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Levi Angelo lleva desde las 3 de la mañana en su local del Soho preparando helados. El corte de luz que provocó el caos en Málaga durante todo el día de ayer le echó a perder toda la mercancía y hoy ha tenido que empezar de cero. Ayer, cuando vio que la electricidad no volvía en un tiempo prudencial, decidió regalar los helados a las personas que pasaban por la calle antes que tirarlos. Y por eso no le ha quedado otra que arrancar como si fuera su primer día.
Levi es sólo un ejemplo de cómo la ciudad trata de recuperar la normalidad tras el enorme apagón. «Estuve en la tienda hasta las doce de la noche esperando por si volvía la luz y me fui a casa ya desesperado; cuando me enteré que volvió a las tres me di media vuelta y me puse a trabajar». Y así hasta ahora.
Este martes los negocios han abierto como un día normal, como si nada hubiera pasado, pero las incidencias siguen afectando a muchos negocios. En gran parte del Centro y en los alrededores del mercado no funcionan aún muchos datáfonos por falta de cobertura, y los pagos con tarjeta están fallando.
Manuel Belmonte tiene un puesto de pescados en el mercado de Atarazanas y esta mañana tiene todo el mostrador repleto de pescados. «Hemos pasado de un día caótico a otro que parece normal», apunta. Como ayer no había pescado, estaba un poco más tranquilo, aunque temía lo que se pudiera encontrar en Mercamálaga. «Estaba al 80 por ciento de actividad porque hay camiones que no han podido llegar y algunos barcos se han ido a otros puertos».
En la zona de congelados, a Javier García, de Tomé, también le ha tocado dormir poco. Aunque no ha perdido mercancía, se quedó en el recinto hasta que volvió la luz, a las 3.30 horas. «Teníamos miedo por si había una fuerte subida de luz y rompía las máquinas». Afortunadamente nada de eso ha pasado y hoy sólo tienen algunos problemas para cobrar con tarjeta.
A pesar de la aparente normalidad en los puestos, la realidad es que los clientes apenas están acudiendo esta mañana al principal mercado de abastos de la ciudad. «A esta hora ya tenemos cola y no hay nadie», lamenta José Asencio, en la zona de carnicería. «Ayer, cuando tuvimos que cerrar, teníamos a 30 personas esperando y es posible que hayan hecho acopio».
Las tiendas también han abierto esta mañana con normalidad. En los comercios del Centro, el problema más extendido han sido los fallos en las persianas. Al quedarse sin electricidad, muchos establecimientos tuvieron problemas para cerrar los negocios y tuvieron incluso que contratar a seguridad privada. Enfrente del mercado, la cafetería 'O Melhor Croissant da minha rua' fue una de la que tuvo que recurrir a este servicio. Palma Guerrero, la gerente del establecimiento, tuvo que irse hasta la zona del Martín Carpena para buscar un vigilante de seguridad que conocía ya que era imposible encontrar a alguno por teléfono. «Fueron momentos de mucha impotencia», recuerda.
También tuvo problemas Purificación Carrasquilla, de la Filatelia Carrasquilla. Cuando fue a cerrar la tienda se encontró con la imposibilidad de cerrarla a mano y tuvo que recurrir a la ayuda de otros comerciantes. «Al final lo logramos y nos fuimos por la calle Larios ayudando a otras personas que se encontraban en nuestra misma situación».
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