Alumnos de 10: Málaga aclama la importancia de la educación

Proceden de centros públicos, concertados y privados. La formalidad marcaba la etiqueta y el auditorio se iba llenando a partir de las ocho de la tarde con alumnos, familiares y autoridades. Para estar aquí, había que acreditar un expediente de 10 y los golpes de pecho, si los hubo, estaban justificados.

Estaba el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la delegada de Educación, María Paz Flores, y el responsable de Educación de la Formación Unicaja, Enrique Gómez-Puig. Los 190 alumnos con un expediente de 10 se reparten entre 52 centros educativos.

El acto estaba organizado por el Área de Educación. «A través de esta iniciativa se reconoce el esfuerzo, talento y capacidad de superación del conjunto de la comunidad educativa, personalizada en los estudiantes que han logrado una media de 10 en su expediente académico al finalizar sus estudios en las etapas de secundaria y bachillerato», se informaba al inicio del acto.

Después de las primeras intervenciones para abrir la gala, los focos apuntaron a los verdaderos protagonistas. Cada alumno era nombrado y salía a recoger su reconocimiento. Algunos eran los elegidos para ponerse frente al atril y hablar por el resto de premiados. Las intervenciones dejaron constancia de una sobrada solvencia.

Es algo que se pudo comprobar, por ejemplo, con Alina Kapriyan, alumna del IES Portada Alta. La joven hizo un alegato a la cultura del esfuerzo y señaló en su discurso que la recompensa que llega a largo plazo es la que merece la pena de verdad. «Hubo momentos en los que sentimos que no podíamos más, pero seguíamos. Teníamos una meta superior e hicimos los esfuerzos que había que hacer», recordaba. Hubo palabras de agradecimiento para sus padres y los familiares más cercanos.

Leire Fuentes, estudiante del IES Santa Rosa de Lima, reflejó en su discurso la presión que supone la autoexigencia. «Sabemos lo que es llevar nuestra mente al límite. Sabemos lo que es aspirar a la perfección», dijo. Al mismo tiempo, se acordó de sus compañeros con un expediente menos brillante y dejó claro que el esfuerzo es válido en todos los casos. «El esfuerzo también está en sacar adelante una materia que te cuesta. En esta vida hay que esforzarse. Aunque hoy estamos todos vestidos de gala, no hay que olvidarse de que la educación es el verdadero vestido de gala», cerró su intervención.

Muy aplaudido fue también Yago Casado, alumno del IES Litoral. Reivindicó a la educación pública. «Somos hijos de la educación pública, una especie en peligro de extinción», dijo. Claudia Navarrete, alumna del IES Emilio Prados, apeló al factor humano. Las notas serían importantes, pero no se debe olvidar de que detrás de cada expediente hay primero una persona. «Las notas no lo son todo», recordó.

Acto seguido, añadió que «la educación es un aspecto fundamental de nuestro desarrollo humano. Los jóvenes construimos el futuro». Por último, un mensaje para esos profesores que dejan huella. «Siempre os llevaré en el corazón», prometió.

Por parte de las autoridades presentes, los mensajes de respaldo fueron rotundos. Los premiados recibirán talleres sobre inteligencia artificial y su aplicación práctica. Además, cada uno obtendrá una recompensa metálica de 236 euros.

El responsable de Educación de la Fundación Unicaja, Enrique Gómez-Puig, aseguró que «es muy esperanzador comprobar cuánto talento hay en Málaga». Cerró el turno de intervenciones el alcalde de la capital, Francisco de la Torre. Apeló al poder transformador de la educación y pidió a los jóvenes que aspiren a «ser útiles para la sociedad».

«Estáis ante un momento estelar en vuestras vidas. Málaga tiene suerte de contar con talento como el vuestro», señaló para sentenciar luego que «el servicio al bien común es el concepto más bonito».

El acto se clausuró con un concierto de piano a cargo de Rodrigo López, intérprete galardonado con la Fundación Musical de Málaga, en el marco de 'Málaga Crea' 2025.