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Desde las diez de la mañana hasta bien pasado el mediodía un jabalí de gran tamaño (las estimaciones de la Policía Local son unos 80 kilogramos) ha formado un gran revuelo en toda la margen izquierda del Guadalmedina, entre el puente de La Goleta y el estadio de La Rosaleda.
Varios testigos se cruzaron con el ejemplar, macho de denso pelaje, que iba paseando tranquilamente por la berma del río, donde se encuentra el paseo peatonal. A pesar de sus dimensiones, el animal no provocó ningún incidente, pese al nerviosismo de varios perros con los que se cruzó.
Finalmente, el animal se atrincheró en un olivo justo al borde del puente de Armiñán, junto al edificio histórico de la Peña Huerto de Los Claveles. Media docena de agentes del Gruprona (Grupo de Protección de la Naturaleza) fueron acordonando progresivamente la zona y avisaron a los servicios operativos para cerrarle las posibles salidas al animal. La presencia de decenas y decenas de curiosos complicaba la operación e impedía el uso de método expeditivos.
Los agentes, que comentaban que este miércoles mismo tuvieron que acudir a un parque de Las Flores, atendían con paciencia a las preguntas ciudadanas. «Esto es ya muy habitual», comentaba uno.
Los agentes movilizaron a técnicos del Parque Zoosanitario con el fin de tratar de anestesiar al ejemplar y subirlo al monte. Pero no funcionaban las llamadas de atención con bellotas y comida arrojada para que abandonara su encame vegetal.
Finalmente, agentes y técnicos usaron palos para remover el follaje y finalmente el animal salió corriendo hacia el Norte por el paseo de ribera a gran velocidad. En un momento dado, se volvió a perder la vista del jabalí, aunque volvió a salir de entre las plantas a la altura de Segalerva y en frente de las torres de Martiricos.
El puerco terminó tras varias persecuciones bajando al lecho del río, donde relajadamente empezó a chapotear en los charcos de barro y a frotarse con las guías de madera de los árboles plantados. La Policía cerró los accesos de subida para que no volviera a la zona peatonal.
Finalmente, buscó descanso bajo un árbol justo en la margen derecha, a la altura de las citadas torres. Es muy frecuente que los ejemplares se encamen de día en los cauces. Su tranquilidad sólo fue alterada por un par de perros, que desde la barandilla ladraban y corrían nerviosos al advertir la presencia del jabalí.
Ya, por la tarde, ha bajado a la zona del IBIS y el NH y ha seguido dando vueltas por el cauce ante la atenta mirada de los curiosos y todavía observado de reojo por la Policía.
La presencia de estos híbridos entre cerdo común y jabalí preocupa mucho a las autoridades, que calculan que hay unos 22.000 ejemplares en toda la provincia. El peligro de accidentes, de transmisión de enfermedades y los destrozos económicos hacen que todo el mundo coincida en que hay una sobrepoblación clarísima. «Nos estamos comiendo su hábitat y buscan lo suyo», decía un testigo. Otro, le rebatía: «Esto habría que solucionarlo por la vía directa». Y esta conversación improvisada entre espectadores del dispositivo de este jueves coincide de un modo u otro con un asunto que genera gran polémica.
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