Acusado de comprar con bitcoins vídeos de pornografía infantil en la 'internet profunda'

Los policías especializados en combatir la producción y distribución de pornografía infantil están acostumbrados a rastrear la 'deep web' en busca de pederastas y pedófilos, que dan rienda suelta a sus más bajos instintos creyéndose a salvo en las profundidades de la web. La violencia y la extrema dureza de las imágenes que allí se encuentran es tal que, cada cierto tiempo, los agentes dejan de bucear en ella y hacen terapias con psicólogos para oxigenarse.

Allí, en la cara más oscura de Internet, localizó la Guardia Civil a un vecino de Málaga que, al parecer, formaba parte de una comunidad de pedófilos que compraba vídeos de sexo con niños, algunos de extrema dureza, con monedas virtuales, más conocidas como 'bitcoins'. La Fiscalía pide para él una condena a nueve años de prisión por distribución y posesión de pornografía infantil «especialmente degradante».

La investigación partió de una comunicación de la 'Homeland Security Investigations' (HSI), una agencia policial que depende del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y que informaba de un portal web de la 'internet profunda' utilizado para ver, descargar y distribuir porno infantil. El acceso a la página requiere que sus usuarios paguen mediante 'bitcoin' o que, a cambio del contenido, suban archivos de contenido pedófilo.

La agencia estadounidense, que tenía abierta una investigación centrada en ese portal, había identificado a tres usuarios españoles. Y uno de ellos era vecino de Málaga. El Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se hizo cargo del caso y abrió una línea de trabajo para cada uno de los sospechosos a partir del 10 de septiembre de 2018, que fue cuando se recibió la comunicación de la HSI.

Los agentes comprobaron que el acusado presuntamente realizó cuatro pagos en la plataforma de la 'deep web' por un total de 0,40 'bitcoins', que al cambio ascendían a 215,34 dólares y realizadas entre abril y julio de 2016. También habría subido a la red 147 vídeos en apenas una semana del mes de mayo de ese mismo año, y otros 18 más en los siguientes seis meses.

El pasado mes de marzo, el juzgado ordenó la entrada y registro en el domicilio de este sospechoso, donde se encontró un ordenador portátil, seis discos duros y varias tarjetas de memoria que contenían, en palabras del fiscal, «miles de archivos» de pornografía infantil. En el historial de búsquedas del PC se comprobó que tenía en favoritos la web investigada por la agencia estadounidense, además de un software para compartir estas imágenes.

La Fiscalía pone el acento en que, en una sola carpeta digital, se encontraron 1.023 archivos de contenido pedófilo. El Ministerio Público describe que se han hallado en su poder archivos de extrema dureza, con niños de 2, 4 o 9 años siendo agredidos sexualmente por adultos, o incluso escenas de zoofilia. También se descubrió otra carpeta con vídeos en los que aparecía la sobrina del acusado, de 13 años, mientras se desnudaba para cambiarse de ropa.

Por todo lo anterior, el fiscal pide para él una pena de nueve años de cárcel, además de otros nueve de libertad vigilada en los que exige que realice un curso de educación y control de los impulsos sexuales. Además, solicita que se le prohíba acceder a empleos que tengan que ver con menores durante otros nueve años.