El aparcamiento desbanca al tráfico como el principal problema del PTA
Los trabajadores se ven obligados a dejar el coche en Santa Rosalía y muchos usan patinetes para llegar hasta sus oficinas
«Esto es peor que Londres». Damien es ingeniero de Telecomunicaciones y tiene su centro de trabajo en el Parque Tecnológico. Lo dice con ... conocimiento de causa: es francés, pero antes de venir a Málaga trabajó durante una década en la capital británica. Se mudó a Alhaurín de la Torre hace un año. «Pensaba que tendría más calidad de vida, pero no me esperaba estos atascos; creía que serían 20 minutos, pero en realidad tardo una hora de puerta a puerta, pierdo mucho tiempo». Por ello, ha pedido permiso a su empresa y la mayoría de los días trabaja desde casa.
Cuando tiene que ir a la fuerza aparca en Santa Rosalía y utiliza un patinete para llegar hasta la sede. «Cada vez lo hace más gente». La compañía a la que pertenece (prefiere no revelarla porque no ha pedido permiso) se ha comprometido a poner un minibús para recoger a los empleados que se ven obligados a estacionar cada día en la barriada. «No es lo ideal, los vecinos no creo que estén contentos». Con la visión que le da el poder comparar, se extraña mucho de la falta de transporte público en Málaga para acceder al recinto empresarial de Campanillas.
Su testimonio ilustra la situación que se vive en el acceso al PTA, donde la falta de estacionamiento ha desbancado al tráfico en el acceso como el principal problema. Las caravanas se han reducido sustancialmente gracias al tercer carril en la carretera A-7056, y seguirá mejorando con la apertura del Bus-VAO, que ejecuta la Consejería de Fomento. Por su parte, la dirección del recinto empresarial también ha hecho esfuerzos para dotarse de más plazas para los coches, aunque no han sido suficientes y ya planea habilitar otro solar en la periferia para este fin. En cualquier caso, estará alejado de las principales empresas. Actualmente existe una oferta de unas 12.000 plazas, según la web de la institución empresarial. De estos, 8.174 son aparcamientos privados en las parcelas correspondientes, que incluyen 3.011 en alquiler. Otras 1.745 son gratuitas y unas 2.000 son aparcamientos públicos en superficie con un alquiler reducido. Estas son claramente insuficientes para una masa laboral y de estudiantes que ronda las 20.000 personas, y de las que la mayoría se desplaza en automóvil. A ello, se unen las 114 que están reservadas para zona azul (SARE) en las principales calles, para las visitas y gestiones puntuales. Algunos trabajadores desesperados las ocupan indebidamente durante toda la jornada.
Con este escenario, cientos de personas se ven obligadas cada día a aparcar a mucha distancia, en la citada barriada o en el recinto de aparcamiento abierto hace un año junto a la sede social del PTA. Desde estos puntos hasta sus oficinas se llega a tardar más de 20 minutos a pie, según los testimonios recabados por SUR. La necesidad agudiza el ingenio, y cada vez es más habitual que estos usen Vehículos de Movilidad Personal (VMP) para recorrer la última milla.
En patinete desde el 'parking'
Es el caso de Michael Delgado, ingeniero informático de Indra que vive en Portada Alta. «Por las mañanas echo el patinete en el maletero, aparco a unos 12-13 minutos andando del edificio donde trabajo, y de esta forma tardo sólo dos». Dio este paso hace más de un año, cuando se produjo el auge de estos vehículos. «El precio no es elevado y me animé a comprarme uno». Gracias a ello tiene más margen, y si tuviera que aparcar incluso un poco más lejos tampoco le importaría. «Dentro del Parque es imposible, a no ser que tu empresa tenga plazas, pero no hay para todos, así que tienes que irte a la periferia; los 'parking' que hay dentro son muy pequeños y siempre están llenos», afirma Delgado.
Los vecinos de Campanillas no están conformes con ser los principales damnificados por esta situación. «Hay una saturación tremenda en la barriada por el aparcamiento de los trabajadores del PTA, los vecinos no tienen sitio», afirma María Martín González, vecina de Santa Rosalía, y se apena de que estos «tengan que ir andando media hora, llueva o haga calor o frío, de ida y de vuelta». A ello, se añaden las colas en las que los residentes se ven atrapados. «A la hora punta no se te ocurre salir porque sabes que vas a estar un rato en caravana, está todo minado de coches». A su juicio, la solución es que llegue el metro: «La Junta debe hacer un esfuerzo y traerlo, al menos al PTA».
