La Junta frena un intento para replicar el Pompidou junto al monte Gibralfaro
Urbanismo autoriza la remodelación del exterior de un edificio del año 1970 que está fuera de ordenación
Los andamios cubren ya fachada del edificio situado en el número 16 de la calle Campos Elíseos y conocido como la 'torre de Gibralfaro' ... . Se trata de una construcción del año 1970 cuyas 12 plantas sobresalen tras la línea de inmuebles de la zona de La Coracha y el inicio del paseo de Reding, junto al monte de Gibralfaro. Esta edificación, fruto del urbanismo incontrolado de los años setenta del pasado siglo, fue promovida por una cooperativa de militares sobre terrenos que pertenecían al Ministerio de Defensa. En los últimos planes generales de 1997 y 2011, la huella de este bloque de 24 pisos aparece grafiada en verde porque se encuentra fuera de ordenación. Esto significa que se trata de una construcción fuera de la legalidad, que está llamada a desaparecer. Sin embargo, las dificultades que se presentan para el Ayuntamiento a la hora de llevar a cabo su eliminación, mediante una orden de demolición que previsiblemente sería frenada por la Justicia o a través de un proceso expropiatorio que implicaría un excesivo coste para las arcas municipales, invitan a pensar que permanecerá en ese lugar.
Ante una próxima inspección técnica obligatoria para el edificio, la comunidad de propietarios encargó al estudio de arquitectura INTARC un proyecto integral de mejora y rehabilitación del bloque ha empezado a ejecutarse con el permiso de obras de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Según se refleja en el expediente, al que ha podido tener acceso este periódico, estos trabajos de reparación y reforma están permitidos en la normativa del Plan General de Ordenación Urbanística para garantizar la conservación y el buen uso del inmueble, aunque se encuentre fuera de ordenación.
No obstante, llama la atención cuáles eran los planes iniciales para esta intervención, que pasaban por aplicar a las barandillas de las terrazas de las 12 plantas unos vidrios de colores que, por sus tonalidades y disposición, habrían supuesto replicar junto a Gibralfaro la fachada del famoso cubo de cristales del centro Pompidou que marca la esquina de los muelles 1 y 2 del puerto.
Impacto negativo
Sin embargo, esa intención inicial se ha visto finalmente frustrada por un informe de la delegación provincial de la Consejería de Cultura, en concreto del servicio de Bienes Culturales, en el que se señala que esa propuesta causaría un impacto negativo en el ámbito de La Coracha y Gibralfaro. «La propuesta planteada produce un gran impacto en la amplia panorámica urbana del monte Gibralfaro desde la plaza del General Torrijos y su entorno«, apunta el dictamen de Cultura, en el que se indica que la mejor forma de que este edificio no afecte a los valores patrimoniales del conjunto del Centro Histórico en el que se encuadra es »la integración por medio de la disolución de su impactante presencia«. Para la Junta, el juego visual de similitud con el cubo del Pompidou no resulta adecuado porque »son estructuras edificatorias muy diferentes, que no comparten ni el uso ni la función en la ciudad ni pertenecen al mismo contexto urbano, a pesar de su cierta proximidad«.

Por ello, la Consejería de Cultura invitó a la comunidad de vecinos a plantear la reforma del edificio con colores que «busquen mimetizarse con el fondo« de la panorámica en la que se encuentra, y que se eviten los materiales que puedan producir brillos o reflejos.
Estos argumentos de la Junta fueron recogidos igualmente en un informe cromático de la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda, que subvenciona parte de la actuación. Así, finalmente, los propietarios del inmueble optaron por modificar el proyecto y suprimir los cristales de colores por otros transparentes, según se refleja en la modificación del expediente aportada por la arquitecta de INTARC Eva Reina Gutiérrez.
«Se ha decidido que el referido vidrio a colocar en las barandillas, que en principio se planteaba de colores, deberá ser incoloro», se apunta en el cambio del proyecto. De este modo, las barandillas de las terrazas de los pisos serán de cristales transparentes sobre una estructura de acero inoxidable. El resultado podrá verse dentro de unos nueve meses, cuando está previsto que finalice la reforma de este controvertido bloque de pisos, obra que incluye la supresión de tendederos, antenas y cableado, así como la reubicación de aparatos de aire acondicionado para dar un mejor aspecto al edificio. Está valorada en unos 215.000 euros.
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