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De Torrijos a Maumejean

De Torrijos a Maumejean

Curiosidades de la visita de François Hollande a Málaga, donde se interesó por la historia y la cultura de la ciudad

Antonio M. Romero

Miércoles, 22 de febrero 2017, 00:35

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Más allá de los asuntos de alta política internacional y del estado de las relaciones bilaterales entre España y Francia abordados por Mariano Rajoy y François Hollande, el presidente de la República de Francia se interesó por la historia y la cultura de Málaga durante su estancia de unas siete horas en la ciudad que acogió el pasado lunes la XXV Cumbre Hispano-Francesa. Según confirmaron testigos presenciales, el mandatario galo mostró su interés en visitar y conocer más detenidamente la capital de la Costa del Sol cuando deje la primera línea política.

El primer elemento que despertó su curiosidad fue la vidriera que corona la escalinata principal de mármol que da acceso al primer piso del Ayuntamiento y que representa a los Reyes Católicos. El alcalde, Francisco de la Torre, le explicó quiénes fueron Isabel de Castilla y Fernando de Aragón como reconquistadores de Málaga en 1487 y añadió que la pieza fue ejecutada por la reconocida casa Maumejean, de París.

Durante la preparación de la visita de Hollande y Rajoy a Málaga, el personal de La Moncloa bautizó con el nombre de La sala Torrijos el vestíbulo situado en las puertas del despacho del alcalde donde esperan las visitas y el lugar en el que ambos presidentes mantuvieron una reunión cara a cara eso sí, acompañados por dieciséis asesores, según testigos presenciales. El nombre se lo pusieron en referencia al cuadro El fusilamiento de Torrijos (una réplica, pintada por Ceferino Castro, del original de Antonio Gisbert que puede verse en el Museo del Prado), una obra que despertó la curiosidad de Hollande, quien al ver la presencia de soldados franceses preguntó si la obra hacía referencia a algún episodio de los enfrentamientos entre Francia y España. Fue De la Torre quien le detalló que no, sino que aludía a la lucha interna de españoles entre absolutistas y liberales en el siglo XIX.

Amplia firma

En el despacho del alcalde, el presidente de Francia firmó en el libro de honor del Ayuntamiento. En sus palabras Hollande destacó que Málaga es «un importante puerto del sur del Mediterráneo» y plasmó la necesidad de reforzar la unión de los países «para construir una Europa fuerte». En total, seis líneas y media de texto, cinco más que la dedicatoria que el expresidente francés Jacques Chirac escribió en el mismo libro durante su visita a Málaga en 2002 para participar en una cumbre junto al entonces presidente español José María Aznar.

En su camino hacia el Museo de Bellas Artes y Arqueología, se interesó por el Parque. Fue Francisco de la Torre quien le explicó que es un espacio que la ciudad le ganó al mar en el siglo XIX y que antes la orilla del Mediterráneo llegaba hasta la línea que hoy ocupan los edificios del Rectorado, el Banco de España y la Casona del Parque. Ya en la Aduana donde sólo recorrieron la planta dedicada a Arqueología, a Hollande le impresionó especialmente la Tumba del Guerrero, datada en el siglo VI antes de Cristo.

La visita cultural se completó con un recorrido por el Centro Pompidou. El mandatario galo preguntó al alcalde cómo logró traer este espacio museístico a Málaga ya que había otra ciudad, Shángai, interesada en acoger una sede del centro parisino. Durante la visita, sus cicerones le explicaron que la obra Ghost de Kadder Attia es conocida por los malagueños como las papas asadas por su envoltorio similar al papel de aluminio.

La visita del presidente francés a Málaga concluyó en la sede de la Alianza Francesa con un encuentro con artistas y alumnos de francés. Esta institución es la organizadora de Festival de Cine Francés de Málaga, que ha cumplido veintidós ediciones y es uno de los más reconocidos de España sobre la filmografía gala. François Hollande se interesó por este ciclo, donde el pasado año participó su pareja, Julie Gayet, en su doble faceta de actriz formó parte del reparto de La Taularde!, un drama carcelario y de directora de Cinéast(e), un documental sobre la presencia de la mujer en el cine.

La visita de Hollande dejó algunas curiosidades. Así, los franceses alabaron el detalle de que a la entrada del Ayuntamiento hubiera dos grandes macetas de flores con los colores de la bandera de España y Francia; una parte de la delegación gala (miembros de alta seguridad, asesores o personal de protocolo) disfrutaron del jamón que un cortador sirvió en directo y del vino fino escanciado por una venenciadora en el cóctel. En el almuerzo no hubo boquerones porque Francia notificó que al presidente galo no le gustan.

Antes de abandonar Málaga, Hollande se interesó por el buen dominio de la lengua francesa del alcalde, quien le explicó que lo aprendió durante el bachillerato y perfeccionó durante su estancia en Francia para ampliar sus estudios superiores.

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