La nueva playa de los Baños del Carmen tardará dos años entre trámites y obras

De entrada, a partir de la semana que viene, cuando se abra el plazo (durante un mes) todas las entidades y ciudadanos que quieran podrán presentar alegaciones, y se da por hecho que las habrá. Por tanto, será en octubre cuando la Secretaría de Estado de Medio Ambiente empezará a analizar los argumentos en contra y a contestar a los interesados. Este proceso servirá –junto al estudio ambiental y al proyecto reformado– de base para la DIA definitiva, que no se producirá antes de un año. Esta podrá ser favorable o desfavorable.

En el segundo supuesto, lo más probable es que la iniciativa quedará descartada definitivamente, después de dos intentos y cuatro años de trabajo para llegar al punto actual. En cambio, si logra todos los parabienes ecológicos, pasará a la siguiente fase. Siempre que esté contemplado en los Presupuestos Generales del Estado se producirá la licitación, con sus trámites correspondientes y con un coste previsto de poco más de 3,3 millones de euros. El plazo de las obras será de nueve meses, según los datos que figuran en el proyecto de ejecución, al que tuvo acceso SUR. Por tanto, habrá que esperar al menos hasta finales del verano u otoño de 2021 para que la nueva playa de los Baños del Carmen sea una realidad.

De momento, ya se ha conseguido dar el primer paso positivo en firme desde que la iniciativa arrancó, en 2015. El estudio de impacto ambiental de la ampliación de la playa de poniente de los Baños del Carmen, elaborado por la Universidad de Cádiz (que cuenta con algunos de los mayores expertos en dinámica del litoral de Andalucía) ha dado luz verde a la ampliación del pequeño arenal que existe ahora junto al restaurante del balneario, para extenderlo hasta El Morlaco. Se podrá hacer, pero siempre que se cumplan una serie de requisitos básicos para preservar el ecosistema y la fauna marina.

El espigón longitudinal principal –el que saldrá de la zona de actividades deportivas, donde estaba antiguamente el tranvía– se mantiene aunque cambia de ubicación, para no afectar a una colonia existente de Patella ferruginea (lapa), que está en peligro de extinción. Formará una 'L' oblicua y su tamaño se reducirá: tendrá unos cien metros en la parte semisumergida, y otros 90 totalmente bajo el agua. A su vez, será necesario eliminar el pequeño dique que iba adosado a la terraza del balneario, dado que el roquedal ha sido identificado como zona de especial importancia ecológica. También se descarta ampliar la línea de la orilla en este tramo.

Entre las medidas de protección del ecosistema también destaca el aporte con material de mayor calibre, con pequeños chinos en lugar de arena, que al ser mas grueso no generará turbiedad en el agua. El volumen del vertido será hasta un 20% menor que el previsto inicialmente (unos 60.000 metros cúbicos en total). En el nuevo dique se crearán plataformas sumergidas para su colonización por algas y lapas, en compensación por la parte del antiguo muro de escollera del paseo marítimo que quedará afectado por el aporte de arena.