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Miércoles, 1 de mayo 2019, 13:13
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Miles de personas participaron este miércoles en la manifestación del 1 de Mayo, en la que la recuperación de derechos y la derogación de la reforma laboral se convirtieron en los principales argumentos sindicales. La organización elevó la participación a unas diez mil personas. Desde la Alameda de Colón a la plaza de la Constitución, la marcha discurrió sin incidentes. Pero cuando los manifestantes fueron ocupando la plaza y los sindicalistas tomaban la palabra, un grupo de unos 15 jóvenes protagonizó momentos de tensión cuando con pancartas, banderas de España y gritos trataron de boicotear el acto. Hubo intercambio de insultos entre los manifestantes y el grupo de jóvenes y la policía tuvo que intervenir para separar a dos de ellos que llegaron a las manos. Finalmente, los manifestantes se dispersaron, mientras que los policías nacionales rodeaban al grupo de ultraderecha para evitar nuevos incidentes.
La manifestación arrancó poco después de las 11 de la mañana desde la Alameda de Colón, donde tienen su sede los sindicatos Comisiones Obreras y UGT. El secretario general de CC OO de Málaga, Fernando Muñoz Cubillo, resaltó que «la sociedad necesita un cambio de política tras años de sufrimientos y de ver cómo la avaricia del tejido empresarial han impedido que la sociedad se recupere de una situación de crisis profunda». Y relacionó los resultados de las pasadas elecciones generales con el necesario «freno» de las políticas más «neoliberales y antisociales que se nos anunciaban». Muñoz Cubillo también denunció que Málaga está a la cabeza de España en cuanto a contratos parciales, y que este 1 de Mayo era necesario reivindicar derechos e igualdad.
Por su parte, Ramón Sánchez Garrido, secretario provincial de UGT, exigió al nuevo gobierno la derogación de las dos últimas reformas laborales, la del 2010 del PSOE y la de 2012 del PP. Coincidió en que es necesario recuperar los derechos de los trabajadores y volver a situar la negociación colectiva como eje de la actividad sindical. Aseguró que «hace tiempo que hemos salido de la crisis, la economía está creciendo, las empresas se están repartiendo beneficios y, sin embargo, se rescató a la banca, a las autopistas pero no a los trabajadores».
La manifestación estuvo apoyada por partidos políticos de izquierda, desde el PSOE, pasando por Podemos, Izquierda Unida y otros sindicatos, como el de profesores USTEA, y colectivos como el de bomberos, los pensionistas o las limpiadores de hotel. Para el secretario provincial del PSOE, José Luis Ruiz Espejo, dijo que los socialistas «volvemos como cada 1 de Mayo a mostrar nuestro compromiso con la clase trabajadora». En su opinión, la victoria del PSOE en las elecciones generales permitirá afianzar un sistema laboral que reconozca «todos los derechos y los avances laborales de los últimos años, para que sigan mejorando las condiciones de los trabajadores, para que haya crecimiento económico y redistribución de la riqueza de forma equilibrada, especialmente entre los jóvenes, las mujeres y los parados de larga duración». El candidato del PSOE a la Alcaldía de Málaga, Daniel Pérez, criticó que muchos trabajadores municipales ganen por debajo del salario mínimo consecuencia de las subcontratas. «El Ayuntamiento no puede realizar estas prácticas a costa de los trabajadores», dijo. Recordó también que los funcionarios llevan 16 meses intentando negociar un convenio colectivo y que el alcalde lleva más de dos años sin reunirse con los bomberos de la ciudad, uno de los colectivos presentes en la manifestación.
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La manifestación transcurrió con normalidad por Alameda de Colón, Alameda Principal y Larios. En la plaza de la Constitución se había colocado un escenario para los discursos finales. Cuando los manifestantes ya estaban ocupando la plaza llegó un grupo de 14 o 15 jóvenes, con una pancarta en la que se podía leer 'Obrero y español'. Portaban banderas de España y comenzaron a lanzar gritos durante los discursos, en un claro intento de boicotear el acto.
Aunque se colocaron en un lateral de la plaza, junto a la entrada al Pasaje de Chinitas, poco a poco se fue elevando la tensión, llegando a ser rodeados por los manifestantes que les increpaban su presencia. Hubo entonces intercambio de insultos, y llegaron a lanzarles algunas banderolas. En un momento determinado, uno de los jóvenes de ultraderecha se enfrentó con uno de los manifestantes. Se escucharon gritos de 'asesinos' o 'fuera fascistas'. La policía intervino para separarlos. Y rodearon al grupo, mientras los manifestantes se dispersaban poco a poco.
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