Los neurólogos alertan de un aumento de ictus en menores de 50 años por el consumo de cocaína
Las drogas y el alcohol junto al sedentarismo y un exceso de comida basura favorecen los accidentes cerebrovasculares
Los neurólogos alertan de que está habiendo un aumento de casos de ictus en personas de menos de 50 años, un hecho que guarda relación ... con el consumo de tóxicos (alcohol, drogas y, sobre todo, cocaína). El incremento de ictus también tiene que ver con hábitos de vida poco saludables como, por ejemplo, el sedentarismo de la población y el exceso de la llamada comida basura. Otros factores que favorecen la aparición de esta enfermedad son la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes, la hipercolesterolemia (colesterol alto), las valvulopatías cardiacas y las arritmias. Se estima que controlando adecuadamente los factores de riesgo modificables se podrían prevenir hasta el 90 por ciento de los casos de ictus.
Hoy sábado se celebra el Día Mundial del Ictus, una patología que afecta al año a casi 5.000 malagueños (incluidos los ictus transitorios, los isquémicos, los hemorrágicos e, incluso, los de pacientes que no recurren a la asistencia sanitaria y de los que son atendidos por la sanidad privada), de los que unos 3.800 son de carácter isquémicos y el resto, hemorrágicos, dijo a este periódico el jefe del servicio de neurología del Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya), Pedro Serrano. De esa cifra, de 1.500 a 1.700 enfermos son ingresados anualmente en los hospitales públicos.
Otros factores de riesgo son la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes, el colesterol alto, las valvulopatías y las arritmias
Un ictus es una lesión que ocurre de una manera aguda en el cerebro por falta de riego, es decir, por una isquemia, o porque se rompe un vaso sanguíneo y hay una hemorragia. Los ictus isquémicos representan en torno al 80 por ciento y los hemorrágicos, el 20 por ciento. La gravedad depende de la magnitud del territorio del cerebro afectado tanto en el caso de la isquemia como de la hemorragia. También hay que tener en cuenta la edad del enfermo y si tiene otras patologías.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) avisa de que en los próximos años los casos de ictus seguirán subiendo asociados al envejecimiento y a hábitos poco saludables de la población. La SEN indica que unas 110.000 personas sufren un ictus cada año en España, de las que al menos un 15 por ciento fallecen y, entre las supervivientes, en torno a un 30 por ciento quedan en situación de dependencia funcional. En España, el ictus es además la primera causa de mortalidad en las mujeres, la segunda en hombres y la primera causa de discapacidad tanto en hombres como en mujeres: más de 350.000 personas presentan alguna limitación en su capacidad funcional como consecuencia de esta enfermedad.
Uno de cada cuatro malagueños sufrirá un accidente cerebrovascular a lo largo de su vida
El ictus es una emergencia médica porque es una enfermedad tiempo-dependiente, es decir, cuanto más temprana sea su detección, el acceso a las pruebas y al tratamiento, mayor será la probabilidad de sobrevivir y mayor también la de superarlo sin secuelas importantes. Pero, a pesar de que se estima que uno de cada cuatro personas en edad adulta sufrirá un ictus a lo largo de su vida, en España solo el 50 por ciento de la población sabría reconocer los síntomas de esta patología, se indica desde la SEN.
Los síntomas de un ictus
Un síntoma es la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente, afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades. Otro síntoma es tener una alteración en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender, así como alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o quedarse sin visión en algún lado del campo visual. Otros signos de alerta son la pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio y sufrir un dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.
La prevención es fundamental, porque una vez que se ha producido la degeneración del sistema circulatorio. Para evitarlo, los médicos recomiendan una dieta adecuada, hacer ejercicio, controlar la tensión y evitar la obesidad.
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