La Iglesia Católica inaugura hoy su año litúrgico con el Adviento
Durante las próximas cuatro semanas la Iglesia nos pone delante lo que fue la perspectiva histórica de la venida del Mesías
ANTONIO MORENO
MÁLAGA.
Domingo, 27 de noviembre 2022, 00:02
El calendario litúrgico es el que utiliza la Iglesia Católica para celebrar, de forma cíclica, las grandes fiestas cristianas, que van repasando los principales hitos ... en la vida del Señor, de la Virgen y de la comunidad de fieles, encabezada por los santos. Este calendario comienza, no con el nacimiento, sino con el tiempo de espera del nacimiento de Jesús que conocemos como Adviento. Así que hoy, primer domingo de Adviento, es considerado como el primer día del año litúrgico.
Para el sacerdote de la Diócesis de Málaga Alfonso Crespo, que acaba de publicar 'Páginas del Evangelio', una obra con la que ofrece una meditación para cada domingo del año, «el Adviento es un tiempo preparatorio de la Navidad. Adviento quiere decir 'venida'». Durante las cuatro semanas del Adviento la Iglesia nos pone delante lo que fue la perspectiva histórica de la venida del Mesías, el acontecimiento mismo de su venida y la continua presencia de Dios en el mundo. También se nos prepara y advierte de otra gran venida en majestad, llamada Parusía, reservada para el final de los tiempos. Adviento forma una unidad con Navidad y Epifanía, el día de Reyes. «Del mismo modo que la Cuaresma desemboca en la Pascua de Resurrección, el Adviento desemboca en la solemnidad del Nacimiento de Jesús que abre el tiempo de Navidad-Epifanía. En los dos casos, es una fiesta la que hace de eje tanto del período que la antecede como del que la sigue: Pascua de Resurrección y Pascua de Navidad, como popularmente se designa a la segunda gran celebración anual del año cristiano», comenta.
En 'Páginas del Evangelio', el autor malagueño pone nombre a cada uno de los cuatro domingos de Adviento en orden al sentido que la Iglesia da a cada uno y que se refleja en los pasajes bíblicos que se leerán cada día en misa. Este primero que celebramos hoy «es el 'domingo de la espera'. Las lecturas resaltan la espera y nos invitan a estar en vela. Se acerca nuestra salvación. Se nos sugiere: 'Vigilad y estad despiertos';. El Señor está ya cerca. Y nosotros gritamos: ¡Ven Señor Jesús!».
Alfonso Crespo sostiene que la Navidad es una celebración «muy sentida. Se puede decir que es una fiesta litúrgica que ha penetrado en la cultura»
El domingo próximo será 'el domingo de la conversión': «El personaje central de este domingo –señala Crespo– es Juan Bautista que aparece en el desierto, llamando a la penitencia y a la conversión; nos grita: 'Convertíos, se acerca vuestra salvación'. Ello provoca en los creyentes la necesidad de abrir el corazón a la salvación que nos trae Jesús».
'Domingo de la alegría' es el nombre del tercer domingo de Adviento. Como afirma el autor, también párroco de San Pedro en la capital, se le conoce también por su nombre en latín, 'Gaudete', que significa '¡alegraos!'. «Las oraciones de la misa y las lecturas nos invitan a estar alegres por la venida del Salvador. En el Evangelio le hacen una pregunta a Jesús: '¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?'. Los signos que acompañan al Salvador nos acreditan que está entre nosotros. Por eso, ¡Alegrémonos!».
El último domingo del Adviento es el 'domingo del anuncio'. Para este sacerdote, «los domingos anteriores nos anuncian la venida del Mesías. Ahora María y José se preparan para recibirlo. El ángel anuncia el nombre del Niño: 'se llamará Jesús y salvará su pueblo de los pecados'. María e Isabel intercambian su gozo, María nos regala el Magnificat como la oración del Adviento, y nosotros nos disponemos a recibirlo con el mismo amor de María».
Aunque el número de ciudadanos que se manifiestan católicos ha descendido bruscamente en las últimas décadas, Navidad es, todavía, para Alfonso Crespo, «una celebración muy sentida. Se puede decir que es una fiesta litúrgica que ha penetrado en la cultura. Existen ciertamente aspectos negativos como el desenfrenado consumismo que hace olvidar al auténtico regalo, que es Cristo. Pero la Iglesia ha mantenido en sus celebraciones el sentido genuino de la Navidad. La solemnidad de Navidad, preparada por el tiempo de Adviento, se introduce con las primeras Vísperas, se celebra con la Vigilia y la Misa de Medianoche, la Misa del Gallo, una de las más solemnes del año; se prolonga, además, con la Misa de la Aurora y del día 25 siguiendo la antigua tradición».
Pero, como corresponde a las grandes celebraciones, el tiempo festivo de la Navidad se alarga con la celebración de una octava, en la que se fijan diversas fiestas, recuerda el autor de 'Páginas del Evangelio', como el Día de la Familia, este año el 30 de diciembre; la fiesta de María, Madre de Dios, el 1 de enero; el día de Epifanía, el 6 de enero; y la fiesta del Bautismo de Jesús, el domingo después de Epifanía, con el que concluirá este tiempo 'fuerte' para volver al, conocido en liturgia como 'tiempo ordinario'.
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