Homenaje a título póstumo para Cristóbal Carnero, un letrado honrado y con saber enciclopédico
La abogacía malagueña se ha unido para recordar al profesional fallecido y entregar a su familia la Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, concedida por el Ministerio de Justicia
La abogacía malagueña se ha unido este viernes para rendir un sentido homenaje a uno de los suyos, a Cristóbal Carnero, fallecido en abril de ... 2022 a los 63 años a causa de una leucemia. La sede colegial, que fue prácticamente una segunda casa para este letrado, como también lo fueron los pasillos de los juzgados, ha acogido el acto en el que se ha hecho entrega a su familia de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, concedida a título póstumo por el Ministerio de Justicia por sus relevantes méritos en el ámbito de la justicia, el derecho y la abogacía.
Un reconocimiento que no solo ha contado con el respaldo de sus compañeros, sino también de los diferentes operadores jurídicos con los que Carnero coincidió a lo largo de su importante trayectoria profesional. Tanto ha sido así que una marea de togas ha abarrotado el salón de actos del Colegio de Abogados de Málaga para aplaudir la concesión de este galardón.
Carnero era ese tipo de profesional que vivía con una mano tendida a sus compañeros, como ha puesto de manifiesto la decana malagueña, Flor Carrasco. Una persona meticulosa, con un saber «casi enciclopédico» y una capacidad de negociación que facilitaba la llegada de acuerdos incluso en los casos más enconados. Fue miembro de la junta de gobierno del colegio malagueño y, como ha recordado el decano emérito José María Davo, su contribución fue decisiva para transformar el método de cómputos de honorarios.
Fue un hombre de toga, pero sobre todo era una persona que sentía devoción por su mujer, la fiscal Isabel Fernández, y sus tres hijas. Su hija Isabel Carnero, que ha seguido la estela profesional de su progenitor, ha agradecido visiblemente emocionada este reconocimiento en nombre de su familia: «Él diría algo así como que en el Ministerio se han equivocado, que era un abogado de a pie y que solo hacía su trabajo con honradez, pero nosotras podemos decir con toda seguridad que se lo merecía como nadie por su excelencia en la profesión jurídica, porque era un abogado brillante, una persona maravillosa y un padre excepcional».
El presidente del Consejo General de la Abogacía Española y exdecano de los letrados malagueños, Salvador González, ha sido el encargado de clausurar el acto, al que también ha asistido el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados, Federico Fernández, y el magistrado del Tribunal Supremo, Isaac Merino: «Podría decirse que el espíritu, la razón y las 'verdades' en las que creía Cristóbal están de alguna manera en los que somos, en lo que hacemos y en lo que representamos como instituciones. Ese es su legado y esa es nuestra fortaleza», ha concluido el máximo representante de los abogados nacionales.
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