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Se esperaba desde hace años, y se acaba de producir. La Delegación de Cultura de la Junta ha emitido una resolución que puede ser importante ... para el devenir futuro del astillero Nereo, de los Baños del Carmen y del barrio de Pedregalejo. Se trata de la inscripción en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz de la carpintería de ribera malagueña como Bien de Interés Cultural (BIC), al tratarse de una actividad de interés etnológico.
Actualmente, los tres talleres de los que hay constancia en la provincia se encuentran en ubicaciones diversas, «albergadas en edificios diferentes, sin una tipología edificatoria ni construcciones tradicionales características que puedan llamarse propias o típicas de esta actividad, que revistan valores patrimoniales dignos de protección, ya sea por su arquitectura o por su valor estético», según cita este documento, al que tuvo acceso SUR.
Así, el de José Pedro González se encuentra en una nave industrial en Almogía (35 kilómetros tierra adentro), «donde se construyen actualmente el mayor número de barcas de jábega mediante técnicas tradicionales». Este estuvo con anterioridad en un cobertizo de estructura metálica en el puerto de Málaga. Por su parte, el de José Cruz consiste en una carpa en un paseo marítimo urbano de Torre del Mar. Mientras que los Astilleros Nereo están constituidos por varias naves en torno a un patio en Pedregalejo.
«En definitiva, gracias a la mejora en las comunicaciones y medios de transporte terrestres, la actividad puede realizarse en cualquier ubicación geográfica independientemente de que esta sea litoral o del interior, transportándose finalmente su producto al lugar en el cual se le va a dar uso», cita el documento. En conclusión, la inclusión de la actividad de carpintería de ribera de Málaga en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía «no implica la protección de los edificios donde se realiza dicha actividad ni su consideración como patrimonio cultural inmueble, que tienen un carácter y vocación efímeros, no disponen de valores patrimoniales propios, ni existe una tipología asociada o inherente a la misma».
Y reitera la resolución: «La ejecución de la actividad de interés etnológico, a tenor de las ubicaciones actuales de los carpinteros de ribera activos, no se circunscribe al ámbito tradicional del litoral sino que se extiende a otras localidades de la provincia, ya que la mejora en los medios de transporte y vías de comunicación no obligan a la realización de la misma en las proximidades del mar. Por ello, se opta por vincular como ámbito espacial para el desarrollo de la actividad la totalidad de la provincia de Málaga».
Esta resolución puede tener consecuencias a medio plazo, en la medida en que la posición de la Delegación de Cultura abre la puerta a que en un futuro se pueda producir un cambio de ubicación del astillero. En el contexto del proyecto del parque marítimo-terrestre de los Baños del Carmen, y la interconexión de este con el barrio, si finalmente prospera la propuesta sería factible (al menos, legalmente) abordar con los propietarios del astillero su reubicación.
Al respecto, Costas siempre ha defendido la opción de mantenerlos en el lateral del parque, al lado de donde están ahora, pero dejando un paso por delante para conectar el paseo marítimo. Con todo, esta opción todavía no es definitiva, por el recurso Contencioso-Administrativo interpuesto por los dueños de Nereo, por estar afectados por la declaración de los Baños del Carmen como BIC.
Desde el entorno del astillero, oposición frontal a esta decisión. Aunque los titulares declinaron valorarla, sí lo hizo Julián Sobrino, presidente de la Asociación de Patrimonio Industrial y de la Obra Pública de Andalucia 'Fabricando el sur', y miembro de la Plataforma Ciudadana en Defensa de Nereo. «Decimos a la Junta que esta resolución no es viable en el siglo XXI. Tendemos la mano para valorar la declaración como BIC de Nereo, y decimos al Ayuntamiento de Málaga que tiene que mantenerlo en su lugar». A su juicio, es factible darle continuidad al paseo marítimo «con una plataforma de madera por delante, al borde del mar, y no perpetrar esta barbaridad patrimonial y económica».
Para el profesor de la Universidad de Sevilla y experto en patrimonio, la decisión ha sido «una sorpresa mayúscula», pues su aplicación supondría que «se pierde un patrimonio inmaterial vivo, desaparece un oficio ancestral, se rompe el vínculo entre el taller, el barrio y el Mediterráneo y se desmantela la noción patrimonial de paisaje cultural, vinculado a Pedregalejo».
En el extremo opuesto, la Asociación de Vecinos de Pedregalejo apoya la decisión de la Junta, en la medida en que, a su juicio, la edificación actual no tiene condiciones para su protección, a la vez que se abre la puerta a la conexión del paseo marítimo, tal y como está previsto en el proyecto. Aunque no son partidarios de una ocupación dentro de los Baños del Carmen, sí ven factible una posible instalación, consensuada con Costas, que sea más sostenible y con una mayor integración con el paisaje y el interés etnológico del BIC. Por ello, animan a abrir un espacio de consenso, «para una solución justa, adecuada y de futuro».
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