciado un procedimiento contra el Consistorio ante Protección de Datos por compartir con la promotora las identidades de las casi 4.000 firmas recogidas en su día.
En estos años, han contado con apoyos políticos por parte de la oposición de izquierdas en el Ayuntamiento. Valoran que el primero en acudir en su ayuda fue el edil socialista Mariano Ruiz Araujo, que ayer se acercó a compartir con los congregados su felicidad. El miércoles recibieron la visita de Toni Morillas, la portavoz de Con Málaga.
Eduardo González, otro vecino satisfecho con la decisión, cargaba tintas: «El Ayuntamiento ha tenido un afán recaudador y nos ha defendido, ha intentado colarnos algo que es absolutamente insano para los vecinos, una vergüenza».
Especialmente centrada en la interlocución jurídica y técnica ha estado estos años otra vecina de la zona, Fátima Pérez. «Quiero destacar la unión de los vecinos. Cuando la gente se une, cuando la gente tiene claro lo que quiere para su barrio, entonces sí se puede. Este proyecto nos quitaría mucha calidad de vida», aseguró tajante.
La pesadilla de Dolores
Pero quizá la mayor pesadilla de todas la ha vivido María Dolores Núñez, que vive a poquísimos metros, justo enfrente y eso le llevó a poner su casa en venta: «He pensado venderla porque ya estaba hasta arriba, sin dormir, nerviosa todo el día, así no se puede vivir. Yo pensaba en el ruido de los coches entrando y saliendo, que pudiera explotar... Han sido años en los que lo he pasado muy mal». El balcón de su casa también luce un cartel contrario a la gasolinera.
Por su parte, Carlos Mieres, que lleva 24 años en La Pelusa, recalcó «la celebración de un paso importante en la lucha». Además, quiso poner el foco en la falta de inversiones a su juicio en el barrio. «Era inaceptable en un barrio pequeño, lleno de viviendas, que tuviéramos que tener más de 80.000 litros de combustible».
No habrá gasolinera de bajo coste en la barriada de La Pelusa, en la zona este de la capital malagueña. La Junta de Andalucía ha tumbado definitivamente el proyecto, al considerar que la actividad no es viable porque pondría en peligro la salud de los vecinos.
La resolución
En el informe de la delegación provincial de Salud de la Junta está fechado el 13 de agosto: el proyecto no es viable desde este punto de vista, por los impactos negativos en la salud asociados a la emisión de gases, la contaminación del suelo y de las aguas, el uso de productos químicos peligrosos y al riesgo de grandes accidentes. A ello, se añade la proximidad de actividades no compatibles, como los citados talleres de aluminio. explosión por el manejo de combustible.
En estos momentos, hay proyectos en tramitación en la ciudad que también cuentan con la oposición vecinal. Es el caso de San Antón, El Cañaveral o Churriana.
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