Los comercios anegados tras la DANA: «Tengo más de 200 vestidos de novia para tirar»

La propietaria de esta tienda ubicada en pleno Centro Histórico lleva desde ayer por la tarde limpiando la tienda y haciendo balance de daños. Además del material perdido, cuenta con armarios rotos y ordenadores que no encienden. «Lo habíamos dejado todo sellado y protegido, pero lo que no nos esperábamos es que el agua entrara con esa fuerza», reconoce.

Ellos, como la inmensa mayoría de las tiendas de la ciudad, decidieron ayer quedarse en casa, pero a mediodía, cuando empezaron a recibir vídeos enviados por los vecinos, comprendieron que algo no iba bien. Por eso, cuando clareó un poco el cielo alrededor de las seis de la tarde, decidió irse corriendo a la tienda. «Cuando abrí la puerta no me lo podía creer», afirma emocionada.

Junto a su familia, estuvo hasta las dos de la mañana quitando agua y retirando los vestidos más afectados. Este jueves han continuado limpiando y tratando de poner la tienda al día, aunque para eso aún les quedará bastante esfuerzo. Además, han comenzado a amontonar todos los vestidos dañados en una pila en la primera planta para despejar la planta baja. «Son irrecuperables; una novia tiene que ir de blanco y ese barro es imposible de quitar».

Sólo esta comerciante valora que los daños pueden superar perfectamente los 300.000 euros, aunque ahora tendrá que esperar la vista del perito y a que el Consorcio de Compensación de Seguros se haga cargo de los gastos. Para ella, sin embargo, lo más importante ahora mismo es ponerlo todo en orden y poder abrir la tienda. «Tocará empezar de cero», apunta con resignación.

Los problemas de agua que ha sufrido Silvia también lo han padecido el resto de comercios del entorno, que denuncian que ese tramo de la calle (ubicado en la intersección con la calle Santos) se anega cada vez que llueve porque es el único lugar de toda la vía en la que no han renovado el acerado. Por eso, otros negocios cercanos como el café Andino o Los Patitos del 22.

La cafetería es otra de las que acumula más daños. Aunque también tenía la entrada protegida con unos tablones, el agua entró sin problemas al interior destrozando todo lo que había a su alcance: la máquina de café, la vitrina de los pasteles, la mercancía de las vitrinas bajas... «Llevo todo el día limpiando porque está todo roto», señala su propietaria, Estefanía Mauger.

Esta empresaria lamenta que es la tercera vez que sufre problemas con las inundaciones. «Esta zona hace una vaguada y siempre que llueve estamos asustados». Como la anterior, cuenta las pérdidas por miles de euros. «Tenía cubos de fregona en el suelo y cuando he entrado en la tienda estaban llenos hasta arriba del nivel que alcanzó el agua», dice de forma gráfica.

En otras zonas del Centro, y al igual que en la calle Compañía, el agua y el barro también ha anegado comercios en Carretería (fundamentalmente por la elevada presencia de barro) y en el entorno de la Victoria. En el Soho, por su parte, apenas se han producido daños puntuales en alguna farmacia.

A pesar de las incidencias registradas, los principales centros comerciales de la ciudad han abierto esta mañana sus puertas con normalidad. Es el caso de El Corte Inglés, donde los clientes pueden comprar desde las 10 de la mañana. En este recinto está operativo incluso el supermercado, que ayer sufrió problemas por agua en la zona donde se encuentran los jamones.

En el ámbito comercial, donde se han mantenido las puertas cerradas ha sido en los mercados municipales. El de Atarazanas volverá a abrir mañana una vez pasada toda la alerta.