Los avances de los tratamientos del cáncer consiguen reducir los casos de metástasis

Cada año se diagnostican en la provincia de Málaga unos 10.000 nuevos tumores. La curación media es el 55 por ciento. El gran reto de la oncología es combatir la metástasis, que acaban sufriendo la mitad de los enfermos. Respecto al futuro, Alba se muestra «optimista por barrios». Y afirma: «En todos los tumores vamos a avanzar, pero en unos iremos más rápidos que en otros».

En el caso del cáncer colorrectal, la metástasis se suele dar en el hígado, mientras que en los tumores de mama y próstata, la invasión se registra en los huesos. La metástasis, que no es un fenómeno aleatorio, sino que depende del tumor que se tenga, es el origen del 90 por ciento de la mortalidad del cáncer. Dicho de otra forma, nueve de cada diez pacientes que mueren por un tumor es a consecuencia de la metástasis al invadir esta órganos vitales, señala el doctor Alba.

Los tumores sólidos de los pacientes adultos cuando ya tienen metástasis (mama, próstata, pulmón y colon), en la mayoría de los casos no se pueden curar, aunque a veces sí se pueden cronificar y alargar la supervivencia del paciente. A ese respecto, la mayor parte de los experimentos con nuevos fármacos, los ensayos clínicos y las nuevas estrategias terapéuticas se hacen con enfermos oncológicos que sufren metástasis, ya que se busca que el tratamiento se enfrente con el peor escenario que hay en un tumor.

Pese a la complejidad que supone un cáncer metastásico, se ha avanzado mucho en el tratamiento de tumores como los de mama y de próstata, y algo menos en los de colon y pulmón. «Ha habido avances, pero no todos han sido por igual», señala Alba. En cuanto a la forma de combatir la metástasis, este experto explica que el tratamiento más utilizado es la quimioterapia. Otra opción es la terapia hormonal (sobre todo en los tumores de próstata y mama). La tercera gran estrategia es la inmunoterapia, mediante fármacos que estimulan el sistema inmune para que ataquen al tumor (en especial en los cánceres de pulmón, riñón y melanoma).

También se cuenta con los tratamientos antidiana, que consisten en una alteración genética del tumor que se consigue a través de la secuenciación. Hay medicamentos que de forma específica modifican esa alteración. Además, está la inmunoterapia adoptiva, sistema que se basa en el uso de linfocitos entrenados contra el cáncer que luego se reinfunden para que maten el tumor, pero esto es algo que está aún en estados tempranos de investigación, indica Emilio Alba.

Los pasos dados en la aplicación de tratamientos más eficaces han logrado que pacientes con algunos tumores metastásicos vivan más de seis y siete años, algo que hace un tiempo era impensable. «A pesar de que no podemos hablar de curación, sí se puede decir que la metástasis se ha convertido un poco más en una enfermedad crónica», dice Alba.

Por cuanto se refiere a las líneas de investigación, el jefe de oncología médica de los dos hospitales públicos de Málaga, informa de que el 80 por ciento de los ensayos clínicos que se hacen corresponden a enfermedad metastásica, porque es donde se demuestra mejor si los fármacos son efectivos o no. Una vez que se comprueba que son eficaces se aplican en una etapa más temprana del tumor para prevenir la metástasis.

Al ser preguntado sobre por qué se produce la metástasis, este oncólogo responde que las células cuando se vuelven tumorales rompen una serie de códigos y de reglas. Primero invaden el órgano en el que viven y luego entran en el sistema sanguíneo (viajan por la sangre). El punto clave es que son capaces de salir del torrente sanguíneo e invadir otro órgano (en especial, hígado, pulmones, huesos y cerebro), donde anidan y hacen como un órgano anómalo, que es lo que acaba afectando al paciente al sustituir tejido sano por otro totalmente anormal, que no sirve para nada, que es el que suele acabar provocando la muerte.

Para intentar que no aparezca la enfermedad micrometastásica se utiliza un tratamiento adyuvante, que se aplica después de que a una persona le quiten un tumor de mama o de próstata. En esos casos, tras la cirugía, se aplica quimioterapia y hormonoterapia.

Por otra parte, el ganglio centinela es un marcador que indica si el tumor ha sido capaz de adquirir la habilidad para ir a otros órganos. La extirpación del ganglio centinela se hace en el mismo acto quirúrgico que se quita el tumor. Si el ganglio centinela sale negativo, es señal de que el tumor tiene poca agresividad y la posibilidad de que haya metástasis es baja, pero si sale positivo, el tumor ha podido irse ya a otro órgano, explica el doctor Alba.

La curación media actual del cáncer está en un 55 por ciento. En las mujeres el porcentaje es más alto y alcanza al 60-65 por ciento. No obstante, hay tumores, como el de mama, que se curan casi hasta el 90 por ciento. La cifra de curación del cáncer de próstata también es elevada y en el de colon se llega al 66 por ciento. Los nuevos tratamientos más eficaces son la inmunoterapia y los anticuerpos conjugados, una especie de balas mágicas (llevan una molécula de quimioterapia pegada) y los anticuerpos bifuncionales, destaca Alba.