Los nuevos conquistadores
Las representaciones de la Toma de Málaga por los Reyes Católicos suelen mostrar a los conquistadores con toda su panoplia: escudos, alabardas, capacetes y cotas ... de malla. Cabe imaginar a los esforzados mílites sudando la gota gorda al pie de las murallas de Gibralfaro bajo el sol inmisericorde del verano de 1487; embutidos en sus corazas metálicas, el monte era entonces un páramo desprovisto de vegetación bajo la que cobijarse. A la vista de lo presenciado en estos días estivales de 2022, el ser humano se ha vuelto bastante endeblucho: los invasores de hoy entran a la fortaleza tras un ascenso a través de un frondoso pinar y con impedimenta ligera: camiseta, bermudas y sandalias. Y lo hacen sudorosos y jadeantes, intentando recuperar el aliento a la sombra de los cipreses, inspirando así en el observador un intenso sentimiento de piedad hacia aquellos sitiadores y defensores de la Málaga del XIV.
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