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Málaga con su Patrona: un encuentro con ecos de ausencia

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Salvador Salas

Málaga con su Patrona: un encuentro con ecos de ausencia

Los cultos a Santa María de la Victoria se desarrollan en un ambiente de solemnidad, marcados por las restricciones que impone la pandemia, en una Catedral con el aforo limitado a 200 personas

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Martes, 8 de septiembre 2020, 13:17

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Es una imagen que se graba en la cabeza: el interior de la Catedral de Málaga, un escenario colosal, invadido por letreros que recuerdan con flechas amarillas que se debe mantener la distancia de seguridad y por botes de gel hidroalcohólico colocados de forma estratégica para que nadie los pueda esquivar. Desde las nueve de la mañana, con laboriosa paciencia, un centenar de malagueños forma una cola en el lateral de los jardines de la Catedral. Las caras tapadas a la mitad por mascarillas.

Los actos en honor de Santa María de la Victoria tampoco se han librado de la presión de la pandemia y su necesidad de reducir todo a la mínima expresión. Una tormenta llamada coronavirus, invisible, sigue arreciando con fuerza.

El aforo para asistir al culto presidido por el obispo, Jesús Catalá, ha estado limitado a 200 personas, la mitad de asientos reservados para protocolo. Muchos malagueños que han querido asistir al encuentro con su Patrona se han tenido que quedar fuera. Su ausencia también definirá a este inescrutable 2020.

Después de una primera misa matutina y la posterior desinfección de la Catedral, se ha celebrado a las 11.30 horas la misa estacional en honor a Santa María de la Victoria. El acto ha comenzado, esta costumbre sí ha permanecido sin variación, con las ofrendas florales por parte de las instituciones.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en representación de la corporación municipal, ha colocado una canastilla a los pies de la Virgen. Por parte del PSOE, la ausencia de su portavoz, Daniel Pérez, de baja paternal, ha sido suplida por la concejala Begoña Medina. Francisco Salado, presidente de la Diputación, ha representado a la institución provincial. Por parte de la Junta, ha estado en el Catedral el delegado de Salud en Málaga, Carlos Bautista. Ha asistido, también, entre otros, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia.

Durante el transcurso de la misa, Catalá, dirigiéndose a un reducido auditorio, ha comenzado su homilía haciendo un repaso a los orígenes de la festividad que hoy se celebra. Desde la reconquista de Málaga por los Reyes Católicos hasta la coronación canónica de la Patrona de mano del Papa Pío XII.

Colas para entrar en la catedral. El obispo, Jesús Catalá. Toma de temperatura al alcalde de Málaga, Francisco de la tTrre. Salvador Salas
Imagen principal - Colas para entrar en la catedral. El obispo, Jesús Catalá. Toma de temperatura al alcalde de Málaga, Francisco de la tTrre.
Imagen secundaria 1 - Colas para entrar en la catedral. El obispo, Jesús Catalá. Toma de temperatura al alcalde de Málaga, Francisco de la tTrre.
Imagen secundaria 2 - Colas para entrar en la catedral. El obispo, Jesús Catalá. Toma de temperatura al alcalde de Málaga, Francisco de la tTrre.

Sin fe cristiana, así lo ha transmitido el obispo, no hay sistema inmunológico que valga. En este momento histórico, más que nunca, ha instado a los fieles a «transmitir la devoción por la Virgen de la Victoria» a las nuevas generaciones. «Tenéis el compromiso de vivir vuestra devoción, el compromiso y el amor cada día, y así dejar un legado honroso de fe cristiana». El mensaje de Catalá ha sido nítido: la fe cristiana no es una alternativa, es una condición.

Antes de que el obispo de Málaga tomara palabra, ya se había procedido a la lectura de la profecía de Miqueas y a la del Evangelio según San Mateo. Jesucristo, así se ha trasladado, afrontó la muerte. Pero la muerte, a tenor del poder de creación de Dios, no es la última palabra.

La participación musical ha estado a cargo de los componentes de la Escalonía Santa María de la Victoria.

En estos tiempos en los que asedian miedos y dudas, también se ha rezado por todas las víctimas y enfermos que han sufrido el coronavirus. Una oración que se ha convertido en una forma de unir a pesar del aislamiento. Un aislamiento que también se ha vivido en la propia Catedral, con grandes espacios entre cada asistente. El único momento en el que la mascarilla se ha podido apartar un instante ha sido durante la eucaristía.

Los cultos, como toda la jornada que aún aguarda, han estado acentuados por la ausencia de la tradicional procesión en la que la Patrona recorre las calles de Málaga. El hermano mayor de la Victoria, Miguel Orellana, ha lamentado con resignación que «muchísimos malagueños que han querido estar cerca de su Patrona no lo han podido estar por culpa de la pandemia».

Ahora la esperanza está puesta en el año que viene, aunque Orellana ha reconocido que, en estos instantes, no tiene certezas algunas sobre cómo se podrán desarrollar los actos festivos de 2021. El hombre propone y Dios dispone.

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