Más nervios que colorido
La tensa llegada de los concejales y la espera del desaparecido Cassá puso más estrés al encuentro que las características notas de color y alegría
La vida es así. De ser el hombre más buscado antes de que empezara el pleno de investidura en Málaga a que casi nadie le ... esperara para hacerse fotos cuando acabó el mismo. Es más, en el pequeño ágape que se sirvió tras la toma de posesión en el patio de Banderas, los naranjas, con la nueva portavoz Noelia Losada, a la cabeza; y el 'negociador' Javier Pareja, disfrutaban del refrigerio sin Juan Cassá, que aprovechó, sin embargo para hacerse un 'selfie' con uno de sus colaboradores en la escalinata principal del Ayuntamiento.
Éste era el final de una toma de posesión, que no fue ni de lejos como las vividas los últimos mandatos. Los nervios estaban a flor de piel desde primeras horas de la mañana. Esos votos secretos, esa urna transparente, ese acuerdo de última hora. Desde luego, el alcalde Francisco de la Torre escenificaba la nueva sintonía subiendo en el ascensor acompañado de su esposa Rosa Francia y de Pareja, que tuvo los mismos vítores que los que se habían fajado en las negociaciones por el PP, el gerente de Alcaldía Manolo Jiménez y el director de Comunicación, Jesús Espino. La que siempre da la puntilla con su desparpajo e ironía fina es Francia, que minutos antes de empezar el pleno todavía bromeaba: «Yo aún tengo esperanzas», que afirmaba guasona, a buen seguro pensando ya en una jubilación tranquila viajando con De la Torre. Pues parece que le va a tocar esperar.
Aunque finalmente no asistió el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, quien todavía no tiene el don de la ubicuidad y quería estar en varios municipios en la mañana, sí lo hizo su consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y edil en la pasada Corporación del Ayuntamiento, que estuvo especialmente cariñoso con la otrora alcaldesa, Celia Villalobos, que era invitada de honor en la primera fila junto al que también fuera regidor Luis Merino.
El toque de color lo pusieron las alfombras rojas de la entrada y las flores blancas que llenaron los jarrones de la escalinata y que adornaban el atril de los oradores –el alcalde y los portavoces–, de la mano del equipo más femenino del Ayuntamiento, el de Protocolo, cuatro mujeres a las órdenes de Pilar Alonso. Algunas concejalas también se sumaron a romper la monotonía de los trajes de chaqueta con los que iban ataviados los señores, a excepción de los ediles de Adelante Málaga Eduarzo Zorrilla, que vestía con americana; y Nicolás Sguiglia, con una camisa de mangas cortas vaquera. Volvía al Ayuntamiento después de unos cuantos años su pareja, Ana García Sempere, que en el mandato 2011-2015 fue concejala de Izquierda Unida, partido en el que sigue militando. Ellos dos son ahora un ejemplo personificado de la confluencia de Podemos, partido al que pertenece él, con IU.
Volviendo a ellas, las ya concejalas de la Corporación, destacaban Rosa del Mar Rodríguez, con un traje verde selva, la edil popular Susana Carillo, de rojo pasión; y la nueva portavoz del PP, Elisa Pérez de Siles; que eligió un vestido brocado de color morado haciéndole un guiño a la bandera de la ciudad. Los nuevos usos alegraron los 'total look' de hace unos años en los que traje y corbata eran del mismo tono. Arriesgado pero acertado estuvo el socialista Rubén Viruel, con una corbata adamascada; mientras que los tonos pastel los ponían de rosa el popular José del Río y el socialista Pablo Orellana. El alcalde,corbata roja; y Dani Pérez, azul.
La ceremonia posibilitó que la Policía Local desempolvara tus trajes de gala, que volvieran los maceros y que el salón de los Espejos se convirtiera en un pequeño y concurrido cine, desde el que los familiares y otros invitados veían la ceremonia.
El concejal socialista Mariano Ruiz Araujo era el más joven por partida doble. Tuvo protagonismo como el edil que atesoraba menos años junto a De la Torre, el de más edad; y también contaba entre la sillería con la persona de menos edad de la sala, Adriana Ruiz González, su bebé de una semana que, para su suerte, estuvo todo el rato durmiendo ajena a lo que allí se cocía. Finalmente, el guiso le salió bien de nuevo a De la Torre, que ha sido incombustible estos años atrás y que promete seguirlo siendo por el discurso que hizo. Su partener en la coalición de gobierno, la portavoz naranja Noelia Losada, fue el centro de atención sin restarle protagonismo, y se mostró feliz y accesible, palabra esta última que no era muy frecuente en esta portavocía en el último año. Esperemos que Losada continúe este saber estar, lo que será sin duda una señal de que pilotar, pilota.
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