Los alumnos del colegio Parque Clavero, diez años sin poder usar el gimnasio porque causa ruidos a los vecinos
El centro malagueño mantiene cerrado este equipamiento en horario lectivo tras las denuncias de un afectado, mientras ni la Junta ni el Ayuntamiento se deciden a acometer la obra de insonorización que solucionaría el problema
Es uno de los colegios más nuevos de la capital malagueña, pero sus alumnos se ven privados de un equipamiento tan básico como es el ... gimnasio por culpa de la falta de insonorización de este espacio, que provoca ruidos molestos a las viviendas colindantes de la calle Anita Delgado. Más de diez años lleva el CEIP Parque Clavero sin utilizar apenas dicha sala en horas lectivas con tal de evitar que le vuelvan a abrir un expediente sancionador como el que inició el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga en 2012 tras la denuncia de un vecino. Ni la Junta de Andalucía, responsable de la construcción del colegio, ni el Consistorio, responsable de su mantenimiento, han dado todavía una respuesta a este problema, que afecta a 430 escolares de entre 3 y 12 años.
Tanto la AMPA del centro como el vecino que ha interpuesto las denuncias contra el colegio comparten el diagnóstico y la solución del problema: el centro tiene deficiencias acústicas desde el día de su inauguración y la autoridad competente debe sufragar las actuaciones necesarias para insonorizar el gimnasio. Pero, para empezar, ¿cuál es la autoridad competente? En esta cuestión han estado «años» enredadas las dos administraciones que tienen competencias en materia de infraestructuras escolares, según critica la presidenta de la AMPA Jacaranda, Carmen Rosado. No obstante, puede concluirse que ahora la pelota está en el tejado de la Junta, pues en 2019 esta administración asumió, a través de la anterior delegada territorial de Educación, Mercedes García Paine, el compromiso de insonorizar el gimnasio de Parque Clavero.
Un informe de la Agencia Pública Andaluza de Educación proponía «colocar tres ventanas de aluminio correderas con cámara acústica» e «instalar un falso techo acústico con manta de lana mineral interior adherido al actual techo en toda la superficie del gimnasio», actuaciones presupuestadas en 18.000 y 21.000 euros respectivamente (IVA aparte). La delegación de Educación «planificó dicha intervención y dio traslado de la misma a la Dirección General de Planificación y Centros para su inclusión en la programación de la anualidad de 2019» y en la fecha del informe estaba «a la espera de su autorización».
La obra de insonorización, que incluyendo el IVA no costaría más de 50.000 euros, no se ha llegado a ejecutar. «El año pasado, al colegio le comunicaron que se suspendía. No sabemos el motivo», afirma la presidenta de la AMPA, que desde el inicio del presente curso ha solicitado ya en varias ocasiones reunirse con el nuevo delegado de Educación para saber si va a darle solución a este problema. Asegura que no ha tenido respuesta.
Respuesta de la Junta
Ante la pregunta planteada por este periódico, la delegación de Desarrollo Educativo y Formación Profesional manifiesta que ya ha «mantenido contactos» con el Ayuntamiento de Málaga. «Ambas administraciones están analizando en este momento las soluciones más oportunas. Además, desde la dirección del centro se están adoptando todas las medidas conducentes a evitar el exceso de ruido en aras de compatibilizar el derecho al descanso de los vecinos con la actividad ordinaria de un centro educativo», afirman.
El problema de raíz, que es la falta de insonorización no sólo del gimnasio, sino de otras dependencias como el comedor o el aula matinal, existe desde que el CEIP Parque Clavero fue construido en 2007. Fue en 2010 cuando empezó a manifestarse, con las quejas de los vecinos del conjunto residencial El Bosque, algunas de cuyas viviendas unifamiliares distan apenas tres metros de la fachada del colegio. Aquellas quejas dieron paso a denuncias ante la Policía Local, que motivaron las consiguientes mediciones acústicas y la apertura de un expediente sancionador por «superar los ruidos por gritos, voces y golpes de platos procedentes del gimnasio y otras salas de la fachada trasera, los límites diurnos autorizados para ambiente exterior en la Ordenanza para la Prevención y Control de Ruidos y Vibraciones». Dicho expediente sancionador amenazaba con imponer una multa de 600 euros al colegio de persistir.
«Ruido insufrible»
El vecino que interpuso la denuncia es Javier Saraiba, que califica el ruido de «insufrible». «Hay tres metros entre la linde de mi jardín con la fachada del colegio y lo que da a esta parte son dormitorios. El gimnasio es un local de 100 metros cuadrados, sin ventanas ni muebles. En cuanto hay niños y profesores dentro, se les oye como si estuvieran metidos en mi salón. Hasta con las ventanas cerradas se escucha», justifica este vecino, que afirma que no tuvo «más remedio» que denunciar al colegio ante la inacción de las autoridades competentes.
Ante la amenaza de la multa, el conflicto se cerró «en falso», lamenta la presidenta de la AMPA. «Lo que hizo la dirección del centro es cerrar el gimnasio para no molestar a los vecinos, pero eso ha generado otro problema mayor, puesto que afecta a todos los alumnos y alumnas que se ven privados de esta instalación deportiva», explica. Así, los alumnos de Infantil de Parque Clavero no pueden dar clase de Psicomotricidad y los de Primaria tampoco pueden hacer Educación Física bajo techo cuando llueve. Durante muchos años el equipamiento ha estado totalmente inutilizado, pero desde este curso la asociación de madres y padres ha decidido, por su cuenta y ante la inacción de la Junta, hacer uso de él dos tardes a la semana para dos actividades extraescolares: kárate y voleibol. Las quejas vecinales no han tardado en reanudarse.
El AMPA se vio obligada a pagar la insonorización del comedor
El comedor del CEIP Parque Clavero compartía el mismo problema acústico que el gimnasio; tanto era así que el AMPA tomó en 2012 la decisión de sufragar la insonorización de dicho espacio, que costó varios miles de euros, ante la inacción de la Junta y el Ayuntamiento. «No sólo era molesto para los vecinos, sino insoportable para los niños y los monitores del comedor, que salían con dolor de cabeza», explica la presidenta del AMPA, Carmen Rosado.
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