De la Torre destituye a Esther Molina en plena polémica por las terrazas del centro

A pesar de que el propio Conde insistía en su comparecencia en que el ánimo de esta decisión está en adaptar la actividad del área «a nuevos retos que demandan otro perfil profesional», es un hecho que la destitución fulminante de Molina, que entre otras atribuciones tenía el control de las terrazas de los negocios de hostelería de la capital, llega en plena polémica con el sector por los últimos cierres y posteriores autorizaciones de terrazas en zonas estratégicas del Centro histórico y tras meses de negociación entre las partes a cuenta de la nueva ordenanza municipal para regular esta actividad, que por otra parte ha generado no pocos tiras y afloja entre el propio Ayuntamiento y los hosteleros.

La decisión del equipo de gobierno que encabeza el alcalde, Francisco de la Torre, suma un nuevo capítulo en la relación con los hosteleros, que hace justo un mes se enfrentaban a la retirada de mesas y sillas en las calles Santa María, Molina Lario y Císter. La decisión se matizó días después con la concesión de varias licencias aunque con menor ocupación en las dos primeras calles, y con el anuncio de que se estudiaría esa misma posibilidad en Císter.

Precisamente, la necesidad de adaptarse a estos y otros cambios de legislación en virtud de la Ley de Procedimiento Administrativo Común, que entrará en vigor en todos sus términos en octubre de este año, está detrás de la decisión de prescindir de Molina, según confirmó ayer el propio Conde no sin antes admitir que «todas las áreas municipales están sometidas a una presión enorme» y que es en Comercio «donde hay que estar especialmente al día». «Esto nos obliga a buscar perfiles que nos permitan poder cambiar y adaptar los procedimientos actuales para ser más ágiles», zanjó Conde.

Esther Molina, abogada de profesión y en el cargo desde hace seis años, manifestaba por su parte que a partir de ahora afrontará «nuevos retos laborales» y valoraba su marcha del área reconociendo que «no hay un motivo más que el momento y las necesidades del área no correspondían a mi función». Convencida de que «se puede contribuir a la sociedad desde la administración pública pero también desde el sector privado», matizó que la solución se ha alcanzado «de manera hablada y pactada con mis superiores», entre otros la concejala responsable del área, María del Mar Martín Rojo.

Con respecto a los nuevos requisitos que tendrá que tener el sustituto de Molina, las bases establecen que el nuevo titular tiene que se funcionario de carrera (grupo A1), que tendrá una retribución de 65.000 euros brutos anuales y que se nombrará por libre designación entre los candidatos que cumplan las exigencias.

Por otra parte, y al margen del relevo de Molina, la Junta de Gobierno Local acordó en su reunión de ayer dar luz verde a la aprobación inicial del proyecto de urbanización de la primera fase del sector del sector de Trévenez Oeste en Campanillas, promovido por Redur Málaga, S.A. El espacio limita al norte con la carretera de la Colonia de Santa Inés (A-7076), al sur y al este el polígono de Trévenez, y al oeste el arroyo de Prado Jurado. En este sentido, el edil de Urbanismo, Francisco Pomares, avanzó que el proyecto «es una apuesta por Málaga» y detalló que tiene por finalidad dar respuesta a las necesidades de implantación de carácter logístico que las industrias del ramo vienen demandando. El proyecto tiene un presupuesto de licitación de 5,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses.

En otro orden de cosas, la junta de gobierno ha aprobado la participación del Ayuntamiento como socio en el proyecto Blurban dentro del programa de Cooperación Territorial Europa Suroccidental y ha dado el visto bueno a la propuesta del IMFE de solicitar al Ministerio de la Presidencia la aportación de más de dos millones de euros al programa Adriza-t.