La explanada que se habilitó en abril de 2018 en la avenida Alcalde Pedro Aparicio, cerca de la sede de la institución, se llena casi a diario, y eso que tiene capacidad para 360 vehículos. «Ha sido fantástico, ha mejorado bastante para nosotros, que trabajamos a 400 metros; y también hay mucha gente que aparca aquí y coge el patinete para llegar hasta su empresa», indican curro Benavente y Luis Pedraza, administrativos de Inerttia. «Sin esto no podríamos aparcar, antes había que buscarse la vida todos los días». En todo el entorno del Parque hay patinetes de varias marcas de alquiler, a disposición de los usuarios para recorrer esos últimos metros hasta su puesto de trabajo.
Hacerse motoristas
Otra de las estrategias que muchos han adoptado para convivir con el problema es convertirse en motoristas, al menos cuando hace buen tiempo. Es el caso de Javier González, ingeniero de Telecomunicaciones. Ante las dificultades para aparcar el coche optó hace un año por las dos ruedas para desplazarse cada mañana desde su casa en Alhaurín de la Torre. Lo que más le preocupa es que en otros parques similares donde ha trabajado, caso de Finlandia y Dublín, el problema está resuelto mediante transporte público. El daño colateral de este boom de motos en las calles es que, ante la falta de espacio para dejarlas legalmente (buena parte del espacio está dedicado a zona azul) hay quien las aparca sobre las aceras y los jardines, como pudo comprobar SUR.
También hay opciones para aparcar si se pasa por caja. Dentro del recinto hay carteles que anuncian aparcamientos de alquiler, con diversos precios, en función de la ubicación y características. El problema es que muchos de los empleados son «mileuristas» y aseguran que no se pueden permitir la cuota mensual.
¿Autobuses lanzadera?
Pedro Pascual, 'Sales Program Manager' en Oracle, es un veterano y un afortunado, pues tiene plaza reservada en el aparcamiento de su empresa. No en vano, empezó su andadura en el PTA hace 16 años. «Entonces, si llegabas 15 minutos antes podías aparcar; ahora es imposible». Reconoce que dentro del recinto las escasas plazas gratis las copan aquellos que llegan antes de las 7.00 de la mañana. Incluso los aparcamientos de pago están hasta arriba. «Ya no hay sitio ni pagando, una persona que empiece hoy tendrá muchos problemas para conseguir un sitio».
De ahí que el último recurso sea acudir, bien al recinto habilitado cerca de la sede, o bien a Santa Rosalía (donde se construye otro), pero en ambos casos pueden ser «hasta 25 minutos andando a la oficina, a 40 grados en verano y bajo la lluvia en invierno». Por ello, propone a los gestores de la tecnópolis que sigan el ejemplo de Dublín, donde autobuses gratuitos –incluidos en el sueldo del personal– recogen en varios puntos del recinto y los llevan al Centro. «En el Parque podrían hacer algo así, como un minibús eléctrico dando vueltas para llevar a la gente en las horas punta». Y concluye con una advertencia: «La ampliación que está prevista no será sostenible si no se prevén aparcamientos, se mejoran los accesos y se dota de más transporte público».
El PTA construye un nuevo recinto de aparcamientos en la entrada por Santa Rosalía
Los responsables del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) son conscientes de que existe un problema con el aparcamiento. Para tratar de paliar la situación, desde la semana pasada están en marcha las obras de un segundo recinto en el extrarradio, que se unirá al que se habilitó en abril de 2018 en la avenida Alcalde Pedro Aparicio (360 plazas) y que ya está prácticamente lleno.
El nuevo tendrá capacidad para unos 400 vehículos, y estará en una parcela junto a la carretera que va a Santa Rosalía, un poco después de Todoconstrucción, cerca de la entrada trasera al polo empresarial. Felipe Romera, director general de la institución, comentó que este recinto se podría ampliar hasta las 2.000 localidades en el futuro, si fuera necesario. El plazo estimado será de poco más de un mes, por lo que se prevé que el recinto esté finalizado y listo para su uso a finales de noviembre o primeros de diciembre.
Se va a habilitar en precario, mediante la explanación del terreno, el acondicionamiento del acceso y la extensión de zahorra. A juicio del director, esta medida va a aportar una solución a corto plazo para los problemas de estacionamiento; aunque, a renglón seguido, advirtió de que «el espacio no es infinito», por lo que llegará un momento en que los coches estarán limitados, y de ahí su apuesta por aumentar la oferta de transporte público. De hecho, el recinto que se habilitó el año pasado, junto a la sede central del PTA, ya está lleno.
«Sí, se percibe que existe un problema de aparcamiento», admitió, y se refirió al caso de la zona azul, que está pensada para que la gente pueda ir a hacer gestiones, aunque está copada por trabajadores que lo utilizan todo el día.
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