El 80% de los casos de hígado graso son reversibles con cambios en la dieta y deporte
Expertos piden desarrollar una estrategia de detección precoz en Atención Primaria de esta patología que afecta a uno de cada cuatro malagueños
La esteatosis hepática, es decir, la acumulación de grasas en los hepatocitos, unas células existentes en el tejido hepático, protagoniza actualmente su particular periodo de ... esplendor en todo el mundo, y los expertos médicos en este órgano se han conjurado para ponerle freno, sobre todo porque es absolutamente prevenible si se controlan el consumo de alcohol, la diabetes tipo 2 y la obesidad. Si no se ataja cuando aún es posible, el 20% de los casos acabará desarrollando inflamación y el 4%, cirrosis. La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) estima que en España hay 10 millones de personas aquejadas por esta patología y las estimaciones indican que uno de cuatro malagueños, aproximadamente el 25% de la población, sufre de hígado graso. Pero hay esperanza: dice la AEEH que con ejercicio físico y una dieta adecuada que, por supuesto, ha de ser modificada, el 80% de los casos son reversibles.
«Una modificación de las pautas en la dieta y la actividad física en estos pacientes permite revertir el hígado graso en más del 80% de los casos», dice la asociación, que ayer propuso la valoración del hígado graso como un factor más de riesgo cardiovascular y el desarrollo en Atención Primaria de una estrategia de detección precoz dirigida a todos los pacientes con obesidad, diabetes, hipertensión y dislipemia (una afección producida por la alteración de los niveles lipídicos en la sangre). Así, la organización ha recomendado la incorporación del FIB4 (un sencillo marcador de fibrosis hepática -acumulación de tejido cicatricial en el órgano- basado en la edad, los niveles de transaminasas y el recuento de plaquetas) en los análisis rutinarios de estos pacientes y la posterior realización de una elastografía de transición o fibroscan (técnica no invasiva basada en ultrasonidos que permite evaluar la acumulación de grasa y fibrosis en el hígado) a quienes den positivo en el FIB4.
Con este proceso de detección en dos pasos, los hepatólogos estiman que se daría «un salto cuantitativo en el diagnóstico temprano de la esteatosis hepática metabólica», una enfermedad que no suele manifestar síntomas hasta etapas avanzadas, «cuando puede evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado». La detección temprana, especialmente en niños y jóvenes, permite un cambio relevante en las expectativas de evolución de la enfermedad, si además se modifican las pautas en la dieta y la actividad física.
Nuevas posibilidades terapéuticas
Además, hay nuevas posibilidades terapéuticas que se abren en el horizonte como el fármaco Resmetiron, ya autorizado en Estados Unidos, que será aprobado en Europa en los próximos meses. Este medicamento es capaz de atenuar la inflamación y la fibrosis hepática. Asimismo, los especialistas esperan también poder incorporar los agonistas del receptor GLP1, «fármacos ahora indicados para diabetes y obesidad, y que ensayos clínicos han mostrado su eficacia para disminuir la fibrosis hepática», explica la asociación.
Para luchar contra esta patología, la nutrición es la clave, dado que enfermedades como la obesidad o la diabetes tipo 2 también pueden desembocar en un hígado graso. «La nutrición es importantísima, una comida sana, ejercicio diario y cuidarse. No es algo fácil, sólo se puede hacer como cuando queremos eliminar la grasa del resto del cuerpo: con voluntad, esfuerzo y perdiendo peso, todo ello acompañado de una buena nutrición», explicó recientemente a SUR el jefe de Aparato Digestivo de HM Hospitales en Málaga, Carlos Alegría. Y el mínimo alcohol posible. «A mí no me gusta estar estricto, yo prefiero que coma bien y se tome una cervecita de vez en cuando, a ser totalmente prohibitivo y que al final no me cumpla nada. Todo es manejarlo a largo camino». Eliminando la grasa del hígado, disminuirán la inflamación y la compresión.
«Lo importante es reconocer antes los estados de fibrosis del hígado, porque si esta inflamación ya te llevó a una fibrosis, es como una cicatriz: esa cicatriz no va para atrás, no recupera, sí que puede seguir aumentando», reseña. Pero si se detecta de forma temprana, el hígado inflamado puede ser salvado. «Lo primero es desinflamarlos, quitarles la grasa e intentar que sean hígados normales. Es fundamental encontrar ese punto de no retorno para no llegar ahí», aclara.
Prevención
Asimismo, la prevención es otro pilar fundamental en la lucha contra la enfermedad. «Es necesario cambiar los hábitos de consumo y los estilos de vida que están detrás de la obesidad y la diabetes, y ese es un reto transversal que puede ser impulsado mejor desde una estrategia común para el abordaje de la cronicidad», ha explicado el presidente de la AEEH, el doctor Rafael Bañares. Su asociación, que integra a 1.800 médicos, enfermeras, investigadores y profesionales dedicados a la atención clínica, se ha mostrado satisfecha por la incorporación de las enfermedades hepáticas al documento de Desarrollo de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad 2025-2028, aprobado recientemente por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), al que se da luz verde tras un proceso participativo y consensuado con las comunidades autónomas, los profesionales y las sociedades científicas y de pacientes.
Este documento impulsa «la continuidad asistencial, la continuidad entre niveles, la equidad y el protagonismo de pacientes y personas cuidadoras, incorporando la perspectiva de un abordaje integral de las enfermedades crónicas que combina la promoción de la salud, prevención, diagnóstico precoz, tratamiento, seguimiento y rehabilitación», dice la AEEH, dado que este abordaje integral es necesario para «revertir el preocupante crecimiento, y a edades cada vez más tempranas, de las enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol y la obesidad y la diabetes».
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