Málaga pedirá al Gobierno que derogue la ley del registro en los hoteles

Que el equipo de gobierno del PP se iba a llevar el gato al agua con su moción urgente era una obviedad que deja muy clara la aritmética de la Corporación, 17 concejales populares, uno más del punto de inflexión, frente a los 14 de la oposición. La mayoría absoluta del mandato actual se lo pone bien fácil al PP después de dos legislaturas al albur de Ciudadanos. Pero en esta ocasión, la moción urgente popular contaba también con el respaldo de los dos concejales de Vox, que la enmendaban, no sólo para que el Gobierno derogue el Real Decreto 933/2021, sino también para que no se le pida una solución consensuada con los operadores afectados sobre las obligaciones del registro documental de turistas. Es decir, Vox borraba, con la aquiescencia de Florido, la parte dialogante de la iniciativa. Así que si Florido, el concejal más taurino del Ayuntamiento, ya sabía que iba a cortar oreja y rabo, y en esta ocasión acabó -por votos, que no por debate, donde estuvo igualado a Morillas- dando la vuelta al ruedo.

El concejal de Turismo se enzarzaba con la oposición: «A la izquierda no le gusta la industria turística, que genera el 15-20% del PIB de la provincia de Málaga, no le gusta la industria turística que genera uno de cada cuatro trabajos en la ciudad, no le gusta la industria turística que ha facilitado el crecimiento del PIB un 2,7% en 2024, y que deja 1.600 millones de euros en las arcas malagueñas», explicando que con este registro se perdía competitividad y generaba sobrecarga administrativa. La viceportavoz de Vox, Yolanda Gómez, subrayaba que este registro generaba «caos e inseguridad en el sector», y que un hotel no podía pedir a un cliente el número de la tarjeta bancaria y el código de seguridad porque era muy peligroso, aunque sí era factible demandar el dato del parentesco de los menores, pero no de los adultos. «Así los turistas cancelarán las reservas y se irán a otros destinos; los operadores turísticos no pueden ser la KGB del Gobierno», añadía.

Entraba al trapo Toni Morillas contestándole a Jacobo Florido que lo que no le gustaba a la izquierda eran las mociones lobbistas, y explicaba que dar datos como el DNI no podían afectar a que destinos como Málaga dejasen de ser competitivos. «Es inquietante el desparpajo con el que el PP trae mociones patrocinadas», subrayaba Morillas con retranca, mientras pedía que propusieran otras iniciativas para luchar contra la precariedad de los trabajadores en el sector turístico, o que se preocupara del impacto ambiental de los cruceros en el Puerto de Málaga o de los efectos que la turistificación provoca en la ciudad. «El PP es el partido de la patronal», le decía la líder de Con Málaga indicándole que el alcalde de Málaga hacía malabarismos para intentar que el Gobierno de España ponga en marcha una tasa turística «cuando su partido no la quiere en la Junta», al tiempo que criticaba el modelo de ciudad popular y las quejas de los vecinos que habían salido a la calle el 29J y el 9N «a expresar los inconvenientes de la turistificación». Mientras, el socialista Mariano Ruiz Araujo, hablaba de la exageración de la iniciativa «cuando los clientes en los hoteles sólo deben rellenar 14 campos».

«¿Saben ustedes contar? 17. ¿Ustedes? Dos y de chiripa. El PP es el partido de los malagueños», que le contestaba Florido a Morillas, jactándose de que le había dado una clase magistral de por qué a la izquierda no le gustaba el turismo, y acababa con la siguiente frase, que hacía las delicias de la bancada popular: «Aprendan a contar, aprendan matemáticas y les gustará la riqueza». Morillas le contestaba que más de 25.000 malagueños habían salido a la calle a protestar el 29J y el 9N. «Me gustaría que usted contara. El PP es el partido de la patronal», le espetó para finalizar.