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Primero de mayo en Málaga: Un millar de trabajadores salen a la calle para exigir «salud laboral»
Los sindicatos piden acabar con «la Málaga del pelotazo y el low cost» en una marcha que reúne a empleados del textil de Alozaina, del Tívoli, del metro y a las kellys, entre otros colectivos
Un millar de trabajadores salen este Primero de Mayo a las calles de Málaga para recordar que es el momento de la salud también en ... lo laboral. «Que no se aproveche la pandemia para recortar y cambiar las condiciones de trabajo, para descolgarse de convenios colectivos, dejar a los interinos en la estacada y poner por delante la sanidad privada», demandaba Soledad Ruiz, secretaria de UGT Málaga. Es el momento, añadió el secretario general de CC OO en Málaga, Fernando Cubillo, de exigir a los Gobiernos central y regional «que se pongan al lado de la clase trabajadora y les devuelvan el esfuerzo que han hecho durante la pandemia». De ahí el lema de esta jornada: «Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora».
Dos años han pasado desde la anterior manifestación y esta fue necesariamente diferente por culpa del coronavirus. Hubo menos afluencia que en ocasiones anteriores: 600 personas según la Subdelegación del Gobierno y 5.000 según los organizadores, la mitad de lo estimado en 2019. La obligada distancia social dejaba muchos huecos vacíos entre los colectivos en una marcha que transcurrió sin incidentes desde la sede de CCOO en la Alameda de Colón hasta la plaza de la Constitución, donde les esperaban los compañeros de UGT.
Ese reencuentro fue el punto álgido de la convocatoria con un ambiente festivo y música de fondo. Lo mismo sonaba Vanesa Martín que una reivindicativa versión de 'Resistiré': «Cuando pierda todas las ayudas/ cuando te despidan con un beso en lugar de la indemnización»... Y así hasta llegar al «resistiré aunque me quiten todo». Para impedir que eso suceda, los secretarios de CC OO y UGT de Málaga coincidieron en sus reclamaciones: derogar la reforma laboral, la reforma de las pensiones y subir el salario mínimo interprofesional para acabar con una precariedad que en Málaga tiene rostro de mujer y joven. «Exigimos al Gobierno que ponga en marcha la agenda social», apuntó el secretario de Organización de CCOO de Málaga, José Blanco.
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Hasta allí llegaron numerosos colectivos con nombre propio en lucha por su empleo. «Alozaina no se rinde» se leía en una de las varias pancartas que portaban trabajadores de la empresa Texlencor que cierra tras nueve meses fabricando material textil sanitario (mascarillas y otras protecciones) en los momentos más duros de la pandemia. «No al cierre, queremos una solución», gritaban trabajadores del Tívoli, en concurso de acreedores. Estaban las kellys «en lucha por un trabajo digno», se veían carteles contra los «ERES salvajes» de la banca y marcas multinacionales, había empleados del metro de Málaga protestando por el «abuso y precariedad», y trabajadores de la vigilancia del aeropuerto y de comedores escolares denunciando «impagos salariales».
«Necesitamos que Málaga deje de ser la Málaga del pelotazo, del low cost, de los trabajos baratos y precarios para pasar a ser una Málaga con condiciones laborales decentes y con empleo de calidad», declaró Cubillo. Y hay que hacerlo, como apuntó Soledad Ruiz, aprovechando «los fondos europeos que van a venir para la reconstrucción económica». «Salud laboral, futuro y dignidad en el trabajo» es el objetivo.
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