Los otros bancos del Santander que se instalan en Málaga
La entidad financiera dona una treintena de asientos con su color corporativo tras haber reciclado miles de tarjetas caducadas de sus clientes para su fabricación
Hace un año que empezaron a ofrecer la posibilidad a sus clientes de que entregaran sus tarjetas caducadas o deterioradas para someterlas a un proceso ... de reciclaje. Querían transformarlas en mobiliario urbano. El proceso era sencillo: el cliente depositaba su tarjeta en el cajero automático y unos días después recibía un mensaje que le confirmaba que había sido reciclada. Las tarjetas se convertían así en materia prima para fabricar este mobiliario, junto con redes marinas recuperadas del fondo del mar, dando una segunda vida al producto.
Fruto de ese proyecto del Banco Santander, Málaga cuenta ya con una treintena de asientos rojos (color corporativo de la entidad) fabricados con un material al que han dado una segunda vida. El 50% del mismo proviene de 3.100 tarjetas, el 5% tiene su origen en redes marinas y, el resto, de otros plásticos. La mayor parte de estos bancos para sentarse han sido instalados en las inmediaciones de su central de Armengual de la Mota y en el concurrido parque infantil de calle Huéscar.
En todos ellos advierten del material usado para su fabricación. «Es una apuesta por la economía circular y ha supuesto un paso más en la estrategia del Santander en España para ser un banco más responsable y reducir su impacto en el medio ambiente; también responde a una de las preocupaciones de los clientes de banca que, en un porcentaje muy alto, se muestra muy consciente de la importancia que tiene una actuación global más sostenible», explican a SUR fuentes de la entidad.
En la actualidad, cuentan ya con casi 800.000 tarjetas recicladas, lo que equivale a cuatro toneladas de plástico, con las que prevén fabricar unos 260 bancos. Aunque Málaga, Valencia y Santander han sido las primeras ciudades en las que han llevado a cabo su plan, la idea es llegar a acuerdos con otras ciudades, como el último alcanzado con Sevilla. «Los ayuntamientos y responsables públicos son los que deciden las ubicaciones más adecuadas y, en principio, se está donando una treintena de bancos por ciudad, sin coste alguno para las arcas municipales».
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