Una gala que festeja la solidaridad en Málaga

El evento logró reunir a 300 personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas personas sin hogar, familias con dificultades económicas, refugiados ucranianos, jóvenes inmigrantes y otros colectivos en riesgo de exclusión. La convocatoria fue un rotundo éxito, reflejando el esfuerzo coordinado de distintas organizaciones y voluntarios que pusieron su granito de arena para crear una velada mágica. Desde el instante en que los invitados cruzaban la puerta, la atmósfera se llenaba de calidez. Las familias llegaban con discreción, pero pronto se contagiaron del espíritu navideño que flotaba en el ambiente. Cuernos de reno, gorros de Papá Noel y sonrisas sinceras fueron los primeros ingredientes que condimentaron la noche. La magia comenzó cuando las puertas se abrieron.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el recibimiento de los invitados. Un pasillo de aplausos formado por centenares de voluntarios guió a cada persona hacia el salón principal. Las palmas resonaban con fuerza, mezclándose con risas y miradas cómplices que borraban cualquier atisbo de tristeza. Los voluntarios, luciendo camisetas negras con el logo del evento –un corazón verde atravesado por un tenedor– y gorros navideños, irradiaban entusiasmo y energía positiva. La diversidad generacional fue uno de los sellos distintivos de la noche, con niños de apenas diez años compartiendo espacio con adultos mayores, todos unidos por un mismo propósito: hacer sentir especiales a los invitados.

La cena estuvo precedida por mensajes cargados de emoción y agradecimiento. Daniela Romero, chef y propietaria de Alma Playa, tomó la palabra para inaugurar la velada con una intervención llena de afecto: «Con todo cariño y esfuerzo, esperemos que os guste y desearos a todos una feliz Navidad». Su discurso, junto con el resto de cocineros, reflejaba el compromiso personal de quienes dedicaron su tiempo y talento a la causa.

Tras esto volvieron a la cocinar para continuar preparando el menú que poco después degustarían los comensales. El menú, preparado con esmero por estos chefs de prestigio, fue uno de los grandes protagonistas de la noche. La propia Daniela Romero, Juan Manuel Moreno –creador del pan más caro del mundo en Pan Piña–, Álvaro Saura, propietario del chiringuito Liceo Playa de Málaga, y Fermín Francisco Arranz, campeón de cocineros de Castilla y León, aportaron su talento y creatividad a cada plato. El broche de oro lo puso Pastelería Daza, cuyos postres, en particular su famosa tarta de manzana, conquistaron los paladares y dejaron una huella imborrable.

Por otro lado, Gerardo Lerones, director de Actividades Sociales de la Fundación Unicaja, tomó la palabra durante la noche. Lerones subrayó el verdadero significado de la celebración dejando claro que los protagonista son los propios comensales: «Yo siempre digo que la Navidad no es algo, sino alguien. Sois vosotros los que hacéis la Navidad. Mi único deseo es que el año que viene vengáis de voluntarios», recalcó.

El mago Juan Garrido hizo que los más pequeños, y también los adultos, disfrutaran de momentos llenos de ilusión con sus trucos de magia, mientras que las interpretaciones musicales de Sergio Pérez y Unai Quirós, con el repertorio de villancicos pusieron la banda sonora perfecta para una velada inolvidable.