Losada instruye el proceso para que el cónsul mexicano Porfirio Smerdou sea medalla de la Ciudad
La Casona del Parque ·
Cultura estudia que el salvador de 567 personas de ambos bandos en la Guerra Civil tenga también un busto en la avenida República Argentina, cerca de la que era Villa Maya, la casa donde los refugiabaSí la tiraron. Tiraron Villa Maya, lo que hoy podía haber sido el gran monumento a la concordia de este país. Nadie como su morador ... y salvador de vidas de ambos bandos durante la Guerra Civil española, 567, el cónsul mexicano Porfirio Smerdou, para haber consagrado este espacio como el templo de la libertad y el culto a la vida.
Pero, como bien contaban en el documental 'La lista de Porfirio', de Quinta Planta, que promovió Canal Sur, la vida de este filántropo estuvo durante muchos años escondida entre las paredes de esa casa y las historias que había escuchado de su propia boca, su familia.
Cuando tocó reparar en la pérdida es cuando, como habitualmente pasa, empezamos a rasgarnos las vestiduras. ¡Qué mal se porta este país con sus héroes! Qué incapacidad endémica para reconocer los méritos sobrehumanos.
Derribada la casa, lo que es una obviedad, y construida una nueva en lo que era Villa Maya, el área de Cultura, dirigida por la portavoz naranja Noelia Losada, ha decidido que es el momento de que la ciudad homenajee a este personaje, que mandó a su familia a Tánger para poder esconder cerca de sesenta refugiados en su hogar por turnos y épocas, primero a los del bando nacional, en los últimos estertores de la II República antes de la ocupación de Málaga en febrero del 37 (cosa que hacía a escondidas de su país, México, uno de los que se aliaron con la república española); y más tarde, con los republicanos que quedaron en suelo malagueño y que eran reconocibles por el bando franquista, que ya se había hecho con el poder y que los buscaba en muchos casos. El cónsul mexicano, el llamado Schindler malagueño, era la tercera vía. No miraba política ni ideologías, sólo vidas que salvar.
En una mañana clara, soleada, Losada visita la avenida República Argentina, una de las calles con más encanto del barrio del Limonar. Justo abajo, el Centro Cultural José María Gutiérrez Romero. El inmueble no es de otro que de Fernando Guerrero Strachan, uno de los insignes arquitectos de la ciudad, que llegó a ser alcalde. Levantado en 1921, el edificio de estilo regionalista actualmente no tiene ninguna protección arquitectónica. Debe ser el sino de esta ciudad.
Losada pasea, observa la nueva construcción y avanza que ya ha empezado a instruir el expediente para entregarle a título póstumo la medalla de la Ciudad y el título de Hijo Adoptivo a Porfirio Smerdou, que es una buena forma de reconocer lo mucho y bueno que hizo por esta ciudad salvando tantísimas vidas a costa incluso de poder perder la suya. En este proceso, Losada, que contactará con todos los que puedan dar santo y seña de este filántropo y bienhechor, también estudiará que su figura, sea reconocida a través de un busto, que podría instalarse cerca de la antigua Villa Maya, la casa de los milagros.
"En un momento tan difícil como el actual hay que reivindicar terceras vías, y sobre todo que las personas están por encima de las ideas", indica Losada, quien añade que hace poco se presentó el documental en el que "se hace un repaso sobre su vida y los avatares que vivió para refugiar a tantísima gente en su casa, donde llegó a esconder, en un espacio reducido hasta 50 o 60 personas; y para nosotros es un grandísimo ejemplo de reconciliación y concordia".
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