La oposición exige a Paco de la Torre que «pida perdón» por el fiasco del Mundial, mientras que el Málaga y los peñistas entienden la renuncia
El administrador del Málaga, José María Muñoz, y el portavoz de las Peñas Malaguistas Pepe León desinflan la tensión en el pleno por la renuncia del Mundial al dar cuentas de las pérdidas numéricas y del equipo si se llegan a ir al estadio de atletismo para posibilitar la remodelación de La Rosaleda
El pleno sobre el fiasco de la renuncia de la ciudad de Málaga al Mundial de Fútbol 2030 y la remodelación aplazada de la Rosaleda ... y de la responsabilidad del Ayuntamiento en la falta de previsión se ha desinflado, para alegría del equipo de gobierno del PP, cuando han intervenido el administrador del Málaga, José María Muñoz, y el portavoz de las Peñas Malaguistas Pepe León.
En un primer momento, el portavoz socialista, Dani Pérez, había acorralado al alcalde de Málaga, Paco de la Torre, en su exigencia de que pidiera perdón por el «ridículo mundial», mientras que el alcalde se aferraba a que la decisión de renunciar había sido «un ejercicio de responsabilidad», y con suma habilidad le seguía echando la culpa a la rotonda que debía haberse ejecutado en las inmediaciones del estadio de atletismo para no colapsar el tráfico. Pérez se lo refutaba diciendo que los 22 millones de micropilotar el estadio de atletismo para aumentar el aforo de 12.500 a 26.000 personas (informe de Cemosa) era lo que había echado para atrás al Ayuntamiento, e insistía en que no tuviera «la desfachatez» de culpar al Gobierno.
El pleno había llegado al máximo de tensión, pero como ya se ha mencionado, el administrador del Málaga, José María Muñoz, y el portavoz de las peñas malaguistas Pepe León desinflaron el acorralamiento del alcalde por parte del portavoz socialista y le dieron un gran respiro con un buen número de motivaciones de por qué el equipo de fútbol del Málaga podía perder en este envite, no sólo dinero, mucho, sino también bajar de división.
Primero, el administrador del Málaga dijo que estaban a favor del Mundial, pero poco a poco fue desgranando cómo iba a molestar la distancia entre la público y el equipo en en el estadio de atletismo, que era muy grande y que eso perjudicaba a la afición, que si había 26.000 espectadores aún así se perdían cinco millones de euros, y que si eran 12.500 la pérdida ascendía a ocho millones por tres temporadas. Contaba cómo se vendían 250.000 unidades de artículos en la actual sede de la Rosaleda, que era muy visitada turísticamente y que había vinculadas 60 empresas. «Es un circuito que funciona muy bien el del estadio, es de los más carismáticos del fútbol español».
El cambio al estadio de atletismo, prosiguió el administrador del Málaga, supondría un expediente de regulación de empleo para 25 trabajadores, y que se perdieran las infraestructuras para los trabajadores del Málaga y que hacer un edificio similar cerca del Martín Carpena iba a costar cuatro millones de euros. «Nosotros decíamos sí al Mundial, pero no a costa de perjudicar al Málaga y a la afición».
Ahí bajó la tensión y el ruido no saben cuántos decibelios, pero después llegaba Pepe León diciendo que sí querían el Mundial, pero que su línea roja era no perjudicar a los socios y abonados «y que este perjuicio acabara en la desaparición del Málaga» y puso el ejemplo de que en el anterior mundial el Málaga estuvo a punto de desaparecer. Dijo que la afición quería seguir subir de categoría y el compromiso de un estadio nuevo. Y acabó diciendo: «No al Mundial, pero sí al compromiso del nuevo estadio».
Con la realidad pasa como casi todas las cosas importantes en la vida, que cuando queda patente, poco más queda que decir, y aunque la oposición, PSOE, Vox y Con Málaga se afanaban en la falta de previsión de De la Torre para haber observado todos estos inconvenientes, en la «falta de ambición» de la crítica de Elías Bendodo, y tachándolo de «electoralista» porque De la Torre presentó el proyecto dos meses antes de las elecciones de 2023 «sabiendo que no se iba a poder ejecutar» como bien dijeron, José María Muñoz y Pepe León habían desinflado el panel de responsabilidades como un suflé. A ojos de todos.
De la Torre insistió en el «ejercicio de responsabilidad» que suponía haber renunciado a cinco años vista, una frase que repitió en varias ocasiones, y que se ve que la tenía bien ensayada, le echó la culpa al Gobierno en repetidas ocasiones por no responder acerca de la rotonda, que elevó a la máxima culpable de todo, e insistió en que mejor decir que no ahora a que cuando pidieran explicaciones a menos tiempo vista Málaga no hubiera estado preparada.
La oposición, el socialista Dani Pérez, el líder de Con Málaga, Nico Sguiglia y el de Vox, Antonio Alcázar, hicieron esfuerzos ímprobos para que De la Torre pidiese «perdón», «disculpas» o diera «explicaciones con humildad», como explicaron respectivamente, pero el alcalde de Málaga, que sabía que el mal rato ya había pasado tras el anuncio de ese sábado aciago de la renuncia, en el que él estuvo como máxima autoridad, aguantó el envite y siguió echando balones fuera. «¿Se imaginan el coste que hubiese sido no renunciar al Mundial? Las pérdidas para el Málaga, que hubiese podido bajar de categoría y que la afición sufriera por mudarse al estadio de atletismo» y volvió a insistir en la rotonda, y que había escrito otra carta al Ministerio de Transporte porque ese enlace con el puerto de Málaga era vital para evitar atascos. A veces De la Torre gana por agotamiento.
El nuevo estadio, la Rosaleda remodelada u otras opciones sobrevolaban en el ambiente y fue mencionado durante las intervenciones, pero finalmente este pleno no amarró absolutamente nada en esta línea. Ni una sola frase que obligue al Ayuntamiento de Málaga a ponerse ya manos a las obra, más allá de las buenas intenciones mostradas, ya que de la moción socialista, en la que también se reprobaba a las distintas administraciones no salió ni un punto adelante, pero tampoco admitió Dani Pérez que el concejal de Deporte, Borja Vivas, que este jueves se había venido arriba tras la crisis sufrida todos estos días, incluyera un par de acuerdos para dar certidumbre. Quería Vivas que el Ayuntamiento de Málaga ratificara su compromiso con un nuevo estadio acorde con la ciudad, y que mostrara su ambición de que el Málaga suba a primera división, así como que demandaba que colaboren todas las administraciones en la concreción de un nuevo estadio.
Pero Pérez pidió que el PP también apoyara sus acuerdos, algunos en esta línea, y como se negaron, no aceptó las enmiendas populares. Recuerden que ha sido el PSOE el que ha forzado este pleno y era el único partido que tenía moción y comparecencia preceptivamente (gracias a tener una cuarta parte de concejales de la Corporación). Así que al final, no se sacó nada en claro. Más dos horas de debates que, por desgracia, no tuvieron sus frutos, al menos en este pleno.
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