La Delegación de Educación interviene en el conflicto del Carmen de Burgos

Sin pasar por consejo escolar, la nueva dirección del centro decidió suprimir este servicio, lo que ha llevado a los padres a movilizarse para tratar de rectificar esta decisión. Una decisión que se les comunicó el pasado 22 de mayo. La Delegación de Educación está recabando información de los equipos de orientación educativa y la inspección recibirá a las familias afectadas para tratar de alcanzar una solución.

Según han explicado los padres, el centro educativo tiene convenios con cuatro asociaciones: Autismo Andalucía, Aspergen, Down y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Son en total ocho los alumnos que tienen necesidades educativas específicas y que gracias a estos convenios han tenido a un asistente 'sombra', que les ayuda en su desarrollo socioeducativo.

Dolores Restoy y Francisco Javier Jiménez son los padres de un niño de 9 años con TDAH. Lamentan que la dirección del centro «sin contar con la opinión de las familias ni del consejo escolar haya decidido romper un convenio que estaba dando muy buenos resultados». Además, como otras familias, denuncian que la decisión de la dirección del centro «nos ha dejado sin margen de maniobra», pues se comunicó una vez pasados los plazos de escolarización, por lo que estos padres no han podido buscar un centro en el que sí tengan estos asistentes sombra. En otros casos, se solicitó plaza en el Carmen de Burgos porque precisamente tenía este servicio, que ahora se ha suprimido.

Desde la AMPA del centro se ha pedido una reunión extraordinaria del consejo escolar para abordar esta situación. Denuncian que en la anterior reunión de este órgano de representación del colegio se les presentara «como una decisión firme, ya tomada, según un criterio unilateral de la directora».

Otra de las madres directamente afectada, Aurora Garrido, con un niño de 6 años con TEA, explica que su hijo está desde los 3 años con este asistente 'sombra', que «ha sido fundamental para el avance de mi hijo». El asistente está en clase 3 horas al día, y, según la madre, «la tutora quiere que esté más horas, porque ha comprobado que las mejoras son evidentes en su desarrollo académico y también en la relación con los demás. Mi hijo viene con ganas al colegio. A pesar de sus dificultades, es uno más en la clase, el asistente sombra le ayuda en esa inclusión, es como el puente entre el chico y el resto de la clase. Ahora está muy ilusionado con la fiesta fin de curso. Tememos que el progreso alcanzado por nuestros hijos en todos estos años de trabajo se vaya a pique por una decisión irresponsable», afirma Autora.

La ayuda de estos asistentes se presta en virtud de un convenio entre la Consejería de Educación y varias asociaciones, que se remonta a 2018. El seguimiento, modificación o extinción del convenio corresponde así a la propia consejería y las asociaciones firmantes. Es una colaboración que prestan asociaciones sin ánimo de lucro en un espacio educativo, para lo que también se necesita autorización del consejo escolar.

Según las familias, esta decisión no ha pasado por consejo escolar, y se presentó como una decisión ya firme. Por esto, han solicitado la celebración de una reunión extraordinaria. La presidenta de la AMPA, María José Fernández, asegura que las familias cuentan con el apoyo de la asociación en su reclamación de que continúe este servicio de apoyo a alumnos con necesidades específicas.

Hasta ahora, la opinión de los equipos de orientación ha sido favorable a la presencia en las aulas de estos asistentes sombra, voluntarios de las asociaciones que ayudan a la integración socioeducativa de niños y niñas con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), diagnosticados con TEA (Trastornos del Espectro Autista), síndrome Down y TDAH (trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Estos asistentes son una figura muy importante para ayudar a este alumnado a desarrollarse de forma autónoma en clase, aseguran las familias.

Actualmente, el centro cuenta con dos Profesionales Técnico de Integración Social (PTIS) a jornada completa, y uno a tiempo parcial, y con un profesional de Audición y Lenguaje (AL) y dos profesores de Pedagogía Terapéutica (PT). Este personal atiende a los más de 80 niños y niñas con NEAE que hay en el centro este curso escolar, con la ayuda de los 8 asistentes 'sombra' que atienden a alumnado específico. El Carmen de Burgos es un centro de referencia en la integración de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, por lo que muchas familias lo solicitaban por tener estos servicios. «Ahora se encuentran con que, sin previo aviso, se retiran los asistentes 'sombra', sin posibilidad de elegir otro centro, o de que las familias que tenían aquí escolarizado a algún hijo pudieran cambiar de centro, pues los plazos de escolarización ya han terminado», denuncia María José Fernández.