La letra pequeña para dejar fuera del ZAS el futuro uso del Astoria
La prohibición para abrir bares en el Centro y el Romeral en cinco años se salvaría por el «interés general» que pudiera decretar la junta de gobierno local, aunque es una «figura controvertida»
El plan para las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), que provocará que no se puedan abrir nuevos bares ni locales de ocio en más de 100 ... calles del Centro y el Romeral ha tenido una tramitación tediosa y larga, en la que ha habido más cambios al final de los esperados, y entre ellos, el que ha provocado que la moratoria para abrir nuevos establecimientos sea de cinco años. Este blindaje de todas estas calles podía dejar al equipo de gobierno del PP y su socio Ciudadanos en un fuera de juego en el caso de que algún proyecto importante fuera a producirse durante todo un lustro. Piensen en cinco años con sus días y sus noches: 1.825 días sin que nada cambie en este sector.
En más de 100 calles
Cuando ya se estaba ultimando este plan, que parecía que iba a cerrar el otrora concejal de Medio Ambiente Raúl Jiménez, que lo paró; que parecía que iba a finalizar el siguiente edil del área José del Río, aunque se ralentizó, y que finalmente lo ha hecho la actual Gema del Corral, con una serie de años de por medio. Teniendo en cuenta que las primeras mediciones acústicas fueron en 2006, pues ha dado tiempo a prever lo imprevisible. De ahí que una de las modificaciones incluidas es que el Ayuntamiento se reserva un as en la manga con la siguiente redacción: «Aquellas actividades que por acuerdo de la junta de gobierno local se consideren de interés general para la ciudad podrán ser exceptuadas de esta suspensión (...). Esta excepción deberá ser observada de forma restrictiva y previos los informes justificativos que en todo caso tendrán carácter preceptivo y vinculante«. De esta forma, el Ayuntamiento se curaría en salud si el proyecto del Astoria, con hostelería incluida, saliera finalmente adelante, como explicaban fuentes municipales. Lo que viene siendo la letra pequeña.
Otra cosa es que la figura de interés general «es controvertida y tiene carácter jurisprudencial» según juristas consultados, y no es tan fácil probar el interés general de un proyecto en el caso de que se llegara a juicio.
Nicolás Sguiglia, a punto de recibir el alta médica
Fue obtener su acta como concejal de Adelante Málaga, la coalición de Podemos e Izquierda Unida, y empezar una convalecencia sin haberla planificado. El miembro de Podemos Nicolás Sguiglia se rompió el tendón de Aquiles al poco de tomar posesión en julio jugando al fútbol con sus amigos, lo que le ha tenido de visitas a los médicos durante cinco meses, primero con la pierna inmóvil y más tarde escayolada y con muletas. En los dos primeros meses estuvo yendo al Ayuntamiento de forma intermitente pese a que no podía apoyar el pie, y más tarde se reincorporó a las tareas del día a día con su muleta. Lo tedioso de su recuperación, en la que ha necesitado incluso rehabilitación, le llevaba ayer a estar contento porque el facultativo le dará por fin el alta oficial la próxima semana. Mostraba, para que le vieran, cómo por fin podía andar sin ayuda y sin escayola y lo celebraba tomándose un mate, que para eso es argentino. De paso, y cuando era inmortalizado con su nueva situación física, añadía: «¡Ah y que conste que también celebro la victoria de Alberto Fernández como buen kichnerista que soy!».
El guiño de Wilson a los periodistas
Allí está. Ocupando a todo lo largo y ancho el gran patio de Banderas. Un Belén gigante, de cuento, que hoy por hoy es una de las mejores cosas que le pasa a la Casona durante todo el año. Y no, no es por el Belén en sí, que también, sino por la capacidad de convocatoria que tiene en la que es la casa de todos, la del pueblo, la ocupe quien la ocupe, ya que, podríamos decir, la 'soberanía municipal' es delegada por los ciudadanos con derecho a voto. Pues bien, ayer rebosaba de gente, un gran grupo de mayores con ayuda y escolares. Fernando Wilson, su artífice, supervisaba que todo estuviera en su sitio. Aprovechaba para mostrar a una mujer escribiendo en una sugerente atalaya. «Mira, ella representa a los cronistas del Ayuntamiento». Un pequeño guiño a la profesión, que representa con una fémina.
